El Correo de Burgos

El origen castellano y leonés de Podemos

En Navidad, Pablo Iglesias le contó a su padre su intención de presentarse a las elecciones. «Me parece una locura», respondió su progenitor, el hombre que inculcó a su hijo la pasión por la política de izquierdas

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Burgos

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JOSÉ LUIS CABRERO / Zamora

De pequeño, cuando apenas era un mocoso, Pablo Iglesias Turrión (Madrid, 1978) ya despuntaba como un niño empeñado en luchar por la igualdad social, ya estaba obsesionado con la defensa de los más necesitados. Nacido en el seno de una familia vinculada históricamente al socialismo, tanto por parte de su padre como de su madre, el rutilante líder de Podemos tenía por fuerza que salir de izquierdas. «Lo llevaba en los genes, no podía ser de otra forma», dice Javier Iglesias, el padre del recién estrenado europarlamentario antisistema y hasta hace poco tiempo jefe de la Inspección de Trabajo en Zamora.

Ni siquiera su nombre es casual. «Quisimos ponerle Pablo para homenajear al fundador del PSOE y de paso a sus antepasados, algunos de los cuales fueron represaliados durante la Dictadura», añade.

En cuanto pudo, recuerda, se afilió a las Juventudes Comunistas. Después, ya vino todo rodado. «En la universidad entró en contacto con los grupos antiglobalización, que fueron el objeto de su tesis». Luego, recorrió Europa aprendiendo y comprendiendo todo lo que se cocía en torno a los movimientos antisistema. En paralelo a su devoción por la política y la lucha social, Pablo Iglesias siempre fue un estudiante modélico que puso un énfasis especial en su propia formación. «Era un alumno de muchas matrículas de honor, licenciado en Derecho, en Políticas, y con varios master», asegura Javier Iglesias. Y todo, absolutamente todo lo que estudió, recuerda, «gracias a las becas». Su paso por las universidades de Florencia, de Glasgow, Estados Unidos, Méjico o Suiza apenas supusieron un esfuerzo económico para la familia del líder de Podemos. «Siempre logró autofinanciarse sus estudios, por eso las ayudas a la formación para familias sin recursos es una de sus obsesiones».

El veneno de la política le llevó a los medios de comunicación y los medios de comunicación le convirtieron en político. «En el fondo, Podemos es una consecuencia lógica de la situación de crisis absoluta del sistema y, por otra, una feliz coincidencia de un grupo de jóvenes muy brillantes dispuestos a luchar por un mundo mejor», asegura Javier Iglesias, que no duda a la hora de reconocer que gran parte del éxito de Podemos tiene su origen en las apariciones televisivas de su hijo. «Podemos es un colectivo de gente muy bien formada, muy inteligente, pero también es la constatación del poder de los medios de comunicación que han hecho de Pablo un líder muy mediático, y eso ha favorecido lógicamente su éxito en las elecciones».

Aún así, el brillante presente de Podemos era hace unos meses solo una idea arriesgada y genial de la que Pablo Iglesias habló con su padre en la pasada Navidad,  durante su estancia en Zamora. «Le dije que me parecía una locura, que no podía salir bien, pero él ya tenía las ideas muy claras y estaba convencido de su éxito. Hay que tener en cuenta que Pablo es un experto en temas de comunicación y para entonces ya sabía de la trascendencia de sus apariciones en la televisión, de la importancia de sus debates dialécticos e ideológicos con la gente de derechas».

Para Javier Iglesias las apariciones de su hijo en la televisión son una fuente de satisfacción, pero también una dura prueba para su paciencia. «Me pongo de los nervios viendo cómo algunos tertulianos le acusan de todo tipo de mentiras». Recuerda con una sonrisa irónica en los labios su paso por el canal de Intereconomía, «donde le llevaban como si fuera una atracción de feria y luego Pablo les dejaba en evidencia con sus argumentaciones y su forma tan clara y contundente de explicar y argumentar sus ideas».Sigue en edición impresa

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