Un golazo de Íñigo Córdoba da la victoria y mucha tranquilidad al Burgos en Zaragoza

Importantísima victoria del Burgos CF en Zaragoza, donde se impuso por 0-1 merced a un golazo de Íñigo Córdoba a seis minutos del final del partido. Si bien es cierto que los aragoneses jugaron con uno menos desde el minuto diez de la segunda mitad por la expulsión de Dani Gómez, no lo es menos que el tanto premió el buen partido en líneas generales de La Romareda, de donde se llevaron tres puntos vitales en su objetivo de alejarse de los puestos de descenso.

El triunfo del Eldense ante el Deportivo de la Coruña había situado a los alicantinos a tan solo dos puntos de los burgaleses, pero el colchón seguirá siendo de cinco y un partido menos tras el segundo triunfo consecutivo de los de Luis Miguel Ramis, que cuando más peliaguda parecía la situación han resuelto con el pleno de los seis puntos posibles dos compromisos que infundían mucho respeto, como la visita al Plantío de un Racing que llegaba líder y la salida a La Romareda.

Antes del inicio del encuentro el Real Zaragoza y la afición blanquilla rindieron homenaje al portero argentino Cristian Álvarez, que a los 39 años acaba de poner fin a su trayectoria en activo para pasar a tener un cargo en el club, donde asumirá la responsabilidad de las relaciones institucionales.

Con el balón ya en juego sobre el césped, ambos equipos se mostraron de inicio mucho respeto mutuo, alargando la habitual fase de tanteo y observación hasta casi unos diez minutos que se hicieron eternos sin que nada reseñable pasara sobre el verde. Los espectadores que llegaron tarde a sus asientos, solo se perdieron el tributo zaragocista a Cristian Álvarez.

Para asistir a una acción de cierto peligro en las áreas hubo que esperar al minuto 13, cuando el mediocentro Atienza a punto estuvo de obtener premio en su incorporación al ataque burgalés. Sin embargo, su remate escorado se marchó ligeramente desviado muy cerca del palo.

Pese a que era el Zaragoza el que trataba de llevar la iniciativa en el partido, el bloque defensivo de los de Ramis cortocircuitaban la creación ofensiva de los locales, todo lo contrario de lo que sucedía cada vez que el Burgos recuperaba el esférico y se encontraba con la posibilidad de correr hacia delante. Así, en el minuto 20 Curro culminó una buena jugada de ataque con un disparo desde la frontal del área, pero Joan Femenías atrapó con seguridad el balón.

Más providencial resultó Ander Cantero unos minutos después, cuando respondió con una gran parada a un lanzamiento de falta de Aketxe. Tocó lo justo con los dedos para sacarla de la trayectoria de gol y el larguero hizo el resto antes que el peligro quedara definitivamente abortado. Poco más pasó hasta el descanso, al que se llegó con un empate sin goles que poco pudo sorprender a la vista de lo muy táctico y trabado que estaba siendo el partido.

Tras el paso por los vestuarios volvió a ser burgalesa la primera intención de hacer daño en la portería contraria. Corría el minuto seis de la reanudación cuando un disparo desde la lejanía de Edu Espiau buscó sin suerte sorprender al arquero local Joan Femenías.

Cuatro minutos después llegó una acción clave en el desarrollo del partido. Una entrada de Dani Gómez a Florian fue castigada por el colegiado almeriense Sánchez Villalobos con tarjeta roja para el jugador zaragocista. Se indignó La Romareda, que precisamente había reclamado mayor castigo en dos faltas anteriores de la que el de Alcorcón había sido objeto.

Movió piezas el técnico local Miguel Ramírez con un triple cambio, y también inauguró el capítulo de cambios Ramis con las entradas de Elady y Marcelo por Ojeda y Quintanilla, a las que no tardó en unirse la incorporación de Íñigo Córdoba en el puesto de Florian.

Aunque no pareció acusar inicialmente el Zaragoza la inferioridad de efectivos, con el paso de los minutos fue encontrando el Burgos más espacios para acercarse a los dominios de Femenías. Un sutil centro de Elady cruzó el área pequeña sin encontrar rematador, y a Edu Espiau se le fue ligeramente alto un remate en posición franca tras un pase de Íñigo Córdoba.

Quien sabe si fue porque su compañero no había aprovechado la anterior asistencia, que el bilbaíno decidió guisárselo él solo poco después. Corría el minuto 84 cuando Íñigo Córdoba no se lo pensó dos veces a la hora de resolver con un trallazo impresionante que entró por la escuadra de la portería zaragozana, un auténtico golazo para poner los tres puntos camino del Plantío a poco que los de Ramis fueran capaces de conservarlos en el poco tiempo restante.

Con la entrada de Borja Sánchez por Curro un par de minutos antes del gol, el Burgos se aplicó en defensa para amarrar el preciado botín. El Zaragoza lo intentó, pero no solo la superioridad numérica, si no también el buen quehacer defensivo de los burgaleses, permitieron alcanzar el final sin pasar excesivos apuros más allá de balones colgados y centros que fueron achicados antes que encontraran rematador.