El Correo de Burgos

Ocho peleas y agresiones de media cada fin de semana en Burgos

La mayoría de trifulcas, de madrugada o a primera hora de la mañana, se siguen concentrando en las zonas de ocio nocturno. El entorno de las Bernardas y la calle Briviesca, principales focos de violencia

Incidente sanitario en la calle Briviesca, donde se registran numerosas agresiones y peleas.

Incidente sanitario en la calle Briviesca, donde se registran numerosas agresiones y peleas.ECB

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Raro es el fin de semana en que no se producen peleas o agresiones en Burgos. Casi siempre de madrugada o a primera hora de la mañana, aunque también es relativamente habitual que se registren episodios violentos por la tarde. En dicho caso, las víctimas suelen ser adolescentes o jóvenes que se ven envueltos en trifulcas o robos con fuerza mientras dan una vuelta por la ciudad o hacen botellón. Sea como fuere, la estadística refleja un considerable repunte de ataques y refriegas de viernes a domingo. En concreto, ocho de media en lo que va de año hasta el pasado 30 de noviembre.

Dentro de este periodo de tiempo, el 112 ha atendido 366 agresiones y 238 peleas. Este último dato resulta especialmente llamativo porque, a tenor de las incidencias recopiladas a lo largo de 2022, se ha doblado el número de reyertas. No en vano, más de la mitad de todos estos acontecimientos salpicados por actos violentos se producen entre las 00 horas y las 12 del mediodía. Casi siempre los fines de semana y con una gran concentración en las zonas de ocio nocturno o ‘mañaneo’.

De acuerdo de los datos facilitados por el 112 en relación a los avisos recibidos hasta finales de noviembre, no cabe duda de que la calle Briviesca se ha convertido en el punto con mayor volumen de conflictividad por metro cuadrado. La presencia de dos ‘after’ lleva tiempo generando malestar entre los vecinos y la Policía Local, aparte de realizar redadas cada dos por tres, llegó en su momento a establecer un cierre perimetral con registros previos a quienes pretendían acceder a ambos locales. Así las cosas, se han contabilizado hasta el momento ocho agresiones (una en el interior de un domicilio) y 20 trifulcas, llegando incluso a registrarse más de una en el mismo día.

A esas 28 refriegas habría que añadir aquellas que tienen lugar en entornos cercanos. Las Bernardas, con tres peleas y siete agresiones, es el punto de partida de esta suerte de círculo vicioso en el que la violencia tiende a repuntar los fines de semana. La calle Calzadas, principal vía de conexión con la calle Briviesca, suma más de una veintena de avisos al 112. En menor medida, la avenida de La Paz y las calles del Morco, Antonio de Cabezón, Jesús María Ordoño y Belorado también han sufrido este fenómeno.

Por extensión, Las Llanas y alrededores se llevan la palma si tenemos en cuenta que se trata de un espacio mucho más amplio y con un elevado trasiego de personas que se extiende desde la Plaza Mayor hasta la de Mío Cid pasando por encima del arco de San Gil o el Espolón. En cuanto a la zona del Castillo, punto habitual de encuentro para botellones pese a la presión policial para evitarlos, el 112 ha tenido constancia de cinco agresiones de las cuales tres sucedieron en horario de tarde.

El otro gran foco de altercados en la capital burgalesa se ubica en las Bernardillas, con una docena de ataques y 14 peleas en la plaza Roma. No obstante, en ocasiones los conflictos se trasladan a calles cercanas como Alejandro Yagüe o la avenida de los Derechos Humanos, que suman cuatro trifulcas desde principios de año hasta finales del mes pasado. Por contra, las calles de San Juan y La Puebla apenas registran incidentes reseñables a pesar de reunir un gran número de establecimientos hosteleros que abren en horario nocturno. Quizá sea porque su público, por norma general, tiende a superar la treintena. En cualquier caso, en los 11 primeros meses del año se produjeron en ambos enclaves una pelea y tres agresiones.

Curiosamente, otro de los epicentros de la conflictividad nocturna ha disminuido considerablemente su impacto a lo largo del año. Se trata de la discoteca Kaché, situada en el 56 de la calle Vitoria. El balance, tal y como refleja el informe más reciente elaborado por el 112, arroja una agresión y un par de peleas, las dos el pasado 21 de mayo con unas cuatro horas de diferencia. Mientras tanto, la vecina plaza de Santa Casilda ha permanecido libre de incidencias a lo largo del presente ejercicio.

Tomando como referencia todos los episodios violentos que tienen lugar tanto en las zonas de fiesta como en cualquier otro punto de la ciudad, lo cierto es que los barrios periféricos acaparan una tasa mucho menor. Según la información facilitada por el 112, las actuaciones en Castañares, Cortes, Villalonquéjar, Villafría, Villatoro y Villímar son prácticamente testimoniales y apenas llegan a la docena.

Fechas señaladas

Generalmente, las citas multitudinarias son susceptibles de registrar más sucesos de esta índole que cualquier otro día. La última Nochevieja, por ejemplo, se saldó con seis avisos en la capital. Y las fiestas de San Pedro, que siempre cuentan con operativos especiales para evitar este tipo de situaciones, culminaron con 24 agresiones y 12 peleas.

Las jornadas más violentas en lo que a reyertas se refiere fueron las del 28 de enero y el 25 de marzo, con cinco intervenciones, respectivamente. Y en el apartado de agresiones, con idéntica cifra, estarían el 17 de marzo y el 3 de junio.

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