El Correo de Burgos

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Ni peñas, ni toros ni saludos emocionados al son de charangas. Hoy empieza la cuenta atrás de esos 100 días que corren como galgos y dan tregua pactada a alcaldes, en nuestro caso alcaldesa. Vox ha entrado a gestionar en el ayuntamiento de Burgos de la mano de Populares, después de cuatro años de mandato socialista arropado en su caso por el desaparecido Ciudadanos de Vicente Marañón. Hay un espejismo que refleja los tiempos políticos, en las cuatro estaciones. Frío invierno de nieves y barro, primavera que renace los campos, verano de olor a trigo y alfalfa cuando se torna en hojas secas de otoño como baldosas por los suelos. Cristina Ayala entra por la misma puerta grande que sale el toro indultado, Rencoroso. Un open a la altura de las mejores capitales de provincia españolas y europeas, que es lo que se lleva ahora. El organigrama de Borja Suárez ha encajado piezas imposibles del puzzle al estilo Kasparov con jaque mate en lo cercano de Burgos y en el Madrid que tango me gusta para fines de semana y que alguna vez fue de los Austrias. El foro estaba a reventar de bonito este fin de semana con el renacer de la discoteca Florida Park en el Retiro. Música tecno y buen rollo en terrazas de noche. Nosotros nos conformamos con las Veguillas y poco más, que como bien sabemos, el fuego robó en el 2006 la magia del Quinta Avenida cuando la hoy alcaldesa era concejala. Otros tiempos, otros ritmos, otras leyes y costumbres. Tiene muchos frentes abiertos que equilibrar como hacen los artistas circenses con los platos chinos. Un ayuntamiento que ha de reforzarse para que los papeles que entran, salgan pronto. Un espacio de audiencia y participación ciudadana que ha fracasado en general y estrepitosamente en el toma y daca entre barrios y representantes municipales. Algo habrá que hacer con los erráticos distritos de ciudad que nacieron muertos cuando los grupos políticos se los repartieron, matando la frescura de la voz de la gente de la calle. Estaremos atentos a la libertad que nuestra radiante alcaldesa tenga a la hora de hacer valer los intereses de Burgos en equilibrio con los autonómicos y el epicentro de Valladolid en industria, inversiones y prioridades. Una ciudad que se vacía de gente joven, que envejece como los olmos secos amigos de ríos y caminos. Necesitamos captar talento y plantar cara a reyezuelos que susurran como áspides. Quedan 99 días.

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