El Correo de Burgos

Leslie y Hammond

Agustín Herrero

Feliz Nochevieja

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No sé si he empezado bien esta columna de opinión tan deseada al borde de un 2024 que se muere de viejo. Desde la ruidosa cafetería de El Corte Inglés de San Chinarro en Madrid, intento poner negro sobre blanco, que es lo que se dice para la tinta en papel de periódico, sensaciones vividas en estros tres últimos meses que llevo en dique seco periodístico, por falta de tiempo, orden y control. El año se nos escurre entre los dedos como el agua en una cesta y el 25 nace y mamará de la teta de todos los que siguen para adelante, sin tirar la toalla. Entiendo a los hosteleros cuando se quejan de la falta de apoyo y continuidad en la herencia de sus negocios. Los hijos no quieren seguir los pasos de los padres, no quieren ser ferreteros, ni zapateros, ni libreros, ni mesoneros o liberales. Toda la gente joven quiere ser ‘influencer’ y ganarse la vida desde el ‘smartphone’. Se cierran tiendas y escaparates por falta de hijos o nietos que sientan el arraigo de quienes fundaron el negocio. Mírate que esto es así que estando donde estoy y con la ilusión que escribo este artículo, he intentado acompañarlo con un vicio, de una maldad inconfesable pero creo que perdonable. Joven, simpática, rubia y con coleta se llama María. Lo pone en la placa que los empleados de esta cafetería llevan a la altura del pecho. Le he pedido un gintonic con mucho hielo y que aguante frío la media hora que se tarda en redactar esta despedida del año. María me ha mirado con la ternura de una hija y se me ha quedado clavada sin saber por dónde tirar. Al parecer es su primer día detrás de la barra y con todo el respeto me ha preguntado si yo lo quería con agua de gas, con Coca-Cola y no digo más. Los tiempos están cambiando para que los que nacimos en el 61 tengamos que enseñar a los jóvenes cómo formular un simple gintonic de Ginebra Hendrick ‘s, mucho hielo y tónica Schweppes sin adornos. Son malos tiempos para la lírica, como predijeron Golpes Bajos en la movida madrileña. Que sea lo que Dios quiera. Feliz Nochevieja.

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