Movilizaciones en hostelería antes de Navidad

Solo un acuerdo in extremis podría evitar que los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras y UGT, impulsen movilizaciones en el sector de la hostelería en Burgos antes de que arranque la Navidad previo paso por el Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla). De momento, la tensión con la patronal se puede cortar con un cuchillo y parece poco probable que ambas partes cedan en sus respectivas posturas porque las conversaciones están «rotas». Aún con todo, los representantes de los trabajadores confían en que impere la «cordura» tras la negativa de los empresarios a cerrar un nuevo convenio colectivo que estaba «casi hecho». 

El desencuentro se produjo, como ya se sabe, a raíz del compromiso adquirido por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para reducir la jornada laboral a 37 horas y media semanales. Una declaración de intenciones, sin aplicación efectiva a corto plazo, que levantó a la patronal burgalesa de la mesa pese a que los sindicatos plantearon reducir la vigencia del convenio a dos años. Fue entonces cuando se visibilizaron, más que nunca, las «líneas rojas» de ambas partes. Y las quejas por parte de la Federación de Hostelería aduciendo que sus gastos se verían incrementados entre un 6 y un 7%. 

Los sindicatos no están dispuestos a renunciar a los dos días de descanso semanal (actualmente día y medio) ni a las bajas por incapacidad temporal. «No las vamos a tocar», enfatiza la responsable de Hostelería de la Federación de Servicios de CCOO, María Jesús González, mientras lamenta que la patronal vertiese acusaciones «muy graves» hacia sus plantillas en pleno proceso negociador. Su conclusión, visto lo visto, es que «si hay trabajadores con muchas bajas, a lo mejor lo que tienes que mirar es la carga de trabajo». 

En la misma línea, el secretario de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT, Juan Antonio Gutiérrez, tacha de «deplorable» el trato recibido durante la última reunión a los representantes de los trabajadores, amén de incidir en que se requirió a la patronal informes sobre absentismo que todavía no han presentado. En su opinión, la ruptura del acuerdo que parecía encaminado obedece a la «prepotencia total» de quienes temen la llegada de las 37 horas y medias mientras obvian sus «beneficios bastante considerables» durante los últimos años.  

Otro de los grandes escollos que propiciaron el desencuentro es el incremento salarial planteado por la patronal para los próximos años. Todo parecía encarrilado hasta que hace tres días la patronal dijo «rotundamente no» al acuerdo previamente alcanzado, proponiendo de nuevo un convenio de cuatro años con subidas por cada ejercicio del 3, 2, 2% y en función del IPC. Sin embargo, los sindicatos se niegan a aceptar cualquier aumento por debajo del 3%, un porcentaje defendido incluso por la propia Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de cara a 2024. 

«Hay que contratar a la gente en condiciones», concluye González poniendo de relieve que por la asesoría de su sindicato han desfilado empleados de hostelería que «trabajan 14 horas con contratos de dos» e incluso «sin asegurar». Gutiérrez, por su parte, percibe un «malestar» mayoritario que se traduce en «quejas continuas por el horario, la forma de trabajo y la escasez de personal». Por eso, espera una «respuesta masiva» de los 8.000 trabajadores del sector en Burgos a estas movilizaciones.