Aranda y la Ribera, a flote por su heterogeneidad

Los crecimientos son modestos pero afortunadamente no se ha producido la caída brusca que muchos vaticinaban para el primer trimestre del año. Aranda de Duero y la comarca de la Ribera se mantienen a flote gracias en gran parte a su heterogeneidad. 

«La sensación es de moderación pero no de dificultades», asegura desde la asociación de empresarios de Aranda y la Ribera, Asemar, Roberto Rojo, ex vicepresidente y actual vocal de la junta directiva.

El hecho de que no se haya debilitado la cartera de pedidos en las fábricas anima a la esperanza y en sectores como la industria o el metal, que trabajan con órdenes a medio- largo plazo, las previsiones apuntan a la estabilidad. «Habrá que hacer una segunda previsión en septiembre u octubre, pero por ahora la previsión es relativamente buena», tranquiliza.

Dicho esto, luego depende mucho de sectores y de cuál sea el público objetivo. « Las empresas que dependen del mercado nacional están teniendo más dificultades que las que exportan», sostiene.

En Servicios, la hostelería vive un buen momento y es normal ver terrazas y restaurantes llenos, pero no hay que olvidar, recuerda, que fue el sector más castigado en la crisis generada por la pandemia sanitaria, con los cierres y las limitaciones de horario. « Se está recuperando pero fue el que más cayó».

En cuanto al sector del transporte de mercancías, « un sector importantísimo para Aranda de Duero, el año pasado ya recuperó y aunque no están mal, siguen recuperando».

El también presidente de la Asociación para el Desarrollo Rural Integral de la Ribera del Duero (ADRI), Roberto Rojo, insiste en la importancia de diferenciar en los datos del paro entre ‘activos’ y ‘ocupados’. 

«El paro es un dato ficticio, porque si miramos solo el paro, los datos pueden ser buenos, pero si arañamos un poco descubriremos que en los últimos años la industria en la provincia de Burgos, el índice de ‘ocupados’, los que están trabajando, ha bajado en más de 2.000 personas; es un dato muy a tener en cuenta porque la falta de mano de obra ya es un problema importante», advierte con inquietud porque muchos se han jubilado pero otros muchos han cambiado de sector.

El envejecimiento de la población no da tregua. « Cada vez hay menos personas en edad de trabajar y eso es un problema para Aranda y la Ribera pero también para las empresas y para su desarrollo futuro», analiza.

Relevo generacional

La falta de mano de obra afecta a todos los sectores, especialmente a la Construcción. « Es muy, muy preocupante, porque no está produciendo relevo generacional en muchos oficios y muchos trabajadores se están yendo a otros sectores. 

Es lo mismo que ocurrió en la crisis de 2008- 2009», apunta a sabiendas de que esta amenaza no es tan acuciante en la industria por las condiciones de una oferta de Formación Profesional « que ayuda mucho». Pero, «en sectores como hostelería, limpieza y transporte, la dificultad es creciente». Bajo esta perspectiva, aunque la diversidad sectorial está salvando el momento, no hay que perder de vista el gran reto de la despoblación. « Es un tema que hay que abordar», invita.

En el caso de Pascual, las previsiones, según explica el director de Asuntos Públicos y Comunicación, Óscar Hernández, « son esperanzadoras para 2023, sobre todo en el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), tras un primer trimestre positivo en volumen y facturación, que nos muestra una tendencia de recuperación respecto al último año de pre-pandemia, 2019». 

«Además, otro de los focos de crecimiento es el proyecto de internacionalización de la compañía que está dando sus primeros frutos en 2023, con el comienzo de la producción de leche en Angola para el mercado local; al que seguirán los proyectos en Centroamérica, Norte de África y el Sudeste Asiático, reproduciendo este modelo en otros países, donde Pascual ya tiene presencia a través de sus exportaciones».

En GSK también son optimistas. A la espera de que la compañía decida qué fábrica se encargará de la producción del ‘Ventolín verde’, la planta de Aranda de Duero ultima la instalación de 30.000 metros cuadrados de paneles solares que redundará en un importante ahorro energético. Además tiene retos de interés como comenzar a suministrar a Estados Unidos el medicamento para VIH, un hito que proyectan aplicar a partir del mes de junio.