El Correo de Burgos

ATLETISMO

Tajadura I de El Crucero asalta el trono

El del UBU Caja de Burgos rompe los esquemas a los grandes favoritos y gana con solvencia una carrera marcada por el frío . Casi 1.500 atletas fueron protagonistas de la jornada

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Burgos

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DIEGO ALMENDRES / Burgos

Los reyes han abdicado. ¡Viva el nuevo rey Tajadura I de El Crucero! Impecable el burgalés en su asalto al trono, un golpe de estado ejecutado a las mil maravillas con sus piernas como armas a esgrimir en una batalla incruenta, pero emocionante.

Antonio Núñez, vencedor en las últimas dos ediciones de la popular carrera burgalesa, cedió mermado en su físico por una inoportuna lesión, orgulloso del esfuerzo realizado en su defensa del título. Junto a él, Julio Rey, majestad en ésto del atletismo, no pudo estar en la lucha por el triunfo, si bien aportó la guinda deseada para aumentar la leyenda de un cross longevo, pero con un gran futuro por delante.

Muchos nombres propios, muchos protagonistas a destacar. Uno sobresale entre ellos. Tomás Tajadura. Soberbio, imparable. Ligero como una pluma para incluir de nuevo al atletismo burgalés en la línea de sucesión del palmarés de la cita.

Una edición que será recordada por el agobiante frío que congeló las piernas de los corredores. No así su corazón y espíritu. Casi 1.500 deportistas de todas las edades tomaron parte a lo largo de la mañana de una competición cuyo carácter popular le permite adquirir otro nivel. Sin el calor de los amantes del atletismo, no se entendería el Cross de El Crucero, que ya ondea la enseña de su nuevo monarca.

La exhibición del representante del UBU Caja de Burgos fue tal que, incluso, en un primer momento de confusión, se anunció el destrozo del todavía vigente récord de la prueba, establecido en un tiempo de 30:20. No pudo Tajadura completar la gesta, pero lo cierto es que el ganador voló sobre el enrevesado circuito del barrio burgalés, sutil en sus movimientos entre los dientes de sierra que componen un trazado extendido sobre 9.000 metros sin apenas respiro.

Difícil tomarse una tregua cuando, además superar las duras condiciones de la carrera y al enemigo meteorológico, se oposita al trono en juego junto a un puñado de ilustres competidores.

Sólo quedaba plantear una batalla a todo o nada. Sin reservas ni  medias tintas. La ley del más fuerte dilucidaría el nombre del vencedor y fue Iván Hierro el que desató las hostilidades desde el principio con un ritmo sólo al alcance de los elegidos. Cubierta la primera vuelta pequeña, éstos ya habían tomado posiciones en cabeza, con Antonio Núñez y Tomás Tajadura al frente de las operaciones.

Ataque definitivo

Cualquier descuido, el más mínimo pestañeo, daría al traste con las opciones del más fuerte. Nadie cedía un ápice y el reloj sería juez de una contienda resuelta por un estrecho margen. Por detrás, Sanfabio impuso su dominio en el pulso mantenido con María José del Toro y Sonia Antolín en la cita femenina. Por delante, seis hombres comandaban la prueba en el segundo paso y antes del arreón definitivo, Tajadura, Hierro y Abascal ofrecieron mejores sensaciones que sus rivales. Núñez cedió pocos metros, decisivos en la suerte de la carrera, al igual que el resto de figuras condenadas a perder contacto con la cabeza.

Tajadura probó a falta de kilómetro y medio. Soltó lastre. Ventaja suficiente para encarar en solitario el último esfuerzo, para disfrutar en la recta de meta del éxito conseguido. El Crucero tiene nuevo rey. Su predecesor ya prepara la ‘venganza’. Julio Rey, el genuino, disfrutó de la otra cara del atletismo. Y la afición disfrutó con él. Un día redondo.

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