El Correo de Burgos

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Me salto la palabra dada al director de este periódico, en opinar acerca de lo cercano a Burgos. Cataluña está a tiro de piedra y lo que pase allí lo notamos aquí al minuto, como en el resto de ciudades ibéricas. Llamarlas españolas puede que tenga un cierto grado de contaminación geográfica en su proximidad a lo nacionalista. Acaba de empezar el pulso y nadie deja de cacarear a micro abierto y plató. Discursos más encendidos que nunca y argumentos peregrinos en boca de oradores mediocres, que son los más. La primera conclusión, España ha madurado lo suficiente como para ver en esto, una trasgresión a la ley que se cura con la ley. Nadie piensa en mandar tanquetas como hubiera pasado hace veinte años, con generales vehementes y pólvora de sobra. Ahora el ejército, si acaso, está solo para maniobras y maniobras de tiro. Que nadie dude, esto se frenará con elecciones a la catalana en urnas como Dios manda y censo para todos. La otra media Cataluña empieza a salir a la calle para contar su verdad española, que no comulga con ruedas de molino. Ya es hora de que la gente serena y sensata, que generalmente es la que más tiene que perder, se enfrente sin complejos ante quienes tienen en el madrugar, su enemigo. Desde Madrid se experimentará hoy mismo, una centralización de competencias transferidas, también en otras autonomías. Nunca debieron de haberse descentralizado partes esenciales a una nación, tales como la seguridad, justicia, educación y política exterior. Es el momento de ensayar sin remedio en la parte noreste que nació antaño de la Marca Hispánica. Ocasión para depurar y modernizar nuestra Constitución madura, con artículos que den más independencia a quien la pida, pero con las mismas reglas del juego para todos. La teoría de la confabulación anti europea rompiendo en trozos sus países, se presta a tertulia de taberna y nada más, con inicio en un Brexit al Reino Unido, Cataluña, Bélgica a punto de partir, a las que seguirán, Italia, Francia y Alemania, tocadas y con sus graneros medio vacíos. Para algunos analistas, Masonería, George Soros y alguno más, están detrás de todo esto. Ya se verá. La cuestión, no hay bien que, por mal no venga. De esta conmoción ha salido de carambola, un pacto entre populares, socialistas y ciudadanos. Un pequeño milagro que no esperábamos. Cada uno de los tres mide sus fuerzas y tiempos, analizando milimétricamente la repercusión en rentabilidad política. Van juntos, pero se observan. Ayer se hicieron, un selfie.

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