El Correo de Burgos

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EN LOS ÚLTIMOS meses algo está pasando en la construcción con mayúsculas, o así lo parece según el ruido de piquetas y grúas que empiezan de nuevo a girar como molinos de viento. Sin duda, el motor de riqueza a corto y medio plazo ha sido, es y será la construcción e infraestructuras. Para que el dinero se mueva hay que girarlo con mucha fuerza y que de la túrmix salga expulsado a muchos bolsillos. Ahora que ya empieza a verse esa luz al final del famoso túnel, es tiempo de organizar lo que en tiempos pasados no supimos hacer. Dar prioridades, evitar improvisaciones, crecer por donde no se debe, no arriesgar y planificar. Todo esto ya debiera de estar hecho, porque diez años de mazmorra económica han sido más que suficientes como para haber puesto sobre papel, las ideas para el desarrollo de Burgos a veinte años vista. En un círculo de 500 metros se remodelan edificios emblemáticos del corazón de nuestra ciudad. La boca de entrada a Plaza Mayor está que arde. Nueva pavimentación de piedra que quita color para poner otro y dos edificios que la miran, se reconstruyen por completo desde dentro. Los andamios del Edificio Campo, afean como un demonio y dudan de seguir o parar. Un nuevo edificio se levanta donde estuvo el antiguo garaje Orly de calle Hospital Militar. Se arrima al claustro del Palacio NH de la Merced y deja paso, bordeando el ábside de los Jesuitas para salir y entrar desde el río. Afortunadamente, aún queda algún promotor valiente y de toda la vida que como éste, demuestra estar vivo. Pocos más quedan en Burgos de los que sigan cimentando y poniendo piedra sobre piedra. La mayoría de los promotores y constructores que yo conocí en los tiempos buenos, han desaparecido al igual que los dinosaurios por el efecto invernadero. No hablo de oportunistas que también conocí y ganaron dinero a espuertas sin corazón, arte ni oficio. Hablo de quienes empezaron de la nada y poco a poco se hicieron un hueco, credibilidad y reconocimiento. Quienes acompañaron nuestro crecimiento durante más de 25 años. Los bancos necesitan prestar dinero de nuevo en condiciones distintas a las de entonces, pero han de hacerlo o sus cajas fuertes se apolillarán. Préstamos a nuevas familias y compradores que se firman ante notario y empiezan a verse con naturalidad. Hay carteles de “se compra” “se vende”. La tarea de nuestro ayuntamiento es compleja, anteponer los intereses de ciudad a los de empresa. Suerte con el solar de Plaza Vega.

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