La Fundación Atapuerca recibe el reconocimiento de los burgaleses

E. VADILLO / Burgos

La Fundación Atapuerca recibió ayer una prueba más del reconocimiento a su labor, pero más doméstica de lo que está acostumbrada ya que partía de un grupo de burgaleses de a pie, de la Federación de Peñas y Sociedades de San Lesmes, aunque era de un metal precioso.

Se trataba de Báculo de Oro de San Lesmes 2010 y era el premio por haberse convertido en «puente entre la ciencia y la sociedad» y haber contribuido a «ensalzar, enaltecer y dar fama» a Burgos, según recalcó ayer su presidente, Pedro Balbás.

Un año más la Sala Capitular del Monasterio de San Juan se convirtió en el escenario de esta ceremonia, que cumplía la XXIII edición y con la que culminan oficialmente las fiestas de San Lesmes. Y como estipulan los Estatutos, el alcalde Juan Carlos Aparicio fue también el encargado de entregar esta distinción a los dos presidentes de esta Fundación, Pedro García Romera y José María Arribas Moral.

Ambos coincidieron en destacar su importancia. García Romera señaló que está «consolidada y condenada a seguir creciendo» y reconoció que los «impulsores» han sido  los codirectores del complejo arqueológica de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell y Juan Luis Arsuaga. 

Por su parte, Arribas Moral, presidente también de Caja de Burgos, elogió este organismo que, recordó, había nacido en Burgos pero que está abierta a Europa y al mundo porque tiene la «vocación de dar a conocer la importancia» de Atapuerca, explicó. En este sentido reiteró que «cuando los burgaleses tienen un proyecto serio e importante, bien demostrado y explicado, se unen para demostrar que por encima de todo está su defensa del burgalesismo bien entendido, no el provinciano ni aldeano, sino un sentimiento universal».

Juan Carlos Aparicio enlazó esta defensa del burgalesismo, apostando por «el bueno, el de trabajar   por el presente y el futuro», añadió. Además, apuntó que con la concesión del Báculo de Oro a esta Fundación éste adquiere «prestigio». Un premio que, recordó, lleva aparejado el «cariño popular» a una institución que se dedica a poner en valor social a los Yacimientos, a sus hallazgos, y a la evolución humana en general.

Por lo pronto, el secretario de esta Federación, Francisco Sánchez, demostró que sabían a quien premiaban. Resumió la evolución de los yacimientos de Atapuerca, desde la construcción del ferrocarril minero a las primeras excavaciones, con el Grupo Edelweis y Emiliano Aguirre, hasta la concesión del premio Príncipe de Asturias y el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. No se olvidó del presente ni del futuro, de los investigadores o profesores que cada año encuentran algo para engrosar la exposición que se podrá visitar en el futuro Museo de la Evolución Humana. 

El Báculo de Oro del año pasado, Tomás San Martí, ejerció de anfitrión del premio 2010. San Martí comentó que no era un premio más para Atapuerca ya que, explicó, tiene un aliciente añadido, del tratarse del «reconocimiento del pueblo llano». 

Con este galardón, la Fundación Atapuerca se suma al nutrido grupo de organismos y personalidades que ya está en posesión de este especial reconocimiento. Entre ellas, el Orfeón Burgalés, la Sociedad Recreativa Unión Artesana o Aspanias y el deportista arandino Juan Carlos Higuero, Tomás San Martín o el director de orquesta Rafael Frúhbeck de Burgos.Felicitación por el centenarioEl acto de entrega del XXIII Báculo de Oro no se limitó a reconocer la labor de la Fundación Atapuerca. La Federación de Peñas, Sociedades y Asociaciones de San Lesmes quiso tener un gesto de reconocimiento para Cajacírculo por la celebración de su centenario. El presidente de esta Federación, Pedro Balbás, entregó una placa conmemorativa al presidente de Cajacírculo, José Ignacio Mijangos, junto con la felicitación por este aniversario y el aplauso de los asistentes. Además, Balbás deseó que esta entidad de ahorros pueda cumplir «muchos más».