El Correo de Burgos

La organización cerrará su empresa de inserción si pierde el 'catering' municipal

Clece obtenía la adjudicación provisional. Cáritas lamenta que el concurso obvie la repercusión social de su proyecto y recurrirá la decisión para evitar despidos

Burgos

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L. B. / Burgos

Cáritas recurrirá la adjudicación provisional del servicio municipal de comidas a domicilio a la empresa Clece. Lo anunciaba ayer el responsable de la organización, Andrés Picón, que reconocía que si su alegación es desestimada la empresa de inserción El Gusto de Servirle -promovida por Cáritas precisamente para asumir este servicio- deberá echar el cierre y despedir a sus 14 trabajadores, más de la mitad en riesgo de exclusión social.

«Aunque la nueva adjudicataria estaría obligada a subrogar a todos los contratos, la antigüedad de estos empleados es mínima por lo que sería barato suprimir sus puestos», indicaba.

Con todo, confían en que la Administración local recapacite y valore la repercusión social de su proyecto. «No tenemos más méritos que otros, tan sólo exigimos que se juzgue con objetividad y se tenga en cuenta que hay un puñado de familias de la ciudad que se benefician de la iniciativa», señaló sin ocultar el «disgusto» que había provocado la noticia en la organización a la que representa.

Crear empleo, único fin

Recordó además que mantener la actividad sería inviable pues «la finalidad de esta empresa es sencillamente la creación de puestos de trabajo de inserción social, buscamos contratar a gente y no rentabilidad económica, así que competir con empresas ordinarias es imposible».

Más allá de la retirada del servicio -que supone el grueso del trabajo de la empresa de inserción, con unas 250 comidas diarias de las 300 que prepara- lo que ha desconcertado a Picón es el razonamiento del Ayuntamiento para no renovarles la adjudicación. «Nos dicen que falla la presentación formal de la documentación», aclaró.

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