Esfuerzo sin premio sobre la bocina

Waldo en el 94’ dejó al Burgos CF sin sumar en su visita al Heliodoro Rodríguez López en la penúltima jornada de Liga. Gaspar Campos inauguró el marcador en la primera mitad, pero los goles de Mo Dauda y el 17 tinerfeño sobre la bocina acabaron con la fortaleza de los blanquinegros y su esfuerzo.

El planteamiento de Calero con 7 jugadores de corte defensivo no evitó que el Tenerife merodeara el área de Caro en los primeros minutos de juego. Hasta el 15’, ambos jugaron a las áreas, convirtiendo el partido en un correcalles en el que el Tenerife aceptó la posesión, pero nunca se sintió lejos de su esencia. La primera ocasión clara del Burgos llegó en el 11’ de juego. Curro lanzó el contragolpe y habilitó a Areso en la banda, siempre generoso en la carrera. El lateral controló en la esquina del área sin oposición y aunque tuvo tiempo para elegir la mejor opción, su disparo se marchó alto. La respuesta de Gallego fue inmediata con un zapatazo que palmeó Caro a la esquina.

Con un porcentaje de posesión inferior al 30%, aunque sin llegar a sufrir por ello, los de Calero supieron contener las llegadas de un Tenerife que, sobre todo, trató de aprovechar la espalda de los carrileros blanquinegros. Ya en el 22, Elgezabal puso de nuevo en aprietos a Soriano con un remate a la salida de un córner. Ese sería el último acercamiento con peligro de los castellanos hasta el gol.

Cuando el duelo perdió toda la efusividad del comienzo y el Tenerife dejó la posesión en manos del Burgos, la amplitud de Matos permitió que Goldar rompiera una línea entera con un pase filtrado para Curro. El de La Palma del Condado habilitó a Gaspar con un toque de primeras y el asturiano abrió la lata, infalible en el mano a mano.

Con un Tenerife noqueado por el gol y obligado a encontrar creatividad para superar la poblada defensa rival, y un Burgos replegado y satisfecho, se llegó al descanso (0-1). El inicio del segundo tiempo fue un calco de la primera mitad. Los tinerfeños, en busca de soluciones y el Burgos descolgando a Curro en el ataque y con 10 jugadores por detrás del balón esperando salir al contraataque.

Esa propuesta cerca estuvo de costarle muy cara a Calero en el 50, cuando Goldar trató de despejar un centro sin altura desde la izquierda y envió el balón contra su propia portería. Al final, la acción quedó en nada, porque el esférico salió lamiendo la cepa del poste derecho, pero sirvió como aviso para un Burgos demasiado aculado en su área.

Las llegadas del Tenerife continuaron. La más clara, el disparo de Waldo después de recuperar en la frontal del área tras un error de Gaspar. El 17 insular quiso reventarla, pero la acción pedía sutileza y colocación. Y a pesar de que el escenario se presentaba muy oscuro para los intereses del Burgos, el todavía técnico de los blanquinegros esperó al 70’ para efectuar algún cambio. Bermejo dejó su lugar a Mumo, complicando aún más la circulación del Tenerife por dentro y abriendo una nueva opción para los contragolpes.

Sin embargo, lo que llegó fue el empate en las botas de Mo Dauda a la salida de un córner. Después de desaprovechar un mano a mano que Caro desvió a córner, el delantero del Tenerife estuvo dónde tenía que estar para remachar una acción a balón parado mal defendida por la zaga burgalesa.

Acostumbrado a situaciones de estrés en la zona de influencia, esta vez el Burgos CF no supo defenderse del asedio tinerfeño y terminó perdiendo el punto sobre la bocina, de nuevo a balón parado y con una acción que pese a ser revisada por el VAR por posible mano de un jugador del Tenerife, dejó al conjunto burgalés sin puntuar.