El Correo de Burgos

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SONIDOS de sirena rasgan el silencio mientras un grupo de camilleros entran en el servicio de Urgencias de un hospital. Una paciente en estado crítico se pone en manos del equipo médico del PP, que pretende con un vídeo propagandístico vender a los españoles las bondades de su gestión del país en los últimos cuatro años.

Ahí arranca la metáfora del milagro de la recuperación. La de una joven, encarnación de una España maltrecha y golpeada por la crisis (estafa); y la de país al que personaliza. Por supuesto, por obra y gracia de un fabuloso cuadro de galenos de máxima solvencia. Aleluya.

Claro que la escena podría transcurrir perfectamente en alguno de los hospitales víctima de las maniobras de privatización para el enriquecimiento personal de depredadores económicos estrechamente vinculados a los precursores de la iniciativa. En Burgos lo conocemos de primera mano. Suerte para la paciente que no se encontrara un servicio de Urgencias saturado y no tuviera que verse arrinconada en una silla de ruedas en un pasillo a la espera que los pocos efectivos disponibles en el centro sanitario pudieran atenderla. Menos mal que además había camas disponibles para su atención inmediata (el tan habitual cierre de plantas no le había afectado al parecer).

Imagino que por la necesidad de ajustarse al formato de un spot publicitario habrán tenido que dejar fuera las más grandes bondades de su actuación: una reforma electoral que cuatro años después se traduce en un número similar de parados de los existentes cuando entró en vigor (pero con los derechos de los trabajadores completamente cercenados); un fraude electoral de escándalo, con un incumplimiento sistemático del programa que aseguraron pondrían en marchas cuando se presentaron a los comicios; recortes en Educación, Sanidad y dependencia....

Seguramente lo dejarán para la segunda parte del anuncio, que perfectamente podría transcurrir en el Anatómico Forense. Aunque ahora que lo pienso, no recuerdo un ‘comercial’ así, y las cabezas pensantes de semejante esperpento necesitan referentes cercanos para sacar adelante sus proyectos creativos. Pues el que ahora nos ocupa no es más que un burdo plagio de uno realizado en 2007 en la República Dominicana por el candidato Leonel Fernández.

Su única aportación ‘original’, cómo no, la apropiación (una vez más) de la bandera de España en un ejercicio de desvergüenza al alcance de muy pocos.

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