El Correo de Burgos

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¿LO NOTAN? Huele a elecciones. No sabemos si mañana el viento nos obligará a colgar del brazo una chaqueta o si el sol burgalés nos permitirá, un día más, disfrutar de la manga corta, pero tenemos claro que dentro de unos seis meses seremos llamados a las urnas. Cada partido grita lo más fuerte que sabe para pedir el voto, aunque sin mendigarlo, pues guardan las apariencias atacando al contrario mientras hacen lo mismo entre sus líneas. Todos saben que la cuenta atrás ha comenzado y que, aunque sea lamentable, todo vale para desacreditar al contrario. El PP se reafirma en sus posiciones defendiendo lo que ha hecho en la última legislatura y la oposición le recuerda todos sus errores y lo que no ha hecho. Como ocurría antes de aquellas elecciones, que aún algunos recordamos en blanco y negro, el equipo de Gobierno local se apresura a inaugurar una obra en la que plasmar su rúbrica. Un proyecto de remodelación del coso para el que han tenido que maquillar una encuesta con el fin de demostrar el falso apoyo de los

vecinos. Un cuestionario planteado a 450 personas y un error muestral del 5% invalidan directamente unas preguntas dirigidas a obtener la respuesta que quien pregunta desea.

En los bandos contrarios hacen exactamente lo mismo, pero a la inversa. Los magentas de UPyD se dejan ver en los actos de protesta contra la plaza de toros sin dejar escapar la oportunidad de recordar que ellos llevan años oponiéndose a las obras, al igual que en el caso del bulevar de la calle Vitoria. A la caza del voto también se encuentran los del PSOE que han sacado a relucir un contrato incumplido por la UTE Arranz Acinas, Río Vena, Jopisa y Contratas y maquinarias para la urbanización del S-4 de hace 14 años que se adjudicó con un alcalde de su propio partido. «No me eche a mí la bronca, el seguimiento es cosa del PP. Nosotros dejamos el Gobierno en 2003», sostuvo un socialista para excusarse. Tampoco pierden oportunidad los ediles de IU que en las últimas semanas han desvelado en qué se gastan el resto de partidos la financiación municipal. No sin antes subrayar que ellos han rehusado aceptarla por la situación económica. Huele a viejas artimañas. Y apesta.

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