El Correo de Burgos

Creado:

Actualizado:

Hace tiempo que los maestros no enseñan, que la riqueza se mide por el concepto de “renta per cápita”, que viene a ser lo que uno gana más que otro. El nuevo baremo se ha impuesto desde hace años y mide a países ricos o pobres por el consumo energético. A más gasto en Kilovatios, mayor expresión en calidad de vida y proyección de futuro. Pero nos sale muy caro este raro combustible, que de manera serpenteante circula por los cables suspendidos de las torres de alta tensión. Fluido intangible que desde las primeras clases de física a los bachilleres, cuesta aprender puesto que se mide y pesa desde la fe más que desde la razón, como todo lo invisible. Pero también, la electricidad mueve montañas y de esto, nuestro Arzobispo D. Fidel, clama al Cielo a través de las Instituciones. La Diócesis ha concentrado a muchos burgales@s frente al Ayuntamiento con pancartas, “ni un día sin energía”. Empezamos a reconocer que es un bien escaso, más que el agua o el aire. Os digo, y de esto, se algo, en Burgos hay muchas, muchísimas familias que no prenden la calefacción porque no pueden. Y otras muchas más, con sus termostatos a 17º. Veo cientos de hogares donde el calor se escapa por paredes y ventanas y el hambre se junta con las ganas de comer. Además del coste energético alto, nuestros edificios son coladeros del frio. La tradición en construcción y los viejos profesores, grandes maestros algunos, nos enseñaron a proyectar con parámetros que no consideraban la eficiencia energética de forma visionaria. Ahora, tenemos que ponernos las pilas y asistir al gran parque edificado desde antaño, tanto en lo público como en lo privado. El coste no se mide en dinero, sino en miles de metros cúbicos de hielo que se despegan antes de tiempo en la Antártida. Algo pasa que asusta a quienes más saben. Pensemos que aún estamos a tiempo. El rezo de plegaria suena también en el parlamento autonómico, la Junta de Castilla y León destina casi 1.000 millones de euros, 940, para ser más exactos, para reducir según sus cuentas, un 30 % el consumo energético. Al parecer, cuando el río suena, agua lleva, el CO2, rompe como un ariete, la capa de ozono. Europa nos pone tarea, hay que aumentar la eficiencia energética un 20% comparada con 1.990, reducir otro 20 % las emisiones en dióxido de carbono y generar como mínimo un 20 % con fuentes renovables. En estas cosas, cada uno ora como sabe y desde donde le dejan, unos desde altares y otros desde escaños. Una confesión sincera, de vez en cuando, no hace daño.

tracking