El Correo de Burgos

25 ANIVERSARIO DE EL CORREO DE BURGOS EL MUNDO

Testigos de la efervescencia cultural que indica el camino

Once voces más que autorizadas analizan cómo ha cambiado el sector en Burgos durante el último cuarto de siglo y fijan los retos para los próximos 25 años.

Fiesta 'holi' enmarcada en los actos de La Noche Blanca de Burgos.

Fiesta 'holi' enmarcada en los actos de La Noche Blanca de Burgos.SANTI OTERO

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Burgos

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No están todos los que son, pero desde luego que quienes a continuación comparten su visión sobre la evolución el panorama cultural burgalés son protagonistas y responsables en gran medida de los cambios, para bien, registrados en este ámbito durante el último cuarto de siglo. 

Este periódico los ha acompañado en tal labor durante su ya larga vida y ha dado fe de la efervescencia creativa que permitía dar ese salto cualitativo que todos vislumbran en su repaso al pasado, presente y futuro de la cultura en Burgos. Pasen y lean.

IGNACIO GONZÁLEZ (GERENCIA MUNICIPAL DE CULTURA)

La de Ignacio González, coordinador de la Gerencia Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Burgos es una voz más que autorizada para analizar la evolución del sector en la ciudad. Cumplidos ya los 25 en su puesto, tomaba en sus brazos al antiguo IMC con apenas un año de existencia. Lo ha visto crecer, tropezar -sumando y perdiendo competencias festivas y turísticas o cambiando de nombre- y levantarse en un contexto cambiante y creciente, en cantidad y calidad.

Destaca como hitos de un cuarto de siglo de ebullición la creación del Museo de la Evolución Humana y el Fórum Evolución, también del Centro de Arte de Caja de Burgos (CAB), la programación de la Universidad de Burgos y, en particular, la actividad del Centro de Creación Escénica La Parrala, «porque fue el impulso definitivo para la profesionalización» de este ámbito, lo que, a su juicio, es clave y ha de marcar el futuro.

TOMÁS FISAC (FUNDACIÓN CAJA RURAL BURGOS)

El presidente de la Fundación Caja Rural Burgos dibuja el panorama previo al cuarto de siglo sometido a análisis y tal esbozo lo dice todo. La situación «ha dado, no una vuelta, sino varios giros completos desde el siglo pasado. En 1999 la Catedral llevaba apenas cinco años de obras de rehabilitación. Caballería, porque se llamaba así, era un aparcamiento, y como contenedor cultural, Burgos ofrecía únicamente el Teatro Principal, el teatro Clunia, un recién inaugurado Monasterio de San Agustín, los polideportivos y poco más».

Diez años después, prosigue, los estudios económicos de la entidad ya veían como fortaleza y oportunidad el Complejo de la Evolución Humana, «uno de los tres patrimonios que determinan el eje sobre el que pivota buena parte del éxito cultural de Burgos» y de una oferta que extiende al deporte, campo en el que «hoy parece que llevemos toda la vida en la élite». Destaca los esfuerzos para lograr la capitalidad cultural europea en 2016, el logro de la de gastronomía en 2013 y el desarrollo de la UBU como jalones de relevancia en el camino recorrido con una agilidad a la que, subraya, «ha contribuido la colaboración público-privada». «Las empresas de Burgos hemos sabido asumir nuestra parte, apoyar muchísimas iniciativas para convertir a la ciudad en uno de los centros de referencia en los diferentes ámbitos de la cultura», concluye y anuncia que se cocina ya un nuevo informe «que nos dé pistas para afrontar esta quinta revolución industrial» en ciernes. Aboga, en todo caso, por luchar por las infraestructuras necesarias para mantener una posición geoestratégica idónea: «No llegar a Burgos con facilidad, sea cual sea el medio de transporte, acabaría por ahogar nuestra oferta cultural, industrial y laboral. Es la pescadilla que se muerde la cola: si no tenemos eso, tampoco podemos pedir que el talento permanezca aquí».

BEATRIZ RODRÍGUEZ (FUNDACIÓN CAJA DE BURGOS)

«Hemos dejado de ser una fecha más de las giras de provincias para convertirnos en una ‘plaza’ con personalidad propia». Así resume la responsable del Área de Cultura e Innovación Educativa de la Fundación Caja de Burgos, Beatriz Rodríguez, el gran salto cualitativo protagonizado por la ciudad en el ámbito escénico en los últimos 25 años. Incide en que la apuesta firme de los agentes culturales públicos y privados ha dado lugar a una programación amplia y estable en la que conviven artistas locales con citas de proyección nacional e internacional. Lo mismo atisba en materia expositiva: « Ya no es necesario viajar a las grandes ciudades para poder disfrutar de Picasso, Zurbarán, Rubens, Sorolla o, incluso, de las propuestas más actuales de artistas ya consagrados como Jaume Plensa o Simon Callery». Así, en definitiva, se han fraguado en este tiempo nuevas maneras de hacer y de pensar y «la cultura ha dejado de ser minoritaria».

Vincula los hitos con la generación de nuevos espacios, desde los integrados en el Complejo de la Evolución Humana, hasta el CAB, «que sirvió además de eje vertebrador para cambiar la fisionomía y poner en valor una parte de la ciudad hasta entonces olvidada». Completan el listado la OSBU, Cultural Caja de Burgos y Cultural Cordón, el festival Escena Abierta o el Tablero de Música. Sobre el futuro, barrunta que queda por delante «lo más difícil» y aglutina los retos en cuatro puntos: coordinación entre agentes culturales para generar una estrategia que proyecte a la ciudad, cohesionar un tejido asociativo fuerte en torno a la creatividad, crear nuevos públicos incorporando a los más jóvenes y habilitar herramientas que generen ámbitos de discusión y diseño de propuestas. Y, por encima de todo, la clave: «Creer en el papel de la cultura como eje transversal para el desarrollo».

SILVIA ARRIBAS (FUNDACIÓN CÍRCULO BURGOS)

De idéntico salto cuantitativo y cualitativo habla la gestora cultural de Fundación Círculo, Silvia Arribas, «sin desmerecer el trabajo realizado en el siglo XX» visible, por ejemplo, en la producción «musical de los años ochenta». Destaca la altísima calidad de la oferta actual, pero opina que «aun queda mucho trabajo por hacer» porque «los profesionales y artistas no obtienen el reconocimiento que merecen», algo que achaca a que «nos falta saber comunicarlo y difundirlo». Lejos de suponer un problema, lo entiende como un «reto ilusionante».

Atapuerca, el Museo de la Evolución Humana, el Fórum -«que proporciona a la ciudad unos equipamientos y servicios que permiten celebrar eventos que antes era imposible traer»-, La Parrala y la Noche Blanca ocupan los primeros puestos de su listado de logros cuyos frutos benefician a la ciudad. También valora el papel de la Universidad de Burgos y el éxito de La Moda, «que ha marcado un antes y un después». La relación de tareas pendientes es todavía larga y arranca por «dar altavoz al talento joven y hacer hueco a la vanguardia» como trata de hacerlo su entidad, asegura, con el proyecto Jóvenes Artistas de Burgos: «Tenemos un capital humano infinito, bien formado, pero que se ve obligado en demasiadas ocasiones a abandonar la ciudad para desarrollar en plenitud su carrera artística». Llama también a impulsar expresiones artísticas como el cine y alaba la labor de la Film Commission, segura que la provincia puede ser «un referente del celuloide». Cree imprescindible «dar el protagonismo que merecen a los archivos, las bibliotecas y los museos, primeramente, cubriendo las necesidades que anhelan desde hace años, como la ansiada ampliación del Museo de Burgos». La colaboración entre los distintos agentes culturales y la consolidación de un proyecto de ciudad ajeno a la política -con Burgos 2031 como gran oportunidad- también se revelan cruciales.

SERGIO GARCÍA (ASOCIACIÓN CULTURAL SAD HILL)

Una de cal y una de arena da el integrante de la Asociación Cultural Sad Hill, preguntado por la evolución cultural en los últimos 25 años, que vincula a los cambios acontecidos en el conjunto de la sociedad en términos globales. «El acceso a los contenidos se ha universalizado y digitalizado y esto tiene su lado bueno, aunque también su lado malo. Aparentemente hay más oferta, pero da la sensación de que es más previsible», explica. Enumera con precisión los hitos que, junto a la recuperación del cementerio de la mítica película El bueno, el feo y el malo, jalonan la senda del inicio del siglo XXI. A saber, «la consolidación de La Moda y Fetén Fetén como estandartes de la marca Burgos, los impulsos valientes del festival Tribu y toda la energía que se desarrolla desde La Parrala», indica. Asume que la candidatura a Capital Cultural Europea en 2031 marcará los proyectos a medio plazo, «pero es importante que haya planes para más adelante», advierte.

ISMAEL ALÍ DE UNZAGA (GREMIO DE ARTISTAS PLÁSTICOS)

Con el pincel por bandera, Ismael Alí de Unzaga, del Gremio de Artistas Plásticos (GAP) pone voz a un colectivo de peso, embajador en no pocas ocasiones de la ciudad y también, a veces, poco profeta en su tierra. Este papel, de hecho, es la clave de su valoración de pasado, presente y futuro de la cultura: «El panorama artístico burgalés ha crecido mucho en los últimos 25 años. No hace falta irse a ninguna otra ciudad, ni siquiera a Madrid, para encontrar figuras con mucho talento, de un nivel top. El eterno problema es que se valora más lo de fuera que lo local».

Lógico parece, por tanto, que el reto de futuro sea aprovechar la oportunidad que brinda la candidatura a Capital Europea de la Cultura para 2031 para cambiar de raíz el concepto que las administraciones tienen de la cultura como mero adorno. En el capítulo de hitos también hay espacio para la reivindicación. Escoge el CAB y el MEH, pero lamenta que en ambos se obvie la producción local «de tanta o más calidad» que la que exhiben. Niega de paso que esta sea una visión provinciana o corporativista: «Merecemos también esos espacios».

CARLOS LOZANO (UBU)

Testigo en primera línea, y facilitador en gran medida, del avance cultural de la ciudad, el director de Actividades Culturales de la Universidad de Burgos, Carlos Lozano, tiene claro lo que se ha ganado ante todo en el último cuarto de siglo: diversidad. «Hay diferentes propuestas, estilos y maneras de entender la cultura, hay un abanico de posibilidades amplio tanto en las distintas disciplinas», explica, satisfecho además porque esta realidad «no parta solo de una dirección concreta», sino que sea fruto del empeño de las también diversas entidades públicas y privadas que trabajan para ello. Escoge destacar a uno de sus hijos favoritos, el festival Escena Abierta, que también acaba de soplar 25 velas, como evento de especial impacto en el devenir cultural local por «introducir con éxito el teatro contemporáneo, nuevas formas, incluso nuevas tecnologías, para abordar todo tipo de temas y profundizar» en el ser humano en todas sus dimensiones.

Suma el CAB y el Tablero de Música, con una ‘carrera’ digna de estudio, en plena cresta de la ola. Menciona también la presencia de la Escuela Profesional de Danza en Burgos como razón de ser, junto al Certamen Internacional de Coreografía, del peso de esta disciplina y el papel del Andén 56, que ha dado un extraordinario contenido musical a la ciudad «de todo tipo de estilos». Estos y otros ejemplos -programaciones de entidades, salas diversas, asociaciones...- tejen, a su juicio, la «telaraña cultural» que sostiene la sólida actividad actual. Reforzar su estructura sería lo ideal para avanzar. Da pistas de cómo hacerlo. Para empezar, «actitud abierta». A partir de ahí sería imprescindible fomentar la participación. «El resultado puede ser muy bueno, como prueba, sin ir más lejos, el Zurbarán Rock», indica. También propone diseñar un proyecto de ciudad que facilite ‘regar’ las semillas plantadas en este tiempo que ya dan sus frutos: «Hay muchísimos creadores en todos los ámbitos, pero hace falta dar soporte a esta inquietud que existe». De remate, cumplido lo anterior, tocaría sentar las bases que propicien una industria cultural fuerte, con profesionales que vivan de su trabajo creativo».

JACHO (LA RÚA)

Nombre propio del panorama musical burgalés, Jacho, gerente de La Rúa, sostiene que «hoy en día hay un respeto hacia la creatividad musical que hace 25 años apenas existía». De ese «culto» actual ‘culpa’ a primeras espadas del sector como Diego Galaz o La Moda, artistas que llevan a su tierra por bandera allá donde van. Su proyección hace «además, que los nuevos artistas tengan una motivación especial». No duda de los hitos «desde la perspectiva musical» y subraya el papel determinante de los festivales que cada año dan lustre a Burgos: Sonorama, Ebrovisión o Tribu. «Son muy relevantes por el esfuerzo que conllevan y la pasión» que exigen.

Añade al listado el Tablero de Música de la UBU, por lograr «que el público local descubra grupos que no suenan en las radiofórmulas» y las maravillas que han obrado El Hangar antes y Andén 56 ahora, «gracias a los que hemos podido disfrutar de giras de gran formato nacionales e internacionales». El mañana se resume en una frase: «Que un puñado de euros no sean el motivo para que alguien con talento tire la toalla». Llama así a las administraciones a ayudar desde la base para que «todos podamos sentir orgullo de la cultura nacida en Burgos». Puestos a pedir, aspira a hacer entender al público el desembolso y esfuerzo que hay tras un concierto.

ALBERTO ESTÉBANEZ (CERTAMEN INTERNACIONAL DE DANZA BURGOS-NUEVA YORK)

Responsable de poner en el mapa a la ciudad cada verano al convertirla en el epicentro mundial de la danza, Alberto Estébanez celebra la evolución tan sumamente positiva del panorama cultural en las últimas dos décadas y media, «superando arraigadas tradiciones y preferencias». Considera además que en el ámbito que representa, la respuesta al certamen internacional que promueve desde hace, también, casi un cuarto de siglo, demuestra que la sociedad burgalesa está abierta a las corrientes futuras y a la innovación.

Además del respeto de todas las administraciones por este evento, son dignos de reconocimiento, a su juicio, la creación del Instituto Municipal de Cultura -cuya desaparición lamenta-, los esfuerzos por establecer organismos dedicados a potenciar la marca Burgos, la creación de la Fundación VIII Centenario de la Catedral, el fomento de las artes escénicas que propicia el Centro de Creación Escénica La Parrala y la Escuela Municipal de Teatro, las infraestructuras creadas en torno al Sistema Atapuerca, el Fórum Evolución como contenedor cultural y la defensa de los tres sitios declarados Patrimonio Mundial. Para el futuro, las tareas son claras y se resumen en cuatro: establecer una conexión más sólida entre la ciudad y la provincia para potenciar propuestas culturales y turísticas, humanizar el asfalto y programar en todos los barrios, atender a diferentes generaciones y apostar por el proceso que conduce al título como Capital Europea de la Cultura, pues «lo más hermoso» es el camino que «permite a los ciudadanos conectarse con un sueño común».

FRAN DE BENITO (LA PARRALA)

Recién entregado el testigo del cargo el ya expresidente de la Asociación Cultural La Parrala, responsable del pionero Centro de Creación Escénica, Fran de Benito, ve luces y sombras en el camino recorrido en los últimos 25 años por el teatro local. Del importante impulso de hace dos décadas, del que surgieron compañías, festivales y programaciones que aún perviven, se pasó al azote de la crisis económica y la reciente pandemia, para desembocar en una situación actual de «cierto estancamiento, pérdida de ciclos o falta de relevo». A remontar tal panorama se entregará con todas sus fuerzas La Parrala, no en vano es «el hito más importante en el ámbito escénico» de los últimos 25 años (nació hace 22). Como tal «ha permitido que muchas personas puedan desarrollar un proyecto que de otra manera no hubiera sido posible, al ofrecer un lugar donde ensayar, almacenar o reunirse, y ha propiciado que florezcan compañías de teatro, circo y danza de muy diversa índole, con proyección nacional e internacional». Suma como relevante la puesta en marcha de citas como los festivales Escena Abierta y EnClave de Calle, el Ciclo de Teatro Joven, el Certamen de Coreografía Burgos-Nueva York o la Noche Blanca, por haber acercado las artes escénicas a los burgaleses.

Convencido de que tradición y modernidad son compatibles, reivindica valorar esta disciplina, «sin olvidar que es una industria que genera trabajo y riqueza», y propone apoyar las distintas programaciones «para que el público pueda ver propuestas de calidad que enganchen» al tiempo que se eleva la cultura a «motor de evolución social». Además, ve necesario conectar con las nuevas generaciones «como espectadores y como creadores».

ENRIQUE GARCÍA REVILLA (ORQUESTA SINFÓNICA DE BURGOS)

A juicio del presidente de la Orquesta Sinfónica de Burgos, Enrique García Revilla, el aperturismo marca el devenir cultural reciente. Si bien la querencia por lo local «tan confortable y, por descontado, tan necesaria» aún permanece, afirma, hoy «los acontecimientos de Burgos poseen un ámbito abierto y el nombre de la ciudad se lee desde fuera con indudable caché». Centra el foco en la música para abordar las claves que hacen de la urbe un centro de relevancia nacional e internacional: «A la labor centenaria de la Sociedad Filarmónica añado el gran logro de la creación de la Orquesta Sinfónica de Burgos, que ha alcanzado talla nacional, y el gran impulso que trajo la Fundación del VIII Centenario de la Catedral, cuyo trabajo «conviene continuar». Llama así a mirar al futuro con ambición, «a saber venderse y diferenciarse de los vendedores de humo», e insta a los agentes culturales a «llevar a cabo una revolución de verdad».

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