El Correo de Burgos

ECONOMÍA

Unidos por su superviviencia

Más de un millar de personas participan en la manifestación de la hostelería de Burgos y Merindades a la que se sumaron distribuidores, sumilleres y agencias de viaje / “Unidos demostramos a la clase política que no podemos seguir así”

Imagen de la manifestación de la hostelería. ISRAEL L. MURILLO

Imagen de la manifestación de la hostelería. ISRAEL L. MURILLO

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Burgos

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Humillados por nuestras administraciones; abandonados a nuestra suerte; y olvidados en un rincón como el juguete abandonado que tantas horas de felicidad dió”. Así arrancaba el manifiesto que ayer leyeron los cocineros Ricardo Temiño (La Fábrica), Miguel Cobo (Cobo Estratos) y Antonio Arrabal (La Jamada) al cierre de una manifestación que durante dos horas paralizó la zona norte de la ciudad con más de un millar de participantes.

La voz de un sector, el de la hostelería, que afronta cuatro meses con la persiana bajada por obligación pero que salpica a otros muchos como distribuidores, taxistas, comercio y producción de productos frescos y al que también se unieron agencias de viaje o algún propietario de gimnasio a título particular. “Unidos es la única manera en la que demostramos a la clase política que no podemos seguir así”, señaló el portavoz de los hosteleros, Fernando de la Varga.

Tras la barra del bar de la hostelería burgalesa se mueven 4.000 negocios y más de 28.000 empleos entre pequeños empresarios y asalariados. Y muchos son pequeños negocios que implican a familias enteras. Es el caso de los responsables del café bar Fact4 de la Plaza Roma, en Gamonal.

“Todo esto es muy injusto, en mi casa se come en marzo y ahora” y sobre la apertura de terrazas “es surrealista”. De las ayudas, al negocio solo ha llegado el apoyo familiar de quienes trabajan en otra cosa. “Un mes cerrados, pero con todos los gastos activos del bar, en cualquier casa si no ingresas ¿cómo estarían? Y encima tienes que pagar y no recibes ninguna ayuda”, explican.

“Todo esto es muy injusto, en mi casa se come en marzo y ahora” y sobre la apertura de terrazas “es surrealista”

 

En el Antioquía, con sendos locales en San Pedro de la Fuente y Gamonal, saben que con terraza se podrá abrir uno, pero en el otro es difícil. “Abrir terrazas no es la solución”, lamentan.

Se sienten señalados como culpables de los contagios “pero cumplimos las medidas de higiene y desinfección cada vez que se va un cliente, avisamos si no se pueden juntar muchos, la mascarilla, pero si estamos cerrados ¿en los encuentros privados se van a cumplir esas medidas?”. Sobre las ayudas reconocen que “no ha llegado nada, pero es que, además, si te dejan abrir al 30%, que los impuestos sean también al 30% ¿no?”, lamentan.

La hostelería se nutre de negocios familiares pero, también, hay múltiples modalidades de negocios y se han unido en torno a la agrupación Hostelería Unida que ayer encabezaba la manifestación en la que también participaron a Asociación Burgalesa de Empresarios de Distribución de Hostelería y Alimentación, Agencias de Viajes, Sumilleres de Burgos y la agrupación de Hostelería de Merindades, entre otros. Todos ellos se han visto golpeados por las restricciones impuestas por la situación sanitaria.

Una agrupación de 40 voluntarios se han encargado de cumplir en todo momento las medidas de restricción. En el sonido frente a la Delegación de la Junta en Burgos se oía una y otra vez la recomendación de guardar las medidas sanitarias. Durante todo el recorrido han estado pendientes de cumplir los criterios de distancia de manera estricta.

Sin gritos

Las proclamas eran muchas: ‘No somos el problema, somos la solución’, ‘Si la hostelería quiebra, cerramos todos’, ‘Igea dimisión’, ‘Vosotros cobráis, a nosotros nos arruináis’ o ‘Nos dejasteis sin ayudas, Mañueco la culpa es tuya’. Pero ninguna voz.

A lo largo del recorrido se intercalaban furgonetas con megafonía. Entre las canciones de dedicadas a los bares de Gabinete Caligari, Fito y Fitipaldis o Maná se unían los eslóganes y frases enlatados para evitar gritos y la dispersión de partículas en el aire. Algunos acompañados de sartenes y cacerolas, otros con silbatos. Y todos muy cansados de estar en casa.

Las proclamas eran muchas: ‘No somos el problema, somos la solución’, ‘Si la hostelería quiebra, cerramos todos’, ‘Igea dimisión’, ‘Vosotros cobráis, a nosotros nos arruináis’ o ‘Nos dejasteis sin ayudas, Mañueco la culpa es tuya’

“De manera pacífica, pero que se nos escuche”, espoleaban los chefs que cerraron la manifestación. Son conscientes de la situación sanitaria pero “lo que están haciendo con Burgos “parece una tomadura de pelo, parece que el Sr Igea tiene una espina clavada con Burgos y parece que disfruta con el daño que hace”, se lamentaba el hotelero Luis Mata. “Llevamos cuatro meses cerrados y no hay diálogo, ni mesas de trabajo, solo decretos sin ningún tipo de consenso”, lamenta el presidente de la Federación de Hostelería de Burgos, Fernando de la Varga.

La realidad es que a partir del viernes solo la hostelería beneficiará al 50% del sector porque la otra mitad no tiene posibilidad de terraza. Los hoteles están al 5% de su actividad “para prestar un servicio Los sumilleres y camareros asumen también que la situación genera un factor miedo demasiado fuerte.

“Se cumplen todas las medidas sanitarias, se limpia la sala, se desinfectan mesas y sillas tras cada uso pero con todo esto se pone a la población en nuestra contra, parece que somos culpables, y la gente no viene al restaurante porque tienen miedo”, asegura el sumiller Amador Angulo.

“Se cumplen todas las medidas sanitarias, se limpia la sala, se desinfectan mesas y sillas tras cada uso pero con todo esto se pone a la población en nuestra contra, parece que somos culpables, y la gente no viene al restaurante porque tienen miedo”,

Lejos de la sala, los distribuidores ven como “esto ya dura demasiado”. La hostelería supone entre un 50% y un 70% de su actividad, de la que dependen unas 5.000 familias. “Todas las provincias están abiertas, excepto Burgos capital, yo creo que regulando bien no tendría porqué haber tanto contagio”, explica Fernando Sáez, portavoz de la Asociación Burgalesa de Distribuidores de Hostelería y Alimentación.

Los ertes, como otros muchos sectores, son las únicas ayudas que han recibido mientras tiran de ahorros o de créditos, lo único que ha llegado con rapidez porque las ayudas “ni están ni se las esperan”. El claxon de más de una treintena de camiones y furgonetas se entremezclaban con los que hacían muchos vehículos con los que se cruzaban o los aplausos desde algunos edificios de la calle Viotria.

12 meses en blanco

Las agencias de viajes es uno de los sectores que primero recibieron el golpe y aún siguen doliéndose. “Llevamos prácticamente 12 meses sin ingresos porque lo que vendimos en octubre, noviembre y diciembre de 2019 lo tuvimos que devolver porque eran reservas de abril y mayo”, reconoce Gema Alonso, portavoz de la Asociación de Agencias de Viajes de Burgos.

Ellos han devuelto el dinero de su patrimonio que ni hoteles, compañías aéreas ni mayoristas han devuelto. Tampoco han retomado actividad con los cierres perimetrales y la inseguridad ante lo que pueda pasar mañana. Con la mirada puesta en el Club de los 60, recuerdan a la Junta la necesidad de que sean agencias que tributan en la región las que puedan organizar estos viajes.

Mientras no hay más ayuda que el cese de actividad y los ertes para 260 empleados repartidos entre las 40 agencias que operan en Burgos. “El problema sera cuando no haya ni cese de actividad ni ertes”. De momento aguantan. Y en la Federación de Hostelería se muestran preocupados. “Las preguntas sobre las condiciones de concursos de acreedores empiezan a llegar, en enero o febrero veremos como va a quedar de desolado el sector”.

 

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