Los faroles

EL HERMANO PEQUEÑO del Corpus ha tenido suerte este viernes pasado en el Parral. Por fin, sol de verano como hacía muchos años. Se repite el asalto a las viejas tapias de piedra protegidas por Patrimonio Nacional y por un día, los burgaleses podemos entrar a saco y dejarlo como un erial. El Parral tiene de todo menos parras y durante el año completo esta sumido en una especie de sueño como pasa en los bosques encantados. Burgos tiene un lugar para perderse y desaparecer entre la maleza. Fiesta muy nuestra con ingredientes marciales y religiosos entre el Pendón y la bendición de la Abadesa. Gigantillos y gigantones que estiran sus rodillas para los San Pedros, que ya están aquí. Pero es un lugar que no se termina de abrir a la ciudad y por miedo, evita que se use como el mejor de los sitios y con mayores posibilidades de integración urbana. Entre las Huelgas y el Hospital del Rey está el ogro dormido con superficie más que suficiente para ser el mejor de los Campus. La joven Universidad cose sus bordes y anhela abrir sus puertas a los alumnos y profesores para que a la americana, se tumben en la hierba. El Parral, tiene reparo a ser de todos los ciudadanos y amparado por una rígida normativa de protección de Patrimonio del Estado, nunca dejará que sobre él, se imaginen espacios de respeto para potenciar la Ciudad. Para empezar, diseñar un campus burgalés vinculando la UBU con la ciudad y el río Arlanzón. No hablamos de construir en el Parral ni pavimentar o urbanizar algo tan sensible. Hablamos de soñar un espacio gigante que mueva el epicentro hacia la Milanera. Esto si que da para un concurso de ideas donde intervengan los primeros espadas internacionales y burgaleses. Cierto que no es Burgos una ciudad donde el clima ayude a pasear los doce meses y hacerse amigos de árboles y sendas peatonales, pero hay parques de invierno que seducen también. Antes o después, alguien y ojalá sea el nuevo Rector, Manuel Pérez Mateos, despierte con un beso institucional a la bella. Desde aquí, saludos al nuevo Jefe, suerte y al toro con los muchos retos universitarios. Al norte el río con las instalaciones deportivas de San Amaro. Al sur los barracones del Hospital militar citado y que poco a poco se van sumando a los servicios universitarios. Facultad de Ciencias Económicas y Biblioteca Universitaria, Una Plaza del Sobrado olvidada y tocada de muerte. Queda dicho y no es la primera vez. La Universidad necesita de la ciudad y la ciudad necesita de la Universidad. Adelante con los faroles.