El Correo de Burgos

HISTORIA

Tras los pasos de San Lesmes

El paleontógrafo José Manuel Ruiz Asencio destaca la «importante» participación del monasterio de San Juan en las Glosas Silenses

José Manuel Ruiz Asencio abordó ayer, en el Palacio de la Isla, la cronología de las Glosas Silenses.-RAÚL G. OCHOA

José Manuel Ruiz Asencio abordó ayer, en el Palacio de la Isla, la cronología de las Glosas Silenses.-RAÚL G. OCHOA

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El paleontógrafo y profesor de la Universidad de Valladolid (UVA), José Manuel Ruiz Asencio, volvió a poner ayer de manifiesto que las nuevas ‘lecturas’ de las Glosas Silenses han permitido datar su cronología en el siglo XI, en concreto «a partir de 1090». Además, no dudó en hacer nuevamente hincapié en el papel que jugó San Lesmes.El también coeditor del libro ‘Las Glosas Emilianenses y Silenses’ (1993) , impartió en el Palacio de la Isla de Burgos una conferencia acerca de la cronología y geografía de estos documentos enmarcada en el Congreso Internacional ‘Las Glosas Silenses. Casi mil años después’, que acoge el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua (ILCyL) hasta hoy.En relación a la cronología de estos documentos, Ruiz Asencio señaló que la datación, «con toda seguridad», a partir del año 1090 se «separa enormemente» de la que en su día ofreció Ramón Menéndez Pidal, que «era del año 980 aproximadamente». Así las cosas, remarcó que «todo los estudios filológicos apuntan a esta fecha».Otro de los temas que se trató durante el encuentro fue el «problema de dónde se copiaron las glosas». Según recoge Ical, Ruiz Asencio apuntó la probabilidad de que su autoría se ubique en Burgos. Sobre este apartado, explicó que la investigación llevada a cabo establece la posibilidad de que San Lesmes hubiese tenido una influencia en este hecho, debido a que este era un monje de La Chaise-Dieu, en el momento en el que fue cedido el Monasterio de San Baudilio de Nimes a Roberto de Chaise-Dieu, un sacerdote católico francés, de familia noble y miembro de la Orden de San Benito.«Probablemente vino a través de ellos», señaló a sabiendas de que «tal vez alguien estaba escribiendo el libro, vieron la epístola y lo mandaron copiar». «Ahí el Monasterio de San Juan tiene una participación muy importante en la entrada de esa epístola en Burgos y en la datación del manuscrito», agregó.Ruiz Asencio trabaja en el estudio de estas glosas desde el año 1993, año en el que se publicó una edición crítica y facsímil titulada Las Glosas Emilianenses y Silenses, de la que es coeditor, y que fue financiada por el Ayuntamiento de Burgos. «Fue muy alabada, nos ayudó mucho», afirmó. Asimismo, anunció que estos nuevos datos saldrán también a la luz en una nueva edición, que llevan preparando desde 2012 y que se publicará próximamente.«Va a suponer una nueva edición enriquecida con relación a las anteriores», expuso convencido de que «si podemos aportar cuatro o cinco nuevas lecturas, por ese mero hecho ya tiene interés una nueva edición».

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