El Correo de Burgos

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ES CURIOSO, incluso sorprendente, pero seguimos instalados en una eterna improvisación, quizá es que lo llevamos grabado en los genes después de generaciones y generaciones de especializarnos en ello. El pasado jueves, entre la madrugada y las primeras horas del día, nevó con relativa intensidad. Quizá también porque, aparte de la improvisación, la desconfianza y los prejuicios también forman parte de nuestra naturaleza. Eso hace que quienes tenían que hacer caso de las previsiones del tiempo no prestaran mucha atención y se volvieran a ver imágenes que, en algunos momentos, recordaban a esos monumentales atascos provocados por la nieve. Y eso que fue una nevada de primavera, por así decirlo.El caso es que hubo muchos vehículos que se quedaron atrapados en plena autovía A-1, una de las principales vías de comunicación de España. Quizá los meteorólogos tienen parte de responsabilidad, así como las autoridades, que han entrado en una dinámica de alertar por alertar para ponerse la venda antes de la herida. Y pasa como aquella fábula en la que el pastor se divertía con avisos falsos de que venía el lobo.Hasta que venía de verdad. Ojo, que en esta historia también tienen su parte de responsabilidad los conductores que salieron a la carretera sin prestar a atención a las previsiones que anunciaban la caída brusca de la cota de nieve. Pero si la situación de la A-1 fue molesta para los que les pilló en medio, lo que pasó en la N-120 fue peor. En este caso, el abandono de esta vía es sonrojante, por lo que cada vez que hay un problema como la nieve caída el jueves se colapsa.

El viernes se publicaba la licitación de un tramo más de la autovía A-12, que en la provincia de Burgos continúa sin que se haya ejecutado ni un solo kilómetro. Y no se sabe cuándo comenzarán a construir algún tramo, por lo que será un corredor que continuará durante varios años maldito. Si a eso se le añaden las constantes improvisaciones, tenemos el caldo perfecto.

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