El Tizona sigue en crisis: Cuarta derrota consecutiva para los de Salva Camps

Cuarta derrota seguida para Grupo Ureta Tizona, que comienza 2025 tal y como acabó el año pasado, perdiendo. Y de qué manera. Con la máxima desventaja de la matinal, 28 puntos a favor de Flexicar Fuenlabrada, acabó un encuentro para olvidar de los de Salva Camps. Al equipo se le ha olvidado lo que mejor sabe hacer, correr y anotar, siendo presa fácil para uno de los mejores conjuntos de la liga como es el fuenlabreño. Festival azul mientras Tizona sellaba un escalofriante 6 de 36 en triples y un 22 de 71 en tiros de campo. Así es imposible.

Inicio muy errático de los burgaleses, algo precipitados y con malos tiros mientras los locales jugaban la baza de Nwogbo bajo los aros, anotando los cuatro primeros puntos de la matinal, matazo incluido. Thiam abría el marcador de Tizona desde el tiro libre, pero el juego ofensivo burgalés era un recital de errores. Nwogbo seguía su festival con un alleyhoop y las rentas locales crecían gracias a un triple de Cruz y un dos más uno de Jorgensen.

 Soluade lograba cortar la sangría bajo el aro pero en el ecuador del periodo, 14-6 engordado a una desventaja de diez que obligaba al tiempo de Camps a 4:30 de la bocina.Nzosa ubicaba una máxima de once para Fuenla, una renta que llegó a ser de quince con un escandaloso 21-6 tras robo y canasta fácil de Westermann, 21-6 a dos minutos del final. 

Sólo dos chispazos, un dos más uno -al fin- de Jones y un triplazo de Jordi Rodríguez a veinte segundos del final permitieron a Grupo Ureta Tizona corregir un nefasto primer cuarto para cerrarlo con un 24-12.

De nuevo catorce abajo, acciones como un gorro estratosférico de Nzosa y sus interminables brazos levantaban al público fuenlabreño, con apenas detalles burgaleses como una buena jugada de Thiam para no desengancharse del todo del encuentro. Momentos de prisas y errores en los dos ataques, con Jones marrando un mate espectacular.Una acción entre Jones y Thiam ubicaba el 28-17 a los cuatro minutos, con una pequeña tangana a mitad del cuarto.

 Que el ataque burgalés no funcionaba quedaba plasmado en acciones como un triple pasadísimo de Simeunovic que no tocó ni aro. Uno de quince para Tizona desde el 6,75, casi nada.

Tidjan Keita rompía la dinámica anotando a empujones y bajo el aro una sufrida canasta con tiempo de Toni Ten. Le salió bien al míster fuenlabreño, parcial de 9-0 de los suyos con dos entradas valientes de los exteriores, un canastón a aro pasado de Cruz y un triple de Munnings ponían una máxima de 18 para los locales a minuto y medio del descanso. 

Lo peor, la lesión de Seoane en una mala caída y lo único bueno, un triple de Lobo a 18 segundos de la bocina dejó el 37-22, bajísima anotación de Tizona, 8 de 36 en tiros de campo, lo nunca visto.

El tercer cuarto tuvo más baloncesto, pero Grupo Ureta Tizona siguió nefasto esta vez en defensa, del todo transparente. Un medio gancho de Cruz descorchaba el acto, y el propio jugador local ponía a los dos minutos los veinte de margen con un 44-24.

 Malas sensaciones pese a la previsible bronca en el descanso.Sólo Thiam aparecía en el costado atacante de los burgaleses, 13 puntos para él con un trabajo ímprobo en la zona, pero después de la enésima pérdida de un Lance Jones completamente fuera del partido, Jorgensen puso una máxima en el 48-26 a seis minutos y medio.

 Tiempo muerto a la desesperada de Salva Camps, que probaba y probaba pero no daba con un quinteto ni con un sistema de garantías. Vilà firmó tres buenas acciones en la pintura, al menos sostendiendo a los suyos y un triple de Jacobo Díaz daba esperanzas poniendo un 50-33. Por desgracia fue un mero espejismo. 

Westermann respondía desde el 6,75 y pronto Flexicar Fuenlabrada se volvía a escapar por encima de los veinte. Es más, en una fase de festival de los madrileños, showtime en contragolpes espectaculares con un Munnings clarividente, máxima de 26 para los locales con un 59-33 a tres minutos del final del tercer periodo. Sonrojante Tizona. Lobo apareció en los compases finales para un cuadro burgalés que vio el aro algo mejor, al menos dejando la cuestión en un 67-44.

Un triple de Caio Pacheco abría los diez minutos de cierre, un mero trámite salvo milagro que no llegaría. Lobo decidió jugar solo y jugarse todas las pelotas que le llegaban a las manos, con no muy buenos resultados. 

El encuentro se deslizaba hacia esos manidos minutos de la basura, con muchas precipitaciones en los dos ataques.

El Tizona volvió a bajar de los veinte puntos de distancia a los dos minutos y medio, pero no significó nada. Una antideportiva de Lobo ensanchaba nuevamente las distancias de los fuenlabreños, y los paisanos de Lalachus dejaban a Tizona hecho una verdadera estampita.

 Igualaban los locales su máxima, 26 arriba, pese a un triple de Pacheco, y ya con los jóvenes en pista al final los locales sellaron la máxima justo en el marcador final, 28 de ventaja en un 95-67 que certificó el desastre burgalés.