«La protección de las víctimas de violencia de género no puede limitarse a la retórica política»

Los letrados del turno de oficio llevan años, por no decir décadas, reclamando mejores condiciones para evitar el «deterioro de un derecho esencial». Sin embargo, la «dejación de responsabilidades» por parte de los sucesivos gobiernos no deja de poner entre la espada y la pared a muchos profesionales que acaban causando baja en el servicio. Por este motivo, el Colegio de Abogados de Burgos ha participado activamente en el Día de la Justicia Gratuita con la lectura de un manifiesto, frente a los juzgados de la avenida Reyes Católicos, en el que se deja meridianamente claro que la reforma de la Ley de 1996 «ha dejado de ser una necesidad para convertirse en una urgencia nacional». 

«La presencia de los profesionales del turno de oficio no puede ser considerada como un mero requisito procesal», remarcaba la vicedecana del Colegio y responsable de la Comisión del Turno de Oficio, Marina Villuela, ensalzado el papel de los letrados como «verdaderos protagonistas del proceso judicial». En este sentido, ha enfatizado que «la protección de las víctimas de violencia de género y de las personas migrantes no puede limitarse a la retórica política que acompaña los trágicos sucesos que les proporcionan mayor visibilidad en los medios de comunicación». 

Más allá de lo contenido en el manifiesto, la decana del Colegio de Abogados de Burgos, Mónica Pérez Villegas, lamentaba además la «cantidad de requisitos» y «justificaciones» que actualmente deben realizar los compañeros del turno de oficio para cobrar por sus actuaciones judiciales. «Cada vez tienen que ser más detalladas, más especificadas, más minuciosas», esgrimía a sabiendas de que todos estos condicionantes también «retrasan el pago». 

Otra queja histórica de la profesión que continúa sin visos de solución es el hecho de que siga habiendo «multitud de actuaciones procesales que no están baremadas». Si ya de por sí es «una vergüenza lo que se está pagando», Villuela advertía que se dan situaciones en las que se trabaja desde la «gratuidad más absoluta». Entre los casos más frecuentes, según ha precisado, se encuentran -por ejemplo- las ejecuciones penales. 

Partiendo de todas estas circunstancias que derivan según los letrados en una «situación de extrema precariedad», el manifiesto conjunto a favor del turno de oficio reivindica la necesidad de «cuidar las condiciones en que se presta, y a los profesionales que lo hacen posible», al tratarse de un «mandato legal y moral». A modo de conclusión, se expone taxativamente que «el deterioro de esas condiciones supone una dejación de responsabilidades que la abogacía no puede aceptar ni un día más».