El Correo de Burgos

Campamento Crece. Las colonias de verano para compartir la experiencia del trasplante renal con otros niños

Una treintena de niños y adolescentes participa desde el 24 de junio al 1 de julio en el Campamento Crece, que organiza la Federación Nacional ALCER. Además de niños trasplantados, hay una menor en diálisis peritoneal y siete con Enfermedad Renal Crónica Avanzada

Los niños del Campamento Crece de Alcer disfrutan de una actividad deportiva.

Los niños del Campamento Crece de Alcer disfrutan de una actividad deportiva.ECB

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El trasplante renal proporciona a los pacientes pediátricos un cambio radical en su calidad de vida, porque recuperan su energía, las ganas de comer y de jugar, el crecimiento, incluso se les nota el brillo de la piel. En definitiva recuperan una vida que la enfermedad renal nunca debió arrebatarles.

Sin embargo y a pesar de que los niños tiene una vida «prácticamente normal» tienen que «tener un pautas muy marcadas en cuanto a la alimentación y medicación especialmente». Así lo explica María Izquierdo, responsable del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Burgos.

Precisamente para que niños y adolescentes trasplantados o con enfermedad renal disfruten del ocio igual que el resto de niños Alcer organiza desde hace años el Campamento Crece, que está adaptado a sus necesidades. En esta ocasión los campamentos han recalado en la localidad burgalesa de Melgar de Fernamental.

Un total de 25 niños y adolescentes de entre 8 y 16 años y 3 jóvenes mayores de 16 están viviendo unos días de convivencia, de excursiones, mucha piscina y confidencias. Pero sobre todo están viviendo unos días con otros niños que están en su misma circunstancia de vida. «Es muy importante para ellos conocer a gente de su edad que ha pasado por lo mismo», apunta Izquierdo. De hecho quienes ya han pasado por el trasplante son un espejo en el que quienes aún no lo han hecho pueden ver cómo será su futuro.

Apunta la responsable de la unidad que «además se ayudan unos a otros o se dan consejos y trucos» porque «la mayoría maneja su patología o su situación de una forma muy autónoma».

En cualquier caso y para la tranquilidad de los padres, los menores acuden a estos campamentos acompañados por 8 enfermeras y una nefróloga así como por 4 monitores y un coordinador. «Todos las personas que acuden al campamento son voluntarios», recuerda.

La responsable de Nefrología del HUBU explica en este sentido que «para los padres no es sencillo separarse de sus hijos porque requieren de medicación y cuidados» pero «antes de que se celebren «participan en charlas y reuniones para conocer cómo se desarrollan». Así surge la tranquilidad de saber que sus hijos están en buenas manos. De hecho «muchos son repetidores».

La mayoría de los participantes son niños trasplantados pero también hay una niña con diálisis peritoneal (se dializa mientras duerme) y siete menores con Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA), es decir, niños en una etapa en la que existe una insuficiencia renal en estadios avanzados , pero en la cual aún no es necesario el tratamiento con diálisis.

En este punto, Izquierdo hace hincapié en que la adolescencia es un momento «crítico» para algunos de estos menores trasplantados. No tanto para quienes conviven con la enfermedad desde su infancia si no para quienes llegan a ella en esa etapa. «La principal causa de perdida del riñón es mucha s veces la propia adolescencia porque se rebelan contra su patología y no se cuidan como es necesario porque quieren vivir una vida como el resto», señala.

Actividades

Durante estos días los niños han visitado las piscinas de Melgar pero también las de pueblos de alrededor, de la mano de la Diputación también conocerán los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y el Museo de la Evolución Humana, practican deporte, harán una ruta en piragua y acampadas nocturnas. «Es una auténtica alegría verles disfrutar de la vida como cualquier otro niño o adolescente», asegura Izquierdo.

Además de las actividades de ocio, a los menores también se les ofrecen charlas y talleres. Por ejemplo «para que cuiden su alimentación porque es fundamental en la enfermedad renal», explica la nefróloga quien recuerda que «desde el HUBU se les ha entregado productos sanitarios y medicinas básicas como suero o paracetamol» y «si hubiera alguna urgencia tiene la unidad a su disposición».

Por ahora aún quedan días para seguir disfrutando antes de volver a la rutina.

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