Concepción reprocha al ministro que el TSJ deba compartir su sede con la Audiencia

L. B. / Burgos

No pudo resistirse. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, José Luis Concepción, aprovechó la visita del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, para manifestar una vez más su malestar por que el estamento que representa se vea obligado a compartir su sede en el remozado Palacio de Justicia con la Audiencia Provincial.

Y lo hizo en público, durante su intervención institucional ante decenas de invitados a la puesta de largo de las recién estrenadas instalaciones que, lamentó, «pronto se quedarán escasas de espacio por mor del traslado de un órgano que, creo, debiera haber conservado su sede anterior».

Expresada esta queja, Concepción apostó por «mirar al futuro» y deseó que «cuando la bonanza económica, ojalá más pronto que tarde, posibilite de nuevo la creación de sedes judiciales y vuelva a ser realidad la triste dispersión que hasta hace cinco años hemos vivido en esta ciudad, como se vive en otras de la región, alguien recuerde que durante este mandato hemos hecho lo posible para que el poder judicial se quedara el edificio de la calle San Juan, sin lograrlo finalmente». El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León achacó esta pérdida a «otros intereses que aprovechaban un momento puntual sin pensar en el futuro».

No fueron las únicas críticas que salpicaron el discurso del máximo responsable del Alto Tribunal de la Comunidad. El diseño del inmueble se llevó también su parte. Y es que aunque Concepción reconoció la falta que le hacía una rehabilitación integral al inmueble construido en 1871, confesó también que existe «cierto desagrado con el resultado final».

Centró sus críticas en la supresión de la escalinata exterior «sustituida por un acceso similar al de una gran superficie comercial y de dudoso gusto» que, en su opinión, responde a un concepto erróneo de «popularización de la justicia».

Falta de diálogo

Así, el presidente del TSJCyL, tras confesar que la mejora de estas dependencias -en las que tomó posesión del cargo hace siete años en una sala apuntalada para evitar desprendimientos- ha sido para él «una obsesión», aseguró que a todos los que deben desarrollar en el edificio su labor «nos hubiera gustado participar en el proyecto, dar nuestra opinión, colaborar sin interferir».

Algo que, según indicó, no fue posible por la resistencia al diálogo de los anteriores responsables ministeriales. En este sentido, alabó el «cambio abismal» que suponía la llegada del actual equipo. «Hoy la claridad, la colaboración, la transparencia y la plena disposición son hechos y quiero agradecérselo al ministro», señaló.

Gallardón, por su parte, recibió con satisfacción este halago pero en referencia a las futuras estrecheces auguradas por Concepción en el renovado inmueble y a su diseño, recordó que «los edificios valen tanto como contribuyen a que las personas que los utilizan puedan desarrollar su función, lo importante es el contenido y no el continente».

Explicó además que al evento de ayer estaba invitado el anterior ministro de Justicia, Francisco Caamaño, en representación del Gobierno que tuteló el grueso de la rehabilitación. «Solo compromisos adquiridos con anterioridad le han impedido acudir», explicó.

A la puesta de largo del Palacio de Justicia, que retomó la actividad el pasado 11 de junio, acudieron representantes políticos de la Administración regional, tales como el consejero de Presidencia de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, o la presidenta de las Cortes de Castilla y León, Josefa García Cirac.

No faltaron autoridades locales, amén de procuradores, diputados y senadores de la provincia. Junto a José Luis Concepción ejercieron como anfitriones el fiscal superior de Castilla y León, Manuel Martín Granizo, y el presidente de la Audiencia Provincial, Juan Miguel Carreras.