Sangre burgalesa, corazón blanquiazul: «Ser del Dépor es una manera de vivir»
Tras cinco años y pico de andadura, los Deportivistas del Arlanzón inauguran oficialmente su peña este sábado, en el bar La Oficina, para celebrar el partido de su equipo contra el Burgos CF

Raúl Casas, Héctor Redondo, Iván Méndez, Carlos Sánchez y David Fernández, miembros de la Junta Directiva de Deportivistas del Arlanzón.
Bebeto bailando después de meter gol porque Mauro Silva (chiste malo de antaño), el penalti de Djukic, la ansiada Liga, la magia sobre el terreno y el temor de los grandes en Europa, el histórico Centenariazo en el Santiago Bernabéu, títulos varios, el sueño truncado de llegar a la final de la Champions tras perder contra el Oporto... Y después el descenso. Uno tras otro.
Ser del Deportivo de la Coruña implica llorar. De alegría y de tristeza, de rabia y de emoción. Dentro y fuera de Galicia, desde el mismísimo Riazor o en cualquier punto de la geografía española. El Súper Dépor dejó huella, pero la pasión que desprende este club nunca fue una moda pasajera. En Burgos, hay quienes se enorgullecen del legado de aquel humilde equipo gallego que subió como la espuma a partir del eterno Arsenio Iglesias. Son los Deportivistas del Arlanzón: sangre castellana y corazón blanquiazul.
La peña se constituyó como tal el 12 de septiembre de 2019. A finales de la temporada anterior, varios aficionados que se conocían vía WhatsApp quedaron en un bar para ver a su Dépor jugarse el ascenso a Primera contra el Mallorca. No pudo ser, pero surgió un espontáneo sentimiento de comunidad que no ha dejado de crecer. De 15 socios iniciales a cerca de 40 en la actualidad, el encuentro de este domingo contra el Burgos Club de Fútbol, en El Plantío, marcará un emotivo punto de inflexión.
Asentados en el bar La Oficina desde el principio, los Deportivistas del Arlanzón inauguran oficialmente su peña este sábado a partir de las 8 de la tarde. Un auténtico «ritual» de hermanamiento, sin duda, con la Federación de Peñas del conjunto coruñés al que está invitado todo el mundo. También los jugadores, claro está. Lucas Pérez, David Mella, Yeremay aunque el Chelsea probablemente se lo lleve... ¡Y el burgalés Kevin Sánchez, cómo no! Quien no faltará será Carlos, su padre, blanquiazul hasta la médula y orgulloso miembro de la gran hinchada del Arlanzón.

Bufandas de peñas del Deportivo de la Coruña procedentes de toda España.
Algunos -los menos- acudirán a El Plantío con el corazón dividido . En concreto, varios peñistas que también son socios del Burgos. Por primera vez en su vida, Raúl Casas se sentará en el estadio con la afición 'rival'. Iván Méndez , el presidente, le aconseja entre risas que «se ponga un pasamontañas». Bromas aparte, la peña se personará en la grada con una bandera de la ciudad. Al fin y al cabo, los del Dépor nacen donde quieren y se enorgullecen de su tierra.
«El Dépor es una religión», asegura Héctor Redondo. Siempre agradecerá a su tío que, de chaval, le sacase de «la monotonía del Barça y Madrid». Tan orgulloso está de su equipo, en las buenas y en las malas, que en 2022 llegó a plantarse él solo en el Ruta de la Plata cuando el club de sus amores se enfrentaba al Zamora CF en Primera RFEF. Ahí estaba, gritando ‘gol’ con su bandera en alto, cuando la grada se vino abajo. Mientras tanto, sus compañeros observaban atónitos el derrumbe por televisión.
«Cuanto peor hemos estado más ha respondido la afición»
Para David Fernández, el fervor por este equipo «no se puede explicar». De cara al domingo, lo tiene claro: «corazón blanquiazul, totalmente». Así desde los 6 años, sea cual sea el rival. Además, confía en la victoria del Deportivo por los buenos resultados que cosecha últimamente fuera de casa.
Bien sabe el ‘presi’, con conocimiento de causa, que lo del Dépor es «una manera de vivir». Residió en A Coruña de chaval durante siete años y no tardó en descubrir que el amor incondicional al club estaba por encima de lo normal. Después, cuando tocó descender a los infiernos , comprobó que «cuanto peor hemos estado más ha respondido la afición». Si no, ¿cómo se explican los récords de socios de los últimos años?
Otra pregunta, la más importante de todas. ¿Volverá el Súper Dépor? «Son palabras mayores», reflexiona Méndez a sabiendas de que «hemos estado en los barros más profundos». Lo que está claro, y a nadie le cabe duda, es que «volveremos a Primera». Ahora bien, «si fuese por la afición, seríamos el Súper Dépor toda la vida».
Pase lo que pase, nadie quita lo bailado a los Deportivistas del Arlanzón. Les cuesta elegir, pero cada uno tiene su jugador fetiche. Sin pensárselo dos veces, Carlos Sánchez se decanta por su hijo Kevin porque «nos va a devolver al Súper Dépor». David se queda con Valerón, «el mejor centrocampista que ha habido» mientras Raúl elige a Mauro Silva por su «control total del campo». Héctor, por su parte, encumbra a Manuel Pablo porque siempre se mostró «fiel al equipo» e Iván apuesta por el «increíble» Bebeto al que todos emulaban en el patio del colegio.
Se quedan muchos en el tintero. El nombre de Djalminha resuena el primero. Después salen a relucir Diego Tristán o Roy Makaay. Y Lucas Pérez, la fuerza del presente, capaz de renunciar a la Primera División y poner dinero de su bolsillo para reflotar a su equipo de toda la vida. Si eso no es pasión, que baje Arsenio y lo vea.