El Correo de Burgos

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DOS ARCADAS pequeñas para la sucursal de CaixaBank, pegadas al Arco de Santa María. A contra corriente de río y a nuestra mano izquierda, los locales tienen vida propia. Bar Restaurante L´arruz con desayunos desde 2,10 a 4,75 euros, pinchos y tapas buenos para turistas o funcionarios que toman el café a su hora de descanso en la Audiencia Provincial. Seguido, el escaparate vetusto de Casa Venancio donde se muestran las frutas en canastas y como en un mercado persa, todo está a mano. Amarillo de limones, rojo de tomates y morado de manzanas, dan color al arranque del Espolón. Ya a la altura del numero cuatro, el Viva la Pepa llena con jarras de cerveza sus mesas y tiene menú del día por 12,50 y 17,00 los festivos y fines de semana. Cada día se renueva la negra pizarra de tiza blanca. De toda la vida, Sedano, Librería de Viajes con guías a tutiplén colgadas de una cuerda. Burgos, su provincia y Castilla y León. La Michelin no falta. Al lado y de seguido, zapatería Melgosa con neones verdes para “zapatos confortables” y “pies delicados”. Con la puerta abierta se adivina el mostrador y la pared llena de cajas de cartón. Un respiro sin pared que deja ver la Plaza sosa donde luce nuestra Catedral, hace esquina con cuarterones de madera. En, A la Villa de Madrid, encontramos rosarios y vírgenes de todos los tamaños. Jesucristos, pastores y reyes magos. Cada diciembre es de buen burgalés, comprar una figura para el nacimiento y entre musgo seco, recordar quienes aún siguen con nosotros. Los miradores blancos con vidrio sencillo son lo mejor de las pieles que envuelven la arquitectura de esta fría ciudad. La nariz delata el olor a horno de leña y pan fresco en la tienda nueva de Pannus, donde pasteles no riñen con un desayuno de paseantes y peregrinos que se juntan con funcionarios del Ayuntamiento y Diputación. Pronto veremos, huesos de santo. Los que no entran aquí, se meten al lado, en Maricastaña, debajo del número catorce, casa “asegurada de incendios”. Señorial el Banco de Santander, con fachada grande, blanca y caliza. La Academia Provincial de Dibujo en el notable edificio del Consulado del Mar. Distinto a todos, con un frontón en cubierta que marca el cambio de ritmo. Se asoma por encima del tunes mágico de ramas injertadas sabiamente cuidadas. Sodebur y Agenbur anidan en tan alta atalaya. Más libros, armónicas, discos y flautas en Música y Deportes, siempre renovada. Para el frío, chocolate en Café Ibáñez. Camisas en Simeón. Tres arcos traspasan a la Plaza. Farmacia Ldo. Castellanos de Grado. Una en obras. Casino. Librería del Espolón. Óptica Espolón. Cajacírculo, Ibercaja. Sólo quedan dos para resucitar. La Antigua Cafetería Rhin y la Espolón. Como su nombre indica.

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