El Correo de Burgos

ANIVERSARIO DE LA LEY DE LEYES

Rajoy: «La Constitución no se toca ahora»

Rajoy da largas a un PSOE del que no se fía para evitar la reforma de la Carta Magna El jefe del Ejecutivo rechaza negociar con un 'president' «que lo que quiere es irse»

Una imagen del acto institucional del Día de la Constitución, en el Congreso.-AGUSTÍN CATALÁ

Una imagen del acto institucional del Día de la Constitución, en el Congreso.-AGUSTÍN CATALÁ

Publicado por
GEMMA ROBLES
Burgos

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Con una notable ronquera y en vísperas de marcharse a México para participar en la Cumbre Iberoamericana, el presidente Mariano Rajoy acudió ayer al Congreso a celebrar los 36 años que cumple la Constitución. Por decisión y estrategia del socialista Pedro Sánchez, que hace apenas unos días pidió oficialmente una subcomisión para abordar cambios en la ley fundamental, el tema de la reforma de la Carta Magna estuvo en boca de todos en tan solemne sesión parlamentaria. También en la de Rajoy, aunque principalmente para ponerle pegas: no considera que sea una prioridad para esta legislatura -a pesar de la crisis soberanista en Catalunya y el impacto del 9-N- y admite que no se fía lo suficiente del ahora jefe del PSOE para abordar una aventura semejante, después de que Sánchez haya apostado por deshacer la reforma pactada para el artículo 135 sobre el endeudamiento.¿Y con Artur Mas?, ¿hay alguna posibilidad de retomar el diálogo y las negociaciones aunque sea sobre la propuesta de 23 puntos que en su día dejó en la Moncloa?, se le preguntó al jefe del Ejecutivo en conversación informal con los periodistas. «¡Pero si Mas lo que quiere es irse!», respondió con sarcasmo el presidente. La respuesta es relevante dado que, hasta el momento, desde el Gobierno siempre se ha apuntado que una vez pasado el 9 de noviembre se trataría de impulsar el mencionado documento de Mas.SIN ENTUSIASMO / Pero eso no es lo que se dedujo de las palabras de ayer de Rajoy. «En ese documento nos piden que cambiemos siete u ocho leyes que ya se han aprobado aquí», dijo, evidenciando la falta de entusiasmo que le provocaba el asunto.¿Y entonces qué?, se le planteó ayer al jefe del Ejecutivo, que se manifestó dispuesto a hablar «de todo» con el límite de la soberanía nacional, la igualdad entre españoles y los derechos fundamentales, sin ofrecer salida a un diálogo en el que a estas alturas no tiene fe. Es cierto también que, mientras Rajoy hacía estos comentarios, un miembro de su Gabinete, Ana Pastor, ministra de Fomento, narraba a la prensa la magnífica relación que mantiene con el consejero catalán del ramo, Santi Vila, y los frutos que «el diálogo» que ambos mantienen da en materia de infraestructuras.DIÁLOGO SECTORIAL / Por su lado, el responsable de Justicia, Rafael Catalá, reveló en uno de los corrillos que el conseller Germà Gordo le ha remitido una carta en la que le explica cuáles son las materias pendientes entre sus respectivos departamentos y que, en breve, mantendrán una reunión para tratar de darles salida. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se refirió también a Catalunya aunque más desde la óptica de la posible reforma constitucional. «Evidentemente llegará un día para reformar la Constitución, pero creo sinceramente que ese día no es hoy. En estos momentos lo que hay que poner en valor es lo positivo que tiene la Constitución. Yo no me opongo a su reforma, pero hay que saber para qué se quiere reformar. En política es tan importante saber lo que se quiere como en qué momento se hace», sentenció.De esa modificación de la ley fundamental que reclama el PSOE hizo comentarios igualmente la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi (por cierto, que los únicos presidentes autonómicos que, además de ella, estuvieron presentes en esta fiesta fueron los de Galicia, Valencia y Murcia). Rudi avisó de que si se toca la Constitución y hubiera comunidades autónomas que se sintieran agraviadas, estas no se iban «a callar». Es evidente que a los barones populares, en vísperas de unas elecciones autonómicas y municipales que no pintan bien para sus intereses, un debate como el de la modificación de la ley fundamental les provoca salpullido político. Quizás por eso su jefe, Mariano Rajoy, ha decidido convocar a todos sus responsables regionales en un acto que se celebrará el próximo sábado en Segovia, precisamente para hablar de «la unidad de España».ESTADO Y PEDAGOGÍA / Por su lado, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, avisó de que en los próximos meses habrá «más Estado, más presencia y más pedagogía» en y sobre Catalunya, mientras que el presidente del Congreso pedía que no se use la Constitución con fines «partidistas», «prudencia» para solicitar su reforma y negociación «hasta la extenuación» en un discurso que también entró en la supuesta recuperación económica y que no gustó al PSOE, que no vio en él la debida neutralidad y sí muchas ganas de agradar al jefe del Ejecutivo actual. Este jefe del Ejecutivo, por cierto, aspira a no adelantar las generales y a volver a ser candidato para la próxima legislatura si su partido no tiene otro criterio, según explicó ayer.

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