El nuevo montaje del arco de la Llana será más fiel al original

La historia del arco de la iglesia de Nuestra Señora de la Llana, de Cerezo de Río Tirón, vive un nuevo capítulo, desde que en 1929 fuese desmontado por primera vez.La nueva actuación tiene por objeto trasladar esta portada románica del siglo XII desde el paseo de la Isla hasta la zona cubierta del Monasterio de San Juan donde, a resguardo de las inclemencias meteorológicas, se espera frenar el grave deterioro en el que se encuentra. En su reconstrucción no se van a trasladar los sillares que se añadieron en el siglo XX por lo que será más fiel a su diseño original.La empresa adjudicataria del desmontaje, traslado y reconstrucción en su nueva ubicación, Valuarte Conservación del Patrimonio, comenzó hace unas semanas a trabajar con la instalación de un andamiaje y una limpieza inicial para quitar los detritos. Para la próxima semana se espera comenzar con un delicado desmontaje, pieza a pieza y a mano, desde la zona superior del arco. Así, lo explicaba el director de la obra y arquitecto de la Catedral, Javier Garabito, que apuntaba que, de no intervenir ahora, en unos pocos años el arco podría haberse perdido. Pero los trabajos no se han iniciado con el vallado, sino que previamente se ha realizado un estudio completo que ha permitido desarrollar el proyecto. Garabito explicaba ayer, a pie de obra, que cada pieza será siglada para localizarla en un plano para controlar el montaje en su nueva ubicación y cada día se llevaran las piedras al Monasterio de San Juan para evitar que queden expuestas en el paseo de la Isla.En su conjunto, estas tareas llevarán cuatro meses, pero el director de la obra no descarta que se pueda alargar el tiempo ya que el objetivo es que no sufra nuevos daños en todo este proceso y señala que hay que trabajar con la máxima precisión.El Ayuntamiento destinará 120.000 euros a esta actuación para salvaguardar el patrimonio. La concejal de Urbanismo, Ana Bernabé, señalaba que el proyecto se contempla con el traslado de tres capiteles, ubicados a escasos cien metros del arco, al Museo de Burgos. La directora de esta dotación cultural, Marta Negro, señalaba que estas piezas, también pertenecientes a la ermita de Cerezo de Río Tirón, se encuentran incluso más deterioradas que el propio arco. Una vez trasladadas al museo se actuará en su limpieza y conservación y se mostrarán en la exposición.El arquitecto responsable de los trabajos explicó algunos detalles de las vicisitudes que ha vivido esta portada desde que la ermita dejase de tener culto en el siglo XIX. En 1929 se desmonta y durante dos años se pierde hasta que en 1931 aparece en unas cajas en Vitoria. «El clamor popular de los burgaleses, con el pintor Marceliano Santa María al frente, logra que se recupere e instale en la Isla», recordó Garabito. Se reconstruyó en 1933, pero se desplomó a los pocos años por un problema en la cimentación. En 1945 se volvió a montar y se colocaron nuevos materiales en la unión de las piezas. Todas esas piedras del siglo XX no se van a trasladar al Monasterio de San Juan. Según precisó el arquitecto, «está previsto que se sustente sobre un armazón metálico, sin embargo todavía no está completamente decidido ya que habrá que esperar e incluso volver a tratar con Patrimonio».