Para que ningún juguete se aburra, ¡es hora de cambiarlos!

MARTA CASADO / Burgos

Hay juguetes abandonados en el fondo del armario. Los niños crecen y aquel instrumento de música y luces pierde el interés. Busca algo nuevo, más complejo o diferente. Para evitar el complejo Woody de los juguetes (esos celos terribles por dejar de ser el entretenimiento preferido que narraba Toy Story) la concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de Burgos, a través de las Ludotecas de los Centros Cívicos, programa desde hace tres años el Intercambio de Juguetes. La iniciativa se desarrolla entre los usuarios de estos servicios municipales pero se busca un día para acceder a todos los burgaleses.

Este año se celebra la cuarta edición de este programa que persigue promover el consumo responsable entre los niños a través del reciclaje, fomentar entre los más pequeños el sentimiento de la solidaridad, concienciar a los adultos de que sus hijos necesitan el juego en sus vidas para desarrollarse y celebrar un día de fiesta en torno al juguete.

Para acercar la iniciativa a toda la ciudad, la jornada abierta de intercambio de juguetes se realiza cada año en una plaza de un barrio determinado con un Centro Cívico cercano. El año pasado se llevó a cabo en el Parque Félix de Gamonal y se recogieron hasta 361 juguetes. Este año la cita para cambiar juegos en desuso pero en buen estado por otros que interesen más a nuestros hijos es en el Parque de la Luz, en el G-3, de 11 a 14 horas de la mañana. El sistema se basa en entregar un juguete en el stand habilitado para ello. Los monitores le otorgan un número que va del uno al cuatro en función del valor del objeto entregado y se da al niño un vale para intercambiar por otro juguete del mismo valor. Aquí es donde, en algunas ocasiones, se encuentran diferencias entre padres y niños. Los primeros son más conscientes del valor de lo entregado pero los segundos se dejan llevar por gustos e intereses más que por el valor material. «En algunas ocasiones los niños quieren cambiar su juguete que vale por cuatro por otro que tiene un valor de uno. Para ellos lo económico no es lo más importante», afirman responsables de la actividad quienes recalcan el cariño que tienen los pequeños a sus cosas «a veces se despiden de su juguete hasta con besos pero luego les hace ilusión tener uno nuevo». Además de los stand de intercambio, en el parque habrá hinchables se realizarán talleres y una terraza para probar los juegos. La diversión no siempre se compra y los juguetes tienen más de una vida.