El Correo de Burgos

Personas sin Hogar

Cáritas reclama un parque de habitaciones sociales que «faciliten la inserción»

De 180 a 300 euros por habitación en un año. Son los precios que encuentran en personas que están preparados para dar el último paso de la inserción. «Estos precios hacen que incluso personas con empleo no pueden acceder a ellas»

Las personas sin hogar participarán en una manifestación reivindicando atención y visibilización el domingo. A partir de las 12 en el Ayuntamiento de Burgos.

Las personas sin hogar participarán en una manifestación reivindicando atención y visibilización el domingo. A partir de las 12 en el Ayuntamiento de Burgos.OSCAR CORCUERA

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'No dejes que se queden fuera de cobertura' y 'Comparte tu red'. Son os eslóganes que Cáritas ha lanzado este año para reivindicar y visibilizar la situación de personas sin hogar. Un problema del que se logra salir, pero la inserción laboral y social ha encontrado un nuevo escollo: la inflación y el desorbitado precio de los alquileres

«Ayer mismo acompañábamos a un usuario y pedían 300 euros por una habitación, hace un año estaban en 150 ó 180 euros, con estos precios, en personas que se mueven en una crisis constante, incluso son inaccesibles para las personas con empleo», lamentaba el responsable del Programa de Personas sin Hogar de Cáritas Burgos, David Polo

Por ello,  desde Cáritas y desde Fundación Lesmes remarcan la necesidad de que las administraciones tomen partido en esta situación. «Es necesario cambiar de arriba a abajo el abordaje de este problema, el parque de vivienda social es muy necesario, contar con vivienda pública en alquiler y, sobre todo, habitaciones porque son personas que viven solas», explicaban. 

Y es que el techo, un hogar, es imprescindible para salir de la pobreza y la exclusión. «Cuando no hay vivienda se vulnera el derecho al agua, a la higiene, a la seguridad, a la alimentación, al uso de las tecnologías, a tener una dirección para las gestiones, también a la salud física y mental. Es un efecto dominó», señaló el delegado de Cáritas Burgos, Mario Vivanco

La situación es compleja puesto que, por ejemplo, Fundación Lesmes cuenta con dos pisos de tres plazas «del que no hay salida porque no encuentran habitaciones, si antes estaba difícil hoy es casi imposible», explica la coordinadora del CEIS, Pilar Martínez. La media de estancia en el centro es de 17,4 meses con 34 usuarios en cada mes. En total  han pasado por el CEIS 53 personas, 24 han llegado el último año. 

Desbordados

El servicio de Personas sin Hogar atendió hasta el mes de septiembre a 1.056 personas. La cifra es similar a la del año pasado aunque suben las intervenciones. Se llevan a cabo 8.391 actuaciones frente a las 7.974 del año pasado. Además de aumentar el itinerario de atención, las personas que atienden desde el equipo de Sin Hogar no son exclusivamente personas sin hogar. Hay personas esperando un recurso de la administración. 

De izquierda a derecha: Mario Vivanco, delegado de Cáritas Burgos, David Polo, responsable del programa de Personas sin hogar, Pilar Martínez, coordinadora del CEIS de Fundación Lesmes, y Chus Ardón, usuaria del CEIS.

De izquierda a derecha: Mario Vivanco, delegado de Cáritas Burgos, David Polo, unidad Personas sin hogar, Pilar Martínez, coordinadora del CEIS de Fundación Lesmes, y Chus Ardón, usuaria del CEIS.OSCAR CORCUERA

«La lentitud del acceso a los recursos de la administración nos desbordan, los recursos de Carita son para personas sin hogar pero llegan persona mayores que esperan residencia para la tercera edad, la protección internacional que no termina de llegar, recursos para personas con problemas de salud mental o centros de deshabituación que atendemos», explica Polo. 

Atención a la mujer

El objetivo de los servicios de atención a las personas en riesgo de exclusión es la mujer. «Hay mujeres que no están en la calle, pero residen en viviendas inseguras, sin estar en la calle no tienen hogar o viven amenazas por la persona con la que conviven y tienen dificultades para llegar a este recurso», explican. Así que el grupo ha iniciado un proceso de formación para trabajar con ellas y definir los recursos adecuados. 

La problemática está en que «partimos de una base de masculinización de los servicios de atención, es algo que estamos cambiando en metodología y en definir y facilitar los espacios que la mujer necesita»

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