El Correo de Burgos

El 65% de los hosteleros pierde dinero desde que se prohibió fumar en los bares

Burgos

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R. G. U. / Burgos

La situación financiera de muchos pequeños negocios de hostelería, regentados frecuentemente por autónomos, se ha venido deteriorando en los últimos seis meses por la confluencia de varios factores que influyen negativamente y el inicio de la aplicación de la Ley del Tabaco sólo es el último de ellos.

La subida del IVA el pasado mes de julio, en primer lugar, fue asumida por las empresas de hostelería que mayoritariamente mantuvieron sus precios pese a la mayor presión fiscal anticipó un recorte de beneficios que continuó con el aumento de los impuestos indirectos sobre el tabaco, ya que la mayoría de los bares tiene su propia máquina de expendedora de la que obtiene un margen de explotación.

Con la llegada de 2011 vienen la subida de los costes de electricidad y calefacción y, sobre todo, la prohibición de fumar en los establecimientos de hostelería en los que, paradójicamente, sí se puede seguir vendiendo tabaco.

Consecuencias

En los primeros quince días de aplicación, la nueva Ley del Tabaco ha afectado negativamente al 65 por ciento de los empresarios autónomos del sector hostelero, según un reciente estudio de la patronal ATA. La conclusión principal de esta encuesta realizada a más de 700 empresarios de hostelería es que han experimentado un descenso en el número de clientes y, consecuentemente, ha disminuido su recaudación. A la caída de los ingresos, además, se añade el aumento de los costes con el incremento de las facturas de la luz, el agua, la calefacción y los impuestos locales, de modo que el margen de beneficio se estrecha de manera «preocupante» para la patronal del sector, que resalta que para casi ocho de cada diez autónomos (78,9%) sus ingresos han disminuido en un tramo que va del 11 al 60%. El 12,3% ha visto como disminuían los ingresos de su negocio en menos del 10% y sólo un 5,3% se queja de que sus beneficios se han visto mermados entre el 81 y el 100%.

Esta situación lleva a pensar a más de la mitad de los empresarios a tener que reducir plantilla a corto plazo. De hecho, el 55,1% de los encuestados por ATA piensa prescindir de algún empleado, por los problemas surgidos a raíz de la aplicación de la Ley del Tabaco; frente a un 34,6% que va a continuar manteniendo idéntico esquema laboral. Un 10,3% no se manifiesta en ningún sentido. El sector hostelero cuenta con 318.823 autónomos, de los cuales 201.655 no tiene asalariados (63,25%) y 117.168 (36,75%) proporciona empleo.

El pesimismo del sector se expresa en el hecho de que el 54% de los autónomos consultados cree que a largo plazo la prohibición de fumar seguirá perjudicando a su negocio frente a casi un 25% que espera superar el bache.

El futuro son las terrazas

De cómo le irá al hostelero en un futuro depende mucho de cómo se adapte a la nueva situación. La primera salida que han puesto en marcha muchos locales es la colocación de terrazas de invierno al aire libre en las que sí está autorizado el fumar. Para combatir las bajas temperaturas han proliferado las estufas de propano en forma de ‘seta’ de modo que el cliente esté más cómodo y caliente mientras fuma. En Burgos, la nueva ordenanza que regula las terrazas ha tenido en cuenta esta eventualidad y prevé la colocación de estos elementos aunque es necesario solicitar autorización al Ayuntamiento para la colocación a las puertas de los locales de barriles, mesas con ceniceros o estufas.

Como se trata de casos de ocupación de la vía pública será necesario que el empresario hostelero abone una tasa al Ayuntamiento por estas ‘setas’ con lo que añade un nuevo coste a su tesorería aunque evite que la clientela huya a otro local que tenga calefacción en su terraza exterior.

Por otro lado, Vintagge, el único club de fumadores que está activo en Burgos ha logrado un notable éxito de afiliación de socios desde que empezó la prohibición de fumar en los bares. Si bien este club nació a raíz de la anterior regulación del tabaco en 2008 es ahora cuando tiene mayor actividad. Por el momento ningún otro local ha solicitado convertirse en sede de un club similar ya que es complejo y hace falta unas instalaciones determinadas. El propietario del club Vintagge se queja de presión por parte de las autoridades policiales y sanitarias sobre su negocio en forma de reiteradas inspecciones.

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