El 75% de los burgaleses cuenta con línea de móvil

El mapa de las telecomunicaciones cambia de forma exponencial en muy poco tiempo. Y con esa transformación también las costumbres. El teléfono fijo ha pasado a ser casi un objeto de decoración de la casa mientras no dejamos de mirar a la pantalla del móvil con el que hablamos cada vez menos pero nos mensajeamos y oteamos el mundo a través de internet y las redes sociales. Si Burgos tiene 372.538 habitantes, el 75% dispone de una línea contratada.

Este fenómeno se observa en las cifras. En Burgos estaban registradas en 2015 un total de 155.428 líneas de teléfono fijo frente a los 281.365 líneas de telefonía móvil pospago (de contrato) activas. Esto supone que el teléfono fijo ha caído en las viviendas burgalesas en un 7% mientras que la telefonía móvil ha subido un 36%. No bajan aún más las conexiones fijas porque son obligatorias para activar la conexión por fibra óptica (El 10% entre las líneas HFC y FTTH) o ADSL (17,3% del total de la banda ancha fija instalada en la provincia).

«En uso residencial sólo se necesita el terminal fijo para establecer la banda ancha fija de ADSL y tener el paquete que ofrecen las compañías, apenas ya se usa para hablar y de hecho las personas mayores ya prefieren un móvil que pueden llevar consigo y comunicarse inmediatamente estén donde estén y suelen prescindir del teléfono fijo porque ya no lo usan y tampoco necesitan internet», afirma Tomás Pino de la Asociación Burgalesa de Instaladores de Telecomunicaciones (Abitel).

El 4g, la conexión rural

La fibra óptica se ha multiplicado en los últimos nueve años en un 40%. Este tipo de conexión en su sistema híbrido (fibra y coaxial) HFC y en la fibra pura (FTTH) supone actualmente el 10% del mercado. Del primero empezaron a instalarse en 2007 con 15.402 conexiones que han pasado a ser 21.179 en 2015. La fibra óptica hasta el hogar ha dejado de ser inexistente en Burgos a contar con 15.749 conexiones. «Es un sistema que es el que mejor se adapta al hogar porque alcanza unas velocidades de 500 megas o de 1 a 10 gigas que son suficientes para los usuarios del hogar pero su implantación es cara más allá del entorno urbano», señala Pino.

Uno de los grandes handicaps del entorno rural es la falta de conexión de calidad a internet. El despliegue de fibra óptica es «caro» y «las compañías, como empresas privadas que son, solo inician el despliegue allí donde consideran que les va a ser rentable», refleja. Por ello «sólo vía subvención de alguna administración se podría ampliar el tendido de fibra óptica a otros entornos». Por ello, sin fibra se acude a conexión Wimax, por microondas, o el satélite «quizás demasiado caro para las velocidades tope que alcanza». Pero las zonas de sombra o las descargas ultralentas de los pueblos tienen un salvador: la conexión LTE. Se trata del sistema 4G que «es el futuro». Democratizará, geográficamente hablando, las conexiones. El 3G te permite 21 megas de velocidad con el móvil y el 4G hasta 41 megas. «El sistema LTE es el futuro y llega para quedarse con una quinta o sexta generación porque se gana en capacidad y en velocidad con descargas de un giga casi lo mismo que la fibra», señala Pino.

Y este tipo de red se ha empezado a desplegar según el Informe de infraestructuras de telecomunicación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En Burgos existen 155 estaciones bases de LTE, que en 2007 no existían mientras que los emisores de 3G (UMTS) ascienden a 681, cuando hace nueve años apenas había 129. Pero al mismo tiempo las instalaciones de comunicación móvil GSM siguen siendo más numerosas con 758 torres frente a las 388 de 2007.