Mi mostacho por una eterna robustez
Antoñanzas convierte al Museo de la Evolución Humana en una ‘vintage’ barbería para sumarse al movimiento Movember. 20 hombres se arreglaron el bigote para llamar la atención sobre la salud masculina durante este mes
Los sillones de la barbería no tuvieron tiempo de enfriarse y desde las seis hasta las ocho y media desfilaron hombres valientes y solidarios.-Santi Otero
El tamaño no importa cuando de mostachos se habla. Y ayer se habló mucho de bigotes en el Museo de la Evolución Humana, que se convirtió en una vintage barbería por obra y gracia de la peluquería Antoñanzas. Hace ya algunos años que Andrés y Támar, padre e hija, apoyan el movimiento Movember, que insta al género masculino a dejarse crecer bigote durante el mes de noviembre para llamar la atención sobre la salud masculina, y ayer se les sumó su hermano y tío Jesu y su sobrino y primo Luis Miguel (Peluquería Los Gemelos).
«Queremos concienciar al hombre sobre su salud. Afeitamos de manera gratuita a cambio de un donativo a la Fundación Movember, que alerta sobre el cáncer de próstata y testicular, la salud mental y este año también sobre la inactividad física», expone Andrés Antoñanzas con su bigotito acicalado para la ocasión y la espuma lista minutos antes de empezar con los primeros valientes (todos tenían cita previa para evitar que la espontaneidad no funcionara).
Ese number one llegó vivaracho a pesar de que en unos minutos perdería su frondosa barba. «Llevo un año entero con ella, pero perderla por una buena causa no cuesta», señalaba Iván Castilla tras ser retratado para poder apreciar el antes y el después. Y es que se iba a ver con bigote por primera vez en su vida.
Aprovechó además el momento para meter su cuña: ‘El domingo 22 de noviembre, la barbería se traslada al bar El Pez. Espero veos’. Dicho queda.
No todos los barbudos que por allí andaban demostraron el mismo arrojo. Iván Casado, Pure Hemp, que apoya el evento poniendo a su servicio lo que mejor tiene, que es su arte, por nada del mundo perdería su sotabarba, aunque sí se esculpió sus bigotes al estilo daliniano para estar a tono. ¡Qué no se diga!
También veía los toros desde la barrera Diego. «¿Sabes lo que cuesta conseguir esto?», se reía sin bromear mesando su cool barba. A su lado, Rodrigo Basurto, todo lo contrario. No había pedido cita, pero sí estaba dispuesto a dejarse pasar la navaja. «He sufrido de cerca el tema del cáncer y siempre apoyaré este tipo de iniciativas».
Después de media hora en el sillón, observados a cada minuto por más curiosos, los primeros se miraron al espejo. Y les gustó lo que vieron. Asentía satisfecho Adrián Alonso, también en esa terna de estreno, que ya se ha sumado varios años al Movember.
Los Antoñanzas continuarán con esta campaña todo el mes de noviembre en su establecimiento de Eladio Perlado. En seis días han recaudado 400 euros. ¡Esos bigotes valen oro!