El Correo de Burgos

MOVILIDAD / 75 aniversario de la estación de autobuses

75 años de una estación de autobuses ‘provisional’

Nacía en 1944 con carácter provisional / En 1988, la consejería de Fomento de la Junta concedía al Ayuntamiento la explotación definitiva del espacio

El taller de reparación de vehículos estaba ubicado en el centro del patio, años después sería el primer servicio en desaparecer de la instalación.-ECB

El taller de reparación de vehículos estaba ubicado en el centro del patio, años después sería el primer servicio en desaparecer de la instalación.-ECB

Publicado por
V. MARTÍN
Burgos

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El 9 de octubre de 1944 y con el país inmerso en plena posguerra se inauguraba la estación de autobuses de Burgos. En aquel momento, no se pensaba que el edificio celebraría setenta y cinco años de vida ya que el Ayuntamiento otorgaba la concesión a la empresa madrileña Auto Estaciones SA con la condición de que en cinco años construyese una nueva estación. La compañía, sin embargo, no cumplía con el compromiso y la Administración local decidía retirarle la concesión en 1953 y hacerse cargo del edificio.La estación comenzó a construirse en 1939 según un proyecto redactado por el arquitecto municipal José Luis Gutiérrez un año antes, que recogía algunas modificaciones impuestas por la Jefatura del Servicio Nacional de Ferrocarriles. Una vez terminada la parte fundamental de las obras por cuenta del Ayuntamiento, el Pleno- presidido por el alcalde Aurelio Gómez Escolar- aprobaba en julio de 1943 el pliego que servirá de base para la celebración del concurso público.La primera condición que recogía el documento hacía constar que el Ayuntamiento de Burgos sacaba a subasta la explotación de dicha estación durante cinco años y que la persona o entidad adjudicataria «quedaría obligada a construir por su exclusiva cuenta en la margen izquierda del río Arlanzón y lo más próximo a las carreteras principales, una nueva estación, más amplia, capaz y suficiente para las necesidades del servicio, antes de terminar el plazo de los cinco años que durase el arriendo».Pasados los cinco años de arriendo más cuatro correspondientes a dos prórrogas de dos años, la empresa no había dado cumplimiento a la construcción de una nueva estación dentro del tiempo señalado y la situación se resolvía finalmente a través de una sentencia del Tribunal Supremo que señalaba que Auto Estaciones SA renunciaba a la concesión para explotar la estación por incumplimiento de las condiciones impuestas y era el Ayuntamiento quien asumía todas las funciones a partir del 1 de enero de 2015.Dos meses más tarde, en marzo de 1958 y en Pleno extraordinario, se designaba un Consejo de Administración para regir el servicio. Cuando este primer consejo tomó las riendas de la explotación fue preciso adoptar una serie de medidas orientadas a la conservación y adecentamiento de las instalaciones por lo que se acometieron reparaciones urgentes que requería el mal estado de algunas zonas del edificio.

Una de esas primeras medidas adoptadas fue buscar el máximo aprovechamiento del edificio, por lo que se incrementó el número de taquillas de 17 a 20, se amplió el servicio de consigna, se derribó el compartimento dedicado a facturación y se suprimió el local destinado a clínica.En lo que se refiere a la evolución del servicio, la estación vivió dos etapas con tendencias muy diferentes. Entre los años 1945 y 1956 se registró un incremento de la actividad en el espacio motivado por la escasez de medios de transporte de mercancías en las poblaciones que servían las líneas, haciendo uso de los autobuses para ello. A partir de 1956, el tránsito de mercancías cae al aparecer otros medios de transporte.Ya a partir de los años 60, la estación experimenta un ligero pero constante aumento de las entradas y salidas de vehículos, aunque los viajeros caen levemente hasta los años 70. Esa caída de viajeros responde a dos cuestiones principalmente: un despoblamiento constante de la provincia y un incremento del parque de coches privados, que se multiplica por quince entre los años 60 y los 80.Desde la creación de la estación de autobuses en 1944, las diversas corporaciones plantearon la necesidad de construir una nueva estación. El antiguo mercado de San Lucas, ubicado en La Quinta junto al extinto Cuartel de Caballería o el campo de deportes de Laserna fueron algunas opciones aunque la que más peso tomó fue el Hospital de la Concepción.El Ayuntamiento dio los pasos para la edificación en el hospital pero la Congregación de Caballeros Administradores del Hospital de la Concepción presentó, tras el acuerdo del Pleno de junio de 1965 que recogía destinar esos terrenos a la construcción de una estación, una reclamación en la que exponían que no consideraban adecuado el uso que se iba a dar al espacio. Finalmente en septiembre de 1966, la Dirección General de Bellas Artes comunicaba al Consistorio su oposición al derribo del Hospital de la Concepción, por lo que Alcaldía desestimaba proseguir con la tramitación del expediente.Metidos en la década de los 80 tendría lugar la renovación más significativa de las instalaciones. La reforma fue el resultado del debate que se produjo sobre la necesidad de construir una estación en otro punto de la ciudad. En aquella década se estaba redactando el Plan General de Ordenación Urbana por lo que era el momento idóneo para decidir si el PGOU debía contemplar un solar para uso de una nueva estación.El Consejo de Administración de la época, presidido por José María Codón Herrera , proponía el solar de Caballería como nueva ubicación, pero el Consistorio puso reparos por razones económicas y de política ciudadana. Además, los responsables de las empresas de transporte dirigieron un escrito al Consistorio indicando que «como principales usuarios de la estación no necesitamos una nueva instalación».De esta forma, el Ayuntamiento decide reformar la estación. Las obras debían comenzar en febrero de 1983 y estar concluidas seis meses después, pero diversos problemas surgidos con las empresas constructoras alargaron el proceso hasta octubre de 1984, cuando se recepcionaron las obras. Las instalaciones se adecuaron a las nuevas necesidades y con la remodelación se daba por concluido el debate sobre la construcción de una nueva. En septiembre de 1988, la Junta concedía al Ayuntamiento la explotación definitiva de la estación.

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