El Correo de Burgos

Los alquileres de temporada suplen a los permanentes por miedo a la ley

Tras la entrada en vigor de la norma, la oferta para arrendar a largo plazo ha caído en Burgos un 7% mientras que la de corta estancia, sometida a otra legislación, crecía un 38% en el último trimestre

Cartel de vivienda en alquiler en el balcón de un inmueble del centro de Burgos.

Cartel de vivienda en alquiler en el balcón de un inmueble del centro de Burgos.©Tomas Alonso

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El temor de los arrendatarios a la Ley de Vivienda que entraba en vigor el pasado mes de mayo es evidente. Las cifras no dejan lugar a dudas. También lo corrobora experiencia sobre el terreno de los profesionales del sector inmobiliario. 

Aseguran que entre los propietarios hay miedo a dejar de cobrar la renta mensual hasta dos años, que es el periodo que, según la nueva legislación, puede durar el proceso de desalojo de la vivienda si el inquilino se declara vulnerable.

En consecuencia, el mercado cambia y mientras la oferta de alquiler permanente, sujeta a la citada normativa, desciende progresivamente, se incrementa la denominada de temporada o corta estancia, que «se rige por la voluntad de las partes, la Ley de Arrendamientos Urbanos y el Código Civil», según precisa el portal web Idealista, que esta misma semana daba a conocer los datos que constatan la tendencia.

En Burgos, en concreto, aún sin estar entre las provincias que registran los giros más pronunciados, el movimiento es evidente. La oferta de alquiler permanente ha caído un 7% en el último año, aunque repuntaba ligeramente en el tercer trimestre, frente a un aumento anual leve de la renta por temporada que, por el contrario, despuntaba con fuerza en los últimos tres meses, con una subida del 38%.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre estas dos opciones? Responde el responsable de la inmobiliaria local Activox, Daniel de la Mata: «La de temporada no es en ningún caso la vivienda habitual en la que el inquilino ha de estar empadronado y debe figurar en Hacienda como tal. Se destina por tanto a satisfacer una necesidad puntual para la que, no obstante, no hay un tiempo máximo. Pueden prolongarse varios meses o incluso uno o dos años». 

El desplazamiento por razones profesionales esta detrás del grueso de la demanda de este tipo de alquiler que, según De la Mata, cada vez se ofrece más. La citada Ley de Vivienda ha empujado a los arrendadores particulares de toda la vida a este formato. Otros tantos «venden e incluso prefieren tener la casa vacía a arriesgarse a no cobrar» si la cosa se tuerce.

El efecto dominó no se hace esperar. Con la oferta en mínimos y la demanda en auge -pues la subida de los tipos de interés de las hipotecas las aleja de no pocos bolsillos- el precio mantiene un crecimiento imparable. El responsable de Activox, conocedor de la materia, estima que el alza supera ya el 20%. Las estadísticas de los portales nacionales apuntan a un precio medio actual en la ciudad de 8,3 euros el metro cuadrado, lo que aproxima la renta de un piso de 80 metros cuadrados a los 700 euros. 

«Es para echarse a temblar», añade, para subrayar que en el sector se veía venir la situación desde hace meses dadas «las trabas» que a su juicio impone la nueva norma.

«Al fin y al cabo castiga al pequeño propietario que ha ahorrado durante años para tener un piso para alquilar. Grandes tenedores hay muy pocos, la inmensa mayoría es gente normal y corriente que dadas las circunstancias prefiere salirse del mercado», apostilla.

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