La magia de la inclusión. Niños felices y un campamento al completo en el colegio Francisco de Vitoria

«Leche de cabra y moco de duende». Con esta pócima efervescente reciben los niños del campamento inclusivo al vicealcalde y concejal de Familia, Fernando Martínez-Acitores (Vox), que ha visitado el colegio Francisco de Vitoria donde se desarrolla esta actividad en la que participarán en total 60 niños burgaleses, un tercio de ellos con alguna discapacidad.

Entre conjuros y trucos de magia, los pequeños se trasladan durante las mañanas al universo Harry Potter como si este centro escolar de la capital burgalesa se convirtiera durante unas pocas horas en la escuela de Hogwarts.

Este año la magia es la protagonista de la temática del campamento como explica Jesús Cirujano, presidente de Aspanias, la asociación que se encarga de desarrollar las actividades de la mano del Ayuntamiento de Burgos. Pero no solo de magia se nutren la programación sino que las actividades al aire libre no faltan en los dos turnos que se han organizado este verano, el primero fue del 10 al 15 de julio y el segundo es del 7 al 12 de agosto. «Los niños aprenden la diversidad y son naturales y ellos juegan con quien tienen al lado. Ven y preguntan y ganan en vivencias totalmente integrados», precisa.

El concejal de Familia daba su total apoyo a esta actividad y agradecía el trabajo de Aspanias para integrar a los niños con alguna discapacidad con otros pequeños burgaleses en actividades que desarrollan en común. «Los niños viven con normalidad esta convivencia y también se ayuda a las familias que necesitan conciliación o un respiro», comenta Martínez-Acitores, que destaca el éxito porque no ha quedado ninguna plaza libre este 2023.

«Los niños viven con normalidad esta convivencia y también se ayuda a las familias que necesitan conciliación o un respiro»Fernando Martínez-Acitores, vicealcalde y concejal de Familia

De esta manera, la Gerencia de Servicios Sociales se mostraba dispuesta a estudiar un incremento de plazas o bien establecer un tercer turno si hubiera demanda.

El campamento posibilita que el 50% de los participantes tuviera alguna discapacidad, pero todavía falta por conseguir ese porcentaje que se ha quedado este año en un tercio, pero que esperan que para otras ediciones pueda incrementarse ese número de plazas ocupadas por el colectivo con necesidades especiales. Este es el deseo de Aspanias, que lleva cuatro años desarrollando esta actividad veraniega, y que concursará para seguir organizándola en los próximos ejercicios.

Cirujano recordaba, por su parte, que el contrato se acaba este año, pero indicaba que tienen muchas ideas para seguir innovando en este campo de la inclusión social. Así señalaba que una de las opciones que les gustaría es que este tipo de campamentos puedan llegar a chavales de más de 17 años, que el límite marcado para los chicos y chicas con discapacidad, porque los jóvenes de más edad y sus familias también demandan este tipo de actividades de ocio. «Nos gustaría ir a más para otros años porque las facilidades que da el Ayuntamiento para este tipo de iniciativas son muchas», asegura el presidente de Aspanias.

El colegio Francisco de Vitoria es la base donde se juntan los menores cada mañana, de lunes a sábado, en las dos semanas de actividad de esta edición. Pero han hecho dos excursiones una a Palencia a un parque de cuerdas y otra a Santander. La visita a Paleolítico Vivo y a las piscinas municipales completan el programa de actividades. Según añade Cirujano, «es muy dinámico y poco rutinario».

Una de las circunstancias que les da la medida del éxito de esta actividad es que los niños repiten varios años en un porcentaje alto «por lo que nos da la satisfacción de que estamos haciendo bien las cosas».

Aspanias desarrolla este año también el campamento urbano que organiza el Ayuntamiento de Burgos y la idea es que también esa actividad acoja a mayor número de personas con discapacidad para que la capital siga siendo referencia en esta materia social. «Las actividades son más complejas de organizar, pero para eso está la experiencia de Aspanias y de los monitores con los que contamos que muchos de ellos también repiten», añade Cirujano.

El campamento inclusivo está pensado para niños de 6 a 12 años y de 6 a 17 años en el caso de que tengan alguna discapacidad. El pasado año participaron 48 niños 26 en el primer turno y 22 en el segundo y en este se han cubierto la totalidad de las 60. Los precios son de 75 euros por turno aunque hay bonificaciones por familia numerosa, segundo hermano, renta inferior a 1,2 veces el IPREM, bonificación por motivos sociales a través del CEAS correspondiente.

El Ayuntamiento de Burgos destina 27.000 euros anuales a los campamentos inclusivos.