El Correo de Burgos

BALONCESTO / Adecco LEB Oro

Autocid enciende la alerta naranja

Regala el partido en un pésimo inicio en el que rozó la histeria (11-32). Cáceres no perdió la calma y condenó al cuadro azulón a su quinta derrota en los últimos seis partidos disputados

Burgos

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AUTOCID FORD      68CÁCERES 2016        77

Autocid Ford: Chris Hernández (6), Zach Morley (15), Chus Castro (8), Manu Gómez (11), Jason Blair (6) -quinteto inicial- Corrales (8),Peter Lorant (7), Alberto Miguel (6).Cáceres 2016: Naymick (11), Holcomb (10), Francis Sánchez (21), Álex González (6), Lucio Ángulo (20) –quinteto inicial- Perico Sala (-), Dedas (6), Guaita (2), Fornás (1)Árbitros: Morales (Madrid) y López (Andalucía).Eliminados: No hubo.Parciales: 11-32; 24-44 (descanso); 44-56 y 68-77 (final).  DIEGO ALMENDRES / BurgosAutocid enciende las primeras luces de emergencia de la temporada. No por perder su quinto partido en las últimas seis jornadas disputadas, sino por todo lo que rodeó al conjunto burgalés en el desastre general protagonizado ayer. Desconocido, perdido, noqueado antes de empezar… en muchas fases histérico, el combinado local deambuló por momentos al son de un Cáceres perfecto en su planteamiento y ejecución. Por mucho que la reacción le permitiera al cuadro local acercarse hasta el 52-58 en el último periodo. Por mucho que no estuviera el lesionado Anagonye en pista.Quizá sólo fuera el resultado de un mal día, pero al cuadro visitante le bastó un cuarto para dejar el partido sentenciado. El 11-32 que reflejó el marcador al término del acto inaugural ofrece poco margen a la imaginación o la excusa. Fue un atropello en toda regla. De esos que disfrutas con la baba caída cuando se produce a favor y de los que hacen llorar por dentro cuando se recibe. A Autocid le tocó recibir. Hasta en el DNI. Un caos del que sacó provecho un rival esplendoroso en su baloncesto y letal ante el constante favor azulón.El 2-9 de salida no hacía presagiar nada bueno. Los de Casadevall salieron groggys. Blandos en defensa y torpes en ataque. Ni siquiera las contadas buenas acciones realizadas encontraron premio. Lucio Angulo parecía un veinteañero y las metralletas de Francis Sánchez y Álex González hicieron el resto. Autocid se instaló en la locura, en la sinrazón y el agujero se abrió hasta el 6-24. ¿Qué más podía suceder? Ver al estandarte ofensivo, Zach Morley, darse cabezazos contra la defensa extremeña era síntoma inequívoco de que los locales habían tocado fondo. Realmente lo hicieron cuando los de Aranzana se fueron a la máxima (8-30). Sólo quedaba levantarse.El equipo burgalés no estaba para alardes. Bastante tenía con agarrarse a la pista, aunque en el segundo cuarto, al menos, frenó la sangría apoyado en una defensa zonal que no tuvo continuidad en la canasta verdinegra. Un quiero y no puedo en el que, a pesar de todo, Autocid seguía agarrado con fuerza al finísimo hilo que todavía le unía al partido.Sólo Manu Gómez parecía enganchado. Demasiado sólo en una cruzada en la que tampoco bastó el coraje de Lorant, con Chris Hernández (-4 de valoración), Morley, Castro y Miguel fuera de cobertura. La borrachera inicial de Cáceres dio pie a un cuentagotas en el que tenía las de ganar. Los locales consiguieron bajar la barrera de los 20 en varias ocasiones, pero cada halo de luz encontraba rápida respuesta verdinegra para llegar al descanso con un esclarecedor 24-44.Así entró una segunda parte en la que Autocid tenía la clara táctica a seguir: morir matando. Un 4-0 de salida y la tercera de Naymick alimentaban el alma. Había lugar para la esperanza. Sin estridencias. Sólo con energías y criterio en su ímpetu. Cada mordisco desesperado era una razón más para cargarse de razones y, una vez que los azulones bajaron de los 15 (40-54), comenzó otro envite. Los de Casadevall se acercaron hasta el 44-56 en el rush final de la tercera manga y todo era posible. Con permiso de Cáceres, que no se lo iba a dar.Ahora sí, Autocid se había quitado el lastre que tanto le pesaba. Ligero como una pluma, dos triples de Alberto Miguel y una canasta de Blair provocaron el estallido del público. Los locales estaban en el partido con el 52-58 y todo un mundo por disputar. Subidón que hacía pensar en una noche mágica, convertido en un leve suspiro antes de hincar la rodilla de forma definitiva. Los visitantes rebajaron los humos de El Plantío con tres bofetadas sonoras. Mortales. Tres aciertos exteriores consecutivos enfriaron el alma de un Autocid roto en mil pedazos con el 0-9 de parcial que echaba por tierra el esfuerzo y el partido.A pesar del nuevo golpe, de este revés ya letal para la suerte del envite, Autocid siguió luchando, sabedor de su suerte final. Como hiciera la orquesta del Titanic. Aún le quedaba la épica. Por aquello de aferrarse a algo en los últimos cuatro minutos (57-69). Pero allí estaba Francis Sánchez, impresionante, para poner el lazo a la victoria extremeña (57-71) y demostrar al equipo burgalés que el de ayer no fue su día. Seis derrotas en 12 partidos. Cinco en los últimos seis. Muchos matices a destacar por el camino, pero sólo una realidad, la que dicta la clasificación. Fría e implacable, como el calendario. Terrorífico en este mes de diciembre. Buen momento para pedir un regalo.

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