El Correo de Burgos

Baloncesto

El Tizona asalta el campo del Valladolid y aprieta al líder

El conjunto de Ocampo se impone con gran autoridad en una de las canchas más complicadas de la liga y aprovecha el pinchazo del Leyma Coruña

Caio Pacheco, durante el partido contra Valladolid.

Caio Pacheco, durante el partido contra Valladolid.CB Tizona

Burgos

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Este Grupo Ureta Tizona Burgos no tiene techo y no sólo conquistó la histórica pista de Pisuerga, también lo hizo a lo grande con una renta espectacular de 31 puntos (63-94). Los de Diego Ocampo volvieron a mostrar su juego alegre y vistoso ante un UEMC Real Valladolid, que sin bases titulares y errático en sus lanzamientos, se lo puso muy fácil a unos burgaleses que estuvieron efectivos desde la línea de tres, intensos en defensa y con rápidos contra ataques. Un maravilloso tercer cuarto permitió una renta cómoda que se administró hasta el final con un último cuarto para la historia (11-26). Ni siquiera un trío arbitral que cosió a faltas al equipo (29 en total) impidió sumar la 23 en Pucela. 

Así, una nueva victoria en esta histórica temporada y las esperanzas de luchar por todo siguen intactas a falta de tres jornadas que invitan a soñar. Además, otra gran noticia, Mario Saint-Supery, fue de la partida y parece que su esguince de tobillo se ha quedado en un solo susto.

El equipo de Diego Ocampo sabedor de la importancia de lo que se jugaba entró muy concentrado al partido. Unos primeros minutos de tanteo, pero pronto la intensidad defensiva burgalesa se imponía a un ataque vallisoletano algo descentrado. Poco a poco iban aumentando la renta 6-12 (minuto 4) y se veía viendo que la defensa era intensa con un ataque que podía mejorar sobre todo en la efectividad de lanzamiento. Mario Saint-Supery, el principito que recuperado de forma milagrosa de su esguince, tomaba el mando de las acciones y eso se notaba para irse con una renta de cinco punto (12-17).

El segundo cuarto fue muy diferente. Todo lo que costaba que entrara en el primer cuarto desde la línea de 6,75, iba para dentro en el momento justo. Un parcial de 0-9 permitió pasar al 12-26 con los triples de Seoane y Cremo. Los burgaleses se aprovechaban de los robos de balones para ir ampliando la ventaja que llegó a ser de 15 puntos en el minuto 15 tras una nueva canasta de Jofresa. El UEMC Real Valladolid acusaba mucho la falta de sus dos bases titulares, y Puidet no acaba de encontrar la manija de su equipo. Un tiempo muerto de Paco García sirvió para frenar la sangría. El único ‘pero’ que se puede poner a esta primera mitad es el excesivo lastre de faltas personales que se llevaron a sus espaldas con un trío arbitral bastante casero y que no pasaba una. Por suerte, los de Pisuerga no estaban nada acertados desde la línea del libre en un aspecto que se prolongó hasta un sonrojante 18/36 (50%) en todo el choque. Al final, 28-36 al descanso que pudieron ser dos más, pero el Real Valladolid anotó sobre la bocina.

El paso por los vestuarios fue estratosférico para los de Ocampo. Un cambio en las acciones de ataque permitió a los jugadores del Tizona estar libres para lanzar de tres. Así, tres ataques, tres triples de Parrado, Saint-Supery y Seoane. Es decir, nueve puntos en poco más de un minuto para alargar la renta hasta los 16 puntos. Lejos de pensar que el UEMC Real Valladolid iba a espabilar, el Tizona se hizo más fuerte en defensa y en ataque estaban pletóricos. Un brillante juego y una gran efectividad hizo llegar a los 21 puntos (36-57 minuto 16). Ocampo rotaba y repartía minutos para todos y no se notaba. Además, el trío arbitral bajó afortunadamente el listón para señalar faltas. La gran defensa interior de Tizona provocaba que el rival recurriera a triples y ahí estaban nefastos con un 5/17 en todo el choque. Finalmente, la renta obtenida fue de 16 (52-68) tras anotar 32 puntos. Se dice que en los tercer cuarto se ganan partidos, y así fue.

La última entrega en Pisuerga fue un paseo triunfal con presencia de jugadores menos habituales ante la nueva final que se avecina la próxima semana (Menorca) y porque un irreconocible Valladolid sacó la bandera blanca ante la ausencia de efectivos, sobre todo en la dirección, y bajó los brazos. Mentalmente el Tizona demostró estar muy fuerte y estar preparado para las tres batallas finales. Al final, 31 históricos puntos de ventaja y lo curioso es que, demostrando que es un equipo coral, los máximos anotadores con 13 fueron Parrado, Saint-Supery y Seoane.

UEMC REAL VALLADOLID BALONCESTO - GRUPO URETA TIZONA BURGOS, 63-94

UEMC Real Valladolid Baloncesto: Puidet (7), Kovacevic (22), De la Fuente (10), Nwogbo (9) y Belemene (2) cinco inicial- Lambás (0), García Abril (2), N´Guessan (9), Kasonga (0) y Jaime Fernández (2).

Grupo Ureta Tizona Burgos: Pacheco (6), Cremo (9), Seoane (13), Parrado (13) y Thiam (10) cinco inicial- Mario Saint-Supery (13), Vila (2), Huguet (3), Kande (10), Díaz (6), Jofresa (8) y Alonso (1).

PARCIALES 12-17; 16-19;24-32 y 11-26

ÁRBITROS: Checa, Martínez y Caamaño.

PABELLÓN: Pisuerga. 2.000 espectadores.

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