El Correo de Burgos

«El gobierno debería fomentar más la familia numerosa»

El matrimonio burgalés formado por Gema Catalina y Alberto Sanvicens, con seis hijos, considera que tener una gran familia es más sencillo de lo que pudiera parecer

Gema Catalina y AlbertoSanvicens con sus seis hijos.-ISRAEL L. MURILLO

Gema Catalina y AlbertoSanvicens con sus seis hijos.-ISRAEL L. MURILLO

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V. C. / BURGOS
Burgos

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Gema Catalina y Alberto Sanvicens se conocieron cuando ella tenía 14 años y él 16 en las Comunidades Neocatecumenales que se realizaban en su parroquia, pero tuvieron que pasar más de diez años para que se hicieran novios. Un año después formalizaron su relación y se casaron, y después de otro año vino su primera hija, que en la actualidad tiene 14 años. Los demás -son seis en total- aparecieron bastante seguidos hasta llegar Carmen, la más pequeña con cinco años.

En realidad no habían pensado tener una familia numerosa. Gema viene de pasar por una experiencia parecida, son 9 hermanos y Alberto, aunque son menos, 4 en total, estaba acostumbrado también a ser muchos en casa. Aún así los dos subrayan que tener un hijo es un acto de generosidad y por el que renuncias a muchas cosas, una decisión personal que dependiendo de las circunstancias puede ser difícil. «Está claro que se necesitan más nacimientos. Respecto a la conciliación laboral y familiar es complicada, siempre se va a perder algo, o de trabajo o de estar con tu hijo. Yo no sé si el Gobierno se dará cuenta de que tiene que hacer algo más para fomentar la familia numerosa», indica Gema.

Ambos padres coinciden al decir que el día día no es tan complicado como pudiera parecer, «te diría que es fácil, aunque por las tardes parezco un poco taxista», bromea ella refiriéndose a las actividades extra escolares. Pero a la hora de hacer la comida se hace «un perolo más grade y ya está». «En realidad es más sencillo, a la hora de organizarnos, al ser más se ayudan entre ellos», apunta Alberto. Su mujer añade que además aprenden a colaborar y cuando alguno no hace sus obligaciones son sus propios hermanos los que se lo recuerdan.

Pertenecen a AfanBurgos desde que tuvieron a su tercer hijo, en el año 2005, y para ellos ha sido de gran ayuda desde el primer momento. Gracias a la asociación han podido mantenerse al día en cuanto a las deducciones, bonificaciones, descuentos y ventajas, tanto a nivel nacional como local, que se ofrecen para las familias numerosas, en su caso de categoría especial. De hecho en alguna ocasión ha sido otro socio el que les ha indicado como actuar para poder beneficiarse. «Es una de las grandes ventajas, te mantiene informado de este tipo de cosas», insiste Alberto.

Por eso recomiendan que cualquier familia que ya tenga su tercer hijo se ponga en contacto con la Federación Nacional de Familias Numerosas para que les remitan a la delegación de la zona donde vivan.

La Navidad

La Nochebuena normalmente la celebran en su casa de una forma más tranquila. «Nos gusta estar la familia más recogida. Bajamos a misa, a la parroquia de San Julián, volvemos a casa, cantamos villancicos en el belén, ponemos el niños Jesús y luego cenamos», apunta Alberto.

Para la cena no se complican demasiado, prefieren hacer platos que les gusten a los niños, en forma de picoteo, como alitas, croquetas o patatas bravas. «No hacemos cenas muy elaboradas, preferimos que los niños elijan su comida favorita», recalca Gema.

En su casa solo vienen sus majestades los Reyes Magos y en este caso existe un presupuesto limitado. Antes de que vengan normalmente hacen una selección de juguetes que ya no se utilizan para donarlos a aquellos que más lo necesiten. «Ellos piden pero saben que no se les puede traer todo», señala Alberto.

Tanto Gema como Alberto opinan que su familia es como cualquier otra, con sus días buenos y malos, y su forma de vida se basa en no planificar demasiado, sino vivir el presente. «Cuando se van a la cama piensas en que ha pasado un día y vas a por el siguiente», incide Gema añadiendo que les están educando para que sean independientes. «Tienes que formar una persona para el mañana, darle unos valores. Al principio les obligas para que ayuden en las tareas de casa pero sé que luego les va a servir», concluye.

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