El Correo de Burgos

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CUANDO nos están hablando de una crisis de valores en la sociedad que es necesario regenerar; cuando se llenan páginas e informes sociológicos en los que se asegura que esos valores, ahora denostados y apartados en la familia y en la escuela, es una de las causas de la crisis que aún seguimos sufriendo y que se hace necesario un cambio radical; cuando despreciamos a las jóvenes generaciones faltas de, insisto, esos valores perdidos porque hemos sido laxos en nuestras exigencias y no les hemos hecho responsables.

Cuando nos hieren en el orgullo y nos hacen sentirnos culpables de esa mala educación, de la debacle que dicen vive la institución familiar, del paro y de la gran crisis del siglo XXI por nuestra incapacidad para gestionar nuestra propia vida... Cuando ocurre todo eso y nos hacen sentir que deben tutelarnos aquellos grandes sabios que con estribillo mal entonado y repetido hasta la saciedad han logrado que se grabe a fuego en la mente ciudadana lo mal que lo hemos hecho...; sólo entonces el tiempo se encarga de poner a cada uno en su lugar.

El tiempo y Rodrigo Rato, a la postre el verdugo definitivo de una era de corrupción y malversación, de comportamientos que rayan la desvergüenza y que perduran con la mayor impunidad riéndose a carcajadas de los ciudadanos. Una era que debe acabar y en la que tienen que pagar aquellos que realmente destruyeron los valores en los que nos formamos. No hemos sido los ciudadanos los que hemos amasado fortunas y llevado a paraísos fiscales. Tampoco hemos cobrado comisiones indecentes o hemos sido partícipes de fraudes como los eres de Andalucía o las preferentes o... Nos acusan los que siempre fueron culpables y liberaron sus conciencias cargando contra el ciudadano que tan sólo pretendía sobrevivir en un mundo de lobos con piel de cordero que hablaban de trabajo duro por hacernos la vida más fácil. No es la ciudadanía la que está falta de valores. No lo son nuestros jóvenes que luchan por formarse para engrosar las listas del paro. El espíritu del esfuerzo, del compañerismo, del trabajo en equipo sigue perdurando en nuestra educación. Pujol, Bárcenas, Chaves, Griñán, Urdangarín, Fabra, Barberá.... Es un suma y sigue de personas que han puesto el dedo en el ojo del ciudadano para tapar sus desvergüenzas. Lo peor aún estaba por llegar y llegó en forma de detención de un ex ministro de Hacienda, un ex vicepresidente, un mandatario del FMI. Momento de trascendencia histórica que no sé muy bien si llegamos a medir su verdadera importancia.

Flaco favor hace la detención de Rato al PP a las puertas de unas elecciones. Otra vez mirándose el ombligo. El daño lo ha hecho a todo el país. Y sólo es uno más. El que ocupa el sillón más alto y el que lo quiere ocupar parecen cortados por el mismo patrón y ansiar lo mismo que obtuvieron sus predecesores. Flaco favor al país y aún todos nos piden el voto.

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