El Correo de Burgos

FIESTAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO / HOMENAJE A LA JOTA BURGALESA

La Plaza Mayor retumba a ritmo de jota burgalesa

Decenas de danzantes con sus faldas al vuelo mostraron su pasión por el baile de la tierra frente al Ayuntamiento

Decenas de burgaleses uniformados con sus trajes regionales bailan la jota en medio de la plaza.-RAÚL G. OCHOA

Decenas de burgaleses uniformados con sus trajes regionales bailan la jota en medio de la plaza.-RAÚL G. OCHOA

Publicado por
PAULA GIL
Burgos

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Era día de fiesta y bien que se veía desde primera hora que la ciudad se había preparado para una de sus grandes celebraciones del año.

Aunque la ofrenda floral fue el acto central del día de ayer, la Plaza Mayor se preparaba para el homenaje que durante cinco minutos, profesionales y aficionados rindieron a la jota burgalesa.

Los balcones de la parte noble del Ayuntamiento sirvieron ayer de mirador privilegiado desde el que todas la reinas, mayores e infantiles, encabezadas por la reina de las fiestas, Alicia Santamaría, y la reina infantil, Elena González, pudieran sentir en primera persona el homenaje en forma de jota que se rindió a los cientos de burgaleses que se congregaron en la Plaza Mayor. Estuvieron acompañadas de algunos miembros de la Corporación Municipal como José Antonio Antón o el propio alcalde,Daniel de la Rosa. Ambos alzaron los brazos y acompañaron con sus movimientos al resto de joteros.

El secretario del Comité de Folclore de Burgos, Miguel Alonso, animó desde el balcón consistorial al gentío, que ya estaba atento nada más comenzar la música. Tras las primeras notas, cientos de brazos se alzaron al cielo mientras los pies seguían el compás, o al menos lo intentaban, y las cinturas bamboleaban de un lado a otro sin que la alegría cesara. Tras una primera muestra, Alonso animó a los danzantes a una segunda «un poco más corta» pero es que como él mismo comentó «sólo se hace una vez al año».

En las caras de los presentes se dibujaban amplias sonrisas donde la diversión y la participación fueron los ingredientes principales, ya que hasta se lanzó a bailar aquel que pasó por casualidad y finalmente se animó con la jota. La cita fue tremendamente vistosa, ya que la evolución de los trajes regionales proporcionó a la plaza una explosión de color y contraste.

Tras finalizar el acto, las casetas ubicadas en la misma plaza se convirtieron en el gran atractivo de los presentes. Así, los que necesitaron recuperar fuerzas, que fueron unos cuantos, degustaron algunos de los pinchos más característicos de la zona como la costilla, el morro, el chorizo o la morcilla.

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