El Correo de Burgos

CIENCIA / ATAPUERCA

Atapuerca afronta un cambio de ciclo que traerá una «abundante cosecha de fósiles»

Los codirectores anuncian una nueva «época dorada» en cuatro o cinco años / Centran los esfuerzos en recopilar datos en Cueva Fantasma que confirmen la presencia neandertal a la que apunta el parietal hallado en 2016

Miembros del equipo de investigación en Cueva Fantasma.-SANTI OTERO

Miembros del equipo de investigación en Cueva Fantasma.-SANTI OTERO

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L. B. / Burgos
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Amanece en Atapuerca una nueva «época dorada». No es una profecía, ni una suposición, ni siquiera un deseo, que también. Se trata de un vaticinio basado en pruebas, las recabadas por los codirectores de los yacimientos mediante sondeos, a cuyos resultados apelaban ayer José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell para anunciar que en los próximos cuatro o cinco años tendrá lugar un cambio de ciclo que traerá consigo una «abundante cosecha de fósiles».

«Sabemos donde están gracias a los peritajes, sabemos que se acercan niveles fértiles en distintos puntos. Solo tenemos que llegar», aseveraban para añadir con cierta resignación que ellos contemplarán estos hallazgos «desde fuera», en referencia a su cercana jubilación.

Les pasará, comentaban, como a Emiliano Aguirre, primer director de las excavaciones cuya retirada coincidió con una sucesión de «descubrimientos extraordinarios». Fue aquel otro cambio de ciclo como el que se aproxima. «Los que vengan empezarán a extraer fósiles importantes y les admiraremos desde casa con cierta envidia», reconocía Bermúdez de Castro. Y así podría ocurrir sucesivamente a modo de «bucle redundante» pues, según subrayaba Carbonell, Atapuerca es un complejo arqueológico casi inagotable.

De vuelta al presente, ambos codirectores realizaban estas declaraciones con motivo del acto de inicio de la campaña de excavaciones y con Cueva Fantasma como telón de fondo. No es vana la elección, pues en este yacimiento se concentra buena parte de los esfuerzos este año. «El terreno se ha dividido en dos secciones. En una de ellas continua el sondeo y en la otra, en la que en 2016 se hallaba un parietal durante la limpieza del terreno, comenzará a excavarse con el objetivo principal de conocer la zona», detallaba Bermúdez de Castro. Y es que, recordó, un yacimiento sin referencias espaciales y temporales, es decir, geocronológicas, «no sirve de nada».

Del hallazgo de datos que permitan contextualizar aquel descubrimiento que se ha vinculado con un neandertal, «de momento con la boca pequeña», dependerá confirmar estas ‘sospechas’ y a corto plazo -en unos dos años- tener lista la oportuna publicación científica que confirme la presencia de esta especie en la sierra. «Será entonces cuando podamos lanzarlo a los cuatro vientos», aseveraba el codirector, firmemente convencido de que Cueva Fantasma «va a dar muchas alegrías durante el siglo XXI».

Cabe señalar que este enclave en concreto tiene la ventaja de encontrarse a diez metros sobre los yacimientos más bajos y por lo tanto «se ha librado de los efectos del río», lo que permitiría encontrar los restos más antiguos que, en todo caso, «no superarán los 1.500.000 años», tope de edad de la zona ahora establecido, tras descartarse el anteriormente barajado que alcanzaba los 1,8 millones de años.

«La lógica nos dice que esto es así. Dada la cantidad de trabajo que llevan a cabo expertos en varios países europeos, si hasta ahora no ha aparecido nada más allá de 1,5 es sencillamente porque es difícil que exista», indicaban ambos expertos, sin descartar sorpresas «en 20 años».

DOLINA

Buena parte de esa «cosecha de fósiles» que se espera aflorará en uno de los yacimientos más famosos de la Trinchera del Ferrocarril, por ser precisamente la ‘cuna’ del Homo antecessor: Gran Dolina. Al respecto, Carbonell explicaba que «25 años después» han culminado los trabajos en el nivel 10. «Ya no existe», zanjaba para mostrar su confianza, a tenor de los datos recabados de forma preliminar, que una excavación en extensión del enclave, que comenzará este año y alcanzará una superficie de 85 metros cuadrados, «podría servir para hallar en un futuro nuevas pruebas de presencia humana y asegurar la continuidad de la ocupación hasta 1,3 millones de años».

El paleontólogo recordaba que será en el nivel 6 donde, según los sondeos, se encontrarán «restos de la más antigua de las ocupaciones intensas que ha habido en la sierra». Es ahí donde descansan más restos del Homo antecessor hasta los que queda un largo camino.

Por otra parte, los codirectores de los yacimientos de Atapuerca avanzaron también la posibilidad de acceder a otra fase fundamental de la prehistoria en puntos determinados. Se trata del Paleolítico Superior. «Estamos rozando el Neolítico más antiguo en Portalón y en El Mirador y posteriormente entraremos en ese otro nivel en el que sabemos que hay presencia de culturas como la magdaleniense y probablemente auriñaciense y solutrense, lo que significa que completaremos toda la secuencia paleolítica en un mismo complejo», indicaba Carbonell. Precisaba que este augurio implica que se encontrará arte mueble y, «si logramos acceder a galerías, incluso otros legados de valor». Se refería así a posibles ejemplos de arte o pinturas cantábricas como las de Altamira. «Serían grandes descubrimientos», apostilló.

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