El Correo de Burgos

JORNADA VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

Las víctimas piden unidad para acabar con ETA sin que haya contrapartidas políticas

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Burgos

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M.R. / Burgos

Las víctimas del terrorismo reclamaron unidad de acción sin dar un paso atrás para acabar con la barbarie etarra sin que haya ninguna contraprestación política. Esta fue una de las principales reflexiones que se realizaron ayer en el salón de Cajacírculo de Julio Sáez de la Hoya, que acogió la primera sesión de la I Jornada 'Víctimas del terrorismo: Memoria, dignidad y justicia', organizada por el Observatorio Internacional Víctimas del Terrorismo.

Una jornada que contó con los testimonios de Jaime Mateu, José Antonio Sáenz de Tejada, Eloy Morán, José Antonio Ortega Lara y María del Mar Blanco. El director de El Mundo-El Correo de Burgos, Joaquín S. Torné, moderó la mesa. Las recientes revelaciones sobre aspectos de la negociación del Gobierno con ETA estuvieron presentes en la jornada, donde se pidió la dimisión del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, al que acusaron de mentir sobre este proceso y sobre la investigación del atentado del 11-M. Cayetano González, director de las jornadas, tras pedir un minuto de silencio por las víctimas, señaló que las víctimas «tienen mucho que enseñarnos y nosotros mucho que aprender de ellas». Jaime Mateu, delegado de la Junta, sufrió el doble zarpazo de ETA, que asesinó a su padre y a su hermano, repasó la actitud de los diferentes gobiernos democráticos ante la banda terrorista, donde fue muy duro con la «cobardía» del Gobierno de Suárez hasta llegar a pedir la dimisión de Rubalcaba. Mateu, que dejó claro que «ni perdono ni olvido, pero no vivo con odio», señaló que con ETA no se debe negociar. Sólo vale la acción de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que los etarras cumplan íntegramente las penas y que «haya vencedores y perdedores». También reclamó una verdadera consideración de las víctimas para que se apruebe una ley de resarcimiento y protección integral de las víctimas. Ayer se cumplían 20 meses del asesinato del guardia civil burgalés Carlos Sáenz de Tejada y su compañero Diego Salva en Calvià (Mallorca). Sólo 36 horas después de que la banda terrorista intentará cometer una masacre en la Casa Cuartel de Burgos. El padre de Carlos, José Antonio Sáenz de Tejada, ofreció ayer un relato desgarrador, en el que describió cómo se enteran de la trágica noticia y las horas posteriores, de las llamadas continuas al móvil de Carlos sin lograr respuesta, hasta que alguien coge el teléfono y pregunta: ¿Es usted su padre? «Y me di cuenta de que habíamos perdido a nuestro hijo a manos de unos asesinos hijos de puta».

A partir de ese momento, todo fue un continuo ir y venir de amigos, familiares en casa, con el sonido constante del teléfono de fondo. Después, aún en estado de shock, el viaje a Palma, el funeral de Estado, donde, recordó, el apoyo popular fue extraordinario. Y el regreso a Burgos, al tanatorio, lugar en el que todo fue más duro porque «ponías nombre y cara a los apretones de manos». Han pasado 20 meses y el dolor es aún reciente. «Espero que si Dios existe den caza a los asesinos de Diego y Carlos». Al igual que Mateu, «yo ni olvido ni perdono».

Eloy Morán de la Fuente viajaba en uno de los trenes contra los que atentaron el 11 de marzo de 2004 y en los que murieron 192 personas. Siete años después, «aún no se ha hecho justicia, no se ha puesto a los que perpetraron la masacre ante la justicia». Morán recordó a Rubalcaba lo que dijo pocos días después de los atentados sobre la búsqueda de la verdad. Siete años después, «los hechos lo dejan en evidencia» al considerar que no ha colaborado en la búsqueda de la verdad, sino que, al frente de Interior, ha obstaculizado su investigación. La justicia ordinaria sólo ha condenado a una persona «por su implicación directa».

 José Antonio Ortega Lara, el ex funcionario de prisiones burgalés que estuvo secuestrado por ETA durante cerca de dos años, indicó que la negociación con los terroristas es «una humillante sangría». Ortega Lara lanzó un mensaje de no claudicación ante los terroristas, de caminar en la unidad de acción sin dar un paso atrás. Recordó que las experiencias anteriores han demostrado que no se puede negociar con los terroristas y se «tergiversan leyes» para hablar «del llamado proceso de paz», que a los únicos que beneficia es a los nacionalismos. Criticó duramente la política del PSOE respecto a lo que considera complacencia y no dudó en asegurar que permitirá a los terroristas «estar en las instituciones». También criticó la actitud del PP, personalizando en su líder, Mariano Rajoy,  por apoyar una política antiterrorista del Gobierno que conlleva «aspectos perversos». Le reprochó un giro en las posiciones que ha hecho que las víctimas «parece que ahora somos rémoras». Según Ortega Lara, si los etarras son capaces de «asesinar, secuestrar, engañar no es más que una cuestión estratégica». Por eso, abogó por una «rebelión cívica porque está en juego el Estado de Derecho y el futuro de nuestros hijos».

María del Mar Blanco, hermana del concejal del PP de Ermua, Miguel Ángel Blanco, secuestrado y ejecutado por ETA, aseguró que la negociación con la banda terrorista «significa claudicar». Defendió que hay tres pilares para luchar con el terrorismo, atender la voz de las víctimas, la unidad sin fisuras y la aplicación de la legalidad. Recordó que su hermano «trabajó para cambiar la cultura del miedo por la de la libertad». De igual modo, indicó que la «solución a la derrota de no pasa por su participación en la vida política». Las jornadas contarán hoy con la presencia de Antonio Basagoiti, líder del PP vasco, Rosa Díez, portavoz de UPyD, y Nicolás Redondo Terreros, presidente de la Fundación para la Libertad y ex secretario general del PSE.

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