ESPECIAL TRANSPORTE Y LOGÍSTICA / ESTACIONES DE SERVICIO
El año podría acabar con un 35% de pérdidas ante la baja movilidad
El confinamiento de Aranda redujo las ventas un 50% porque «no solo para la ciudad, también la comarca»
Una de las actividades económicas que no ha dejado de operar por el decreto de alarma fueron las estaciones de servicio. Las gasolineras forman parte de ese grupo de actividades de carácter esencial. Pero eso no quiere decir que hayan sido ajenos al tsunami económico que ha supuesto el confinamiento de marzo y la ‘nueva normalidad’ que se ha vivido hasta ahora.
Los ciudadanos se mueven menos. El teletrabajo evita desplazamientos antaño obligatorios. El coche consume menos y acudir a llenar el depósito de gasolina se ha espaciado cada vez más. «Las ventas están peor que el año anterior, lo normal porque con el confinamiento la gente no se ha movido», explica el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Burgos, Adesbur, Jesús Sadornil.
Una caída de consumo que ya asoma sus primeras cifras. Adesbur calcula que el sector ya ha perdido un 25% de facturación respecto al año pasado. Una cifra que podría ir a más. «Si seguimos en esta situación de bajo consumo y esto no se reactiva, la caída de ingresos podría alcanzar un descenso del 35%», explica. Pero si la situación se pone aun peor, si se vuelve a decretar un confinamiento perimetral o domiciliario los números podrían desplomarse aún más.
El sector cuenta con 53 empresas operativas en la provincia y emplean a 200 personas de forma directa
Un ejemplo se pudo atisbar en el confinamiento veraniego de Aranda de Duero. Durante ese momento las estaciones de servicio de la localidad perdieron gran parte del consumo hasta sumar descensos de la mitad de su facturación. «Los 15 días del cierre de Aranda no solo suponen un descenso de ventas por la situación de la ciudad, es que afecta a toda la comarca donde los desplazamientos se reducen, nadie va de un pueblo a otro y eso se dejó sentir muy mucho en nuestro sector», explica Sadornil. De ahí que preocupe la incertidumbre actual de cómo se va a acabar el año 2020 en cuanto a la situación de confinamiento o no tras unos días del denominado cierre perimetral que llegó a afectar a tres ciudades de la provincia al mismo tiempo y, por tanto, a las comarcas con las que se relacionan.
Incertidumbre es la palabra que vuelve a repetirse también entre los empresarios que regentan las estaciones de servicio.Con el añadido de que «nadie nos va a apoyar, al final se nos considera recaudadores de impuestos», reflexiona Jesús Sadornil.
Con esta caída de facturación de un producto donde el precio viene previamente marcado y gran parte son impuestos, las empresas «tratamos de aguantar como podemos, sin tener que perder el empleo y mantenerlo porque, al final, son familias y empleados de muchos años», explica. También tratan de mantener la actividad lo suficiente para no dejar grandes superficies sin abastecimiento de combustible. «Es un bien esencial, como los alimentos, la movilidad, por poca que sea, es una necesidad y más, por ejemplo, en los servicios de emergencia, sanitarios y de seguridad» explica Sadornil que duda que se produzca algún cierre aunque la facturación baje considerablemente.
«No hay ERTES, el freno de actividad se suple trabajando menos días y sin reforzar con nuevos empleos»
Con todo, por el momento no ha habido ajustes de plantilla. «No ha habido ERTES, por el momento, y el freno de actividad se suple reduciendo días en la plantilla fija pero sin refuerzos temporales que otros años puedes hacer en picos de actividad», señalan desde Adesbur.
El sector cuenta en la provincia con una red de 53 gasolineras o estaciones de servicio que generan un total de 200 puestos de trabajo de manera directa. La media de empleos que genera una gasolinera atendida son tres trabajadores por cada una de ellas. Pero a esta cantidad hay que sumar los otros 200 que puede generar la actividad del sector vinculadas al transporte, prestación de otros servicios como el consumo de alimentación o centros de almacenaje del gasóleo. En total esta actividad podría alcanzar un total de 400 empleados en toda la provincia. De ahí que «la incertidumbre sea lo peor» y haya que acudir a ERTES o medidas similares. Algo que tratan de evitar.
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