El Correo de Burgos

Ocho menores esperan familia de acogida

En 2023 se han registrado 92 acogimientos en la provincia, 51 de ellos en entorno ajeno y 41 con parientes

Imagen de la campaña sobre acogimiento familiar impulsada por la Junta de Castilla y León.

Imagen de la campaña sobre acogimiento familiar impulsada por la Junta de Castilla y León.ECB

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El acogimiento familiar es un recurso de protección a la infancia por el que un menor, separado de su familia de origen, convive temporalmente en otro entorno hasta que pueda retornar al suyo. Se trata, en definitiva y tal y como aseguran los expertos, de una ayuda puntual a un niño en un momento de dificultad. La ‘aventura’ comienza con el oportuno proceso de formación impartido por la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León, administración competente en la materia, a través de Cruz Roja. A partir de ahí, encajar las necesidades del beneficiario con las de las familias que se ofrecen a acoger es complejo. Las características de los primeros y la dinámica de los segundos han de acompasarse, por el bien de todos.

De ahí la búsqueda permanente de hogares que quieran sumarse y, por extensión, las campañas informativas recurrentes sobre esta posibilidad. La última aún está presente en medios de comunicación y mobiliario urbano. Su mensaje, directo y al corazón: ‘Donde abrazan dos, abrazan tres. Abre tu vida para cambiar la suya’. Porque ese es el propósito, en esencia, brindar una oportunidad a un menor que, por diversas razones, no puede alcanzar en su entorno habitual.

No obstante, el objetivo es siempre el retorno. Se realiza un trabajo integral en el que el acogimiento temporal es una pequeña parte, pues al mismo tiempo se persigue solventar los problemas en el seno de la familia de origen que lo han motivado, con la tranquilidad, eso sí, que durante ese proceso el menor está atendido. Y todo sin perder el vínculo, lo que se revela crucial para ambas partes. Así se detalla en el folleto informativo que la Junta de Castilla y León comparte en la web serviciossociales.jcyl.es junto a otros recursos de interés para aquellos que sopesen dar el paso.

Según los datos facilitados por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, en Burgos se han registrado hasta el pasado 30 de septiembre 92 acogimientos, de los cuales 41 se producían en familia extensa -es decir, con parientes del núcleo de origen (abuelos, tíos...), fórmula que suele primarse siempre que sea posible- y 51 en ajena. En el conjunto de la región la proporción es similar, con un total de 847 acogimientos, 434 en extensa y 413 en ajena. Sin embargo, hay casos que aún aguardan su ‘turno’ y es que en la provincia, a finales del mes pasado, ocho menores permanecían en lista de espera para un acogimiento: dos de ellos tienen menos de un año, uno de 2 a 3, uno de 4 a 6, dos de 7 a 13 y otros dos de 14 a 17. La cifra en el conjunto de la Comunidad asciende a 62 y la mitad tienen entre 7 y 13 años. Otros 15 superan los 14, 7 están en la franja de entre 4 y 6 años, 1 de 2 a 3 y 8 son bebés menores de un año.

Mientras, Burgos dispone de siete familias activadas en ‘bolsa’ y hasta 25 ocupadas. Cabe explicar en que aunque haya hogares disponibles su ofrecimiento puede no ajustarse a las necesidades de los menores. En la región las cifras de familias activadas y ocupadas ascienden a 52 y 194.

Las características de los menores que forman parte de la lista de espera evidencian la diversidad de perfiles existentes. Siempre según la información facilitada por Servicios Sociales, en la provincia de Burgos casi un tercio de los menores de 6 años precisan de familias ‘especializadas’, capaces de atender situaciones singulares, tales como uno de los casos en espera en el que el menor presenta trastorno de espectro autista. Otro 28% de los menores pertenecen a grupos de hermanos.

En el caso de los mayores de siete años, la necesidad de hogares especializados ronda el 16%, casi un 6% ya han tenido experiencias previas de acogida, más del 22% pertenecen a grupos de dos o tres hermanos, el 3% presenta problemas de vinculación y otro tanto de comportamiento. También un 3,4% han tenido vivencias de maltrato. El 15% del total aúna más de una de las características citadas.

Tal es la variedad de circunstancias y experiencias que es difícil determinar un prototipo de acogimiento. Cada caso es distinto. La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades especifica que «el tiempo de espera de las familias desde que se incorporan a la bolsa -tras el periodo formativo y la oportuna evaluación- hasta que se formaliza una acogida es variable ya que está en función del acogimiento que realice, de su capacidad para cubrir las necesidades de los menores y de las que presenten los niños o adolescentes que en el momento estén en espera».

Tampoco es posible determinar la duración del acogimiento temporal pues dependen de su modalidad, temporal hasta dos años y con mayor estabilidad con posibilidad de mantenerse hasta los 18 años en casos puntuales: «En todo caso se ajustarán los tiempos al plan de caso de cada niño o adolescente protegido».

Quién puede acoger y modalidades

Pueden acoger personas o unidades familiares, con o sin hijos, con ilusión por recibir en su hogar a uno o varios niños. Familias monoparentales, biparentales, o con otro tipo de estructura, sin importar su género o estado civil. Preferentemente a partir de los 25 años y con una situación familiar, laboral, económica y social estable, con espacio y condiciones de habitabilidad en la vivienda.

Existen varios tipos de acogimiento en función de las características del mismo. Según la existencia o no de parentesco puede ser en familia extensa o ajena. Por el contenido de la atención dispensada será ordinario o especializado. La continuidad de la atención determina que sea a tiempo completo o a tiempo parcial y atendiendo a la finalidad del acogimiento puede ser temporal o permanente, en casos puntuales donde el retorno a corto plazo no sea posible.

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