El vino, el rey de la mesa

Si de algo puede presumir esta tierra es de sus grandes vinos. Tintos, claretes o blancos, el vino es el rey de la mesa en Castilla y León y un pilar fundamental en la cesta de productos amparados por la calidad de Tierra de Sabor, un emblema que luce en las etiquetas de las botellas como símbolo de la excelencia en el buen hacer de los productores castellano leoneses y que, a fuerza de cumplir con la más alta exigencia de los paladares, el consumidor identifica como una vitola de prestigio. Aunque Ribera del Duero y Rueda son las denominaciones de Origen más famosas, hay un sinfín de vinos por descubrir. Comenzamos.

Si hablamos de rosados, la tradición marca León, con su variedad Prieto Picudo, pero Cigales es la reina indiscutible. De hecho, el 65% del vino rosado de Castilla y León se produce en Cigales, seguido de lejos por León (15%), Ribera del Duero (10%), Zamora (5%), Arlanza (2%) y el resto de zonas (3%). «En Cigales el rosado tiene la peculiaridad de que se hace utilizando uvas blancas y tintas: Albillo, Verdejo, Tempranillo y Garnacha. Son vinos frescos, fáciles de beber, con buen paso en boca, buena acidez y elegantes», explica el gerente del Consejo Regulador, Raúl Escudero, en una Denominación de Origen que reserva el 60% de los vinos a rosados y el 40% a tintos.

En Cigales el calor ha mermado la cosecha en un 8%. Según detalla, se han recogido cerca de 7,8 millones de kilos de uva y ha sido la vendimia más temprana de la historia de la DO. «La calidad desde luego es estupenda. Se prevé una añada maravillosa», garantiza.

En la historia de los Rosados, León es parada obligada. De los 2.116.439 litros elaborados en 2022,  1.192.941 de litros fueron para Rosados; 551.122 de litros para Tintos y 372.376 para Blancos. En su mayoría el Rosado es monovarietal, 100% Prieto Picudo, algo que garantiza la expresividad en el color y en el aroma.

Lo cierto es que las lluvias complicaron la vendimia en un año marcado por la sequía extrema y el calor. Con más de 3 millones de kilos de uva recogidos en esta cosecha 2023, la variedad Prieto Picudo lidera una producción que mayoritariamente se destinará a la elaboración de vinos rosados, aunque en esta añada, la uva presenta «especiales aptitudes para los tintos de larga crianza». «Los blancos de 2023 serán especialmente aromáticos, frescos y frutales; los rosados ganan en fragancia sobre los del año pasado y los tintos se presentarán muy varietales, de elevada expresividad y menos alcohólicos», destacan desde el Consejo Regulador de León.

La DO León se expande por 1.223 hectáreas de las que 549,4 hectáreas son productivas. A día de hoy hay 219 viticultores y 40 bodegas.

Sin dejar León, la Denominación de Origen Bierzo puede presumir de ser la región vinícola con mayor porcentaje de viñedo viejo del mundo. Con 2.300 hectáreas inscritas, 74 bodegas y más de 1.000 viticultores, el Bierzo es el rey de la variedad Mencía en tintos, y de Godello en Blancos, pero también trabaja con acierto otras variedades como la Garnacha tintorera, o las recuperadas  Estaladiña y Merenzao.

 En blancos también elaboran con Palomina, Malvasía y Doña Blanca. «Tanto en blancos como en tintos la tendencia es clara: vinos frescos, elegantes y afinados», resume el presidente del Consejo Regulador, Adelino Pérez, convencido de que el cambio climático les está favoreciendo. «La cosecha ha ido muy bien. Aquí apenas afectó la sequía y hemos recogido 13 millones de kilos, 3 más que el año anterior».

El recorrido no puede dejar de lado Toro, una Denominación de Origen que destaca por la potencia y fuerza de unos vinos que en su mayoría aúnan la fruta y la juventud. «Hay que tener en cuenta que más de la mitad del vino tinto es Joven o Roble», explica el gerente del Consejo Regulador, Rubén Gil.

En cata en los vinos de Toro predomina la capa visual con la intensidad de frutas rojas y negras y el toque del regaliz. «Son vinos elegantes, más fáciles de beber que antiguamente».

La cosecha ha sido más corta que el año pasado, cuando se batió un record histórico de kilos de uva. Sin embargo, con 22 millones de kilos de uva recolectados en 2023 está por encima de la media de los últimos años. «La calidad es extraordinaria», subraya el portavoz de un Consejo Regulador que vela por la calidad de 62 bodegas con una superficie total de 5.400 hectáreas de viñedo.

En la provincia encontramos también la DO ‘Tierra de Vino de Zamora’, una zona vinícola marcada por el río Duero y la Vía de la Plata que se extiende por 10 km de la provincia de Salamanca y en la que predomina el Tempranillo en Tintos y en Blancos, la Malvasía, el Moscatel y el Verdejo.

A día de hoy cuenta con 1.799 kilómetros cuadrados protegidos de 54 municipios; 11 bodegas y dos en proceso de adhesión. «La cosecha ha ido bastante bien», asegura el presidente del Consejo Regulador.

SALAMANCA

Mientras en la mayoría de Consejos Reguladores hay una estricta normativa reguladora, la libertad juega un papel principal en la Denominación de Origen Arribes. «Aquí no hay porcentajes. Las bodegas pueden utilizar las 11 variedades permitidas como mejor consideren», explica el director técnico del Consejo, Carlos Capilla, con la mirada puesta en las 11 variedades permitidas.

En tintas, Juan García, Tempranillo, Rufete, Bruñal, Garnacha, Mencía, Syrah, y las cuatro nuevas: Bastardillo Chico, Tinta Jeromo, Mandón y Gajo Arroba. El blancas el portfolio se completa con Malvasía castellana, Verdejo, Albillo y como novedad, Puesta en Cruz.

La Denominación de Origen Arribes representa los vinos de Pereña de la Ribera (Salamanca) y Cibanal en Zamora. Cuenta con 303 hectáreas que trabajan cerca de 200 viticultores de 23 bodegas. «Son vinos muy marcados por el terruño y el clima, vinos con mucha fruta», destaca Carlos Capilla.

BLANCOS

Si en Rosados reina Cigales, en blancos la líder absoluta es Rueda y su variedad principal Verdejo. Según el último informe que la consultora Nielsen publicó en julio de 2023, Rueda es la primera DO en vino Blanco de España con un 42% de cuota de blancos. 

En su caso, el calor también ha reducido una cosecha que ha finalizado con 130.480.225 kilos de uva. Sin embargo las precipitaciones intensas de principios de septiembre, unido al calor, han permitido la correcta maduración del fruto, que se presenta en óptimas condiciones sanitarias.

 «El perfecto equilibrio entre grado y acidez de la uva cosechada augura un gran potencial para los vinos de la añada 2023», señalan desde el Consejo Regulador. La variedad autóctona verdejo supone el 88,4% de la producción total de uvas blancas, con 115.373.284 kilos.

 Este año, la campaña ha contado con 1.576 viticultores, 20.767 hectáreas de superficie inscrita, de las cuales el 88% es uva Verdejo, y 79 bodegas elaboradoras. «Creemos que la añada de 2023 presenta un gran potencial tanto para vinos jóvenes como para elaboraciones de guarda», afirma Carlos Yllera, presidente del Consejo Regulador Rueda.