El Correo de Burgos

Incubadoras climáticas solidarias

De Burgos a Zambia con un salva vidas en la maleta

Jorge López, director del IEME, aprovechó su último viaje a Burgos para llevar en la maleta dos incubadoras elaboradas por estudiantes de Salesianos y Maristas al Hospital de Kalemba (Zambia). Ya han fabricado 123 con destino a África, Ucrania, Turquia o Siria.

Grupo de estudiantes que ha participado en la creación de la cunas climáticas solidarias.

Grupo de estudiantes que ha participado en la creación de la cunas climáticas solidarias.

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En su última visita a casa el director del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), Jorge López, volvió a África un poco más cargado. Dos maletas con dos salvavidas elaborado por alumnos de Formación Profesional en Salesianos Burgos y de Bachillerato en Maristas Burgos. Dos cunas para prematuros que pesan 12,5 kilos que viajaron con él desde Burgos hasta el hospital de Kalemba en Zambia.

«Pocos proyectos en los que he participado tienen tanta eficacia con tan poco, son proyectos que salvan vidas y muchos lugares a los que llegan es la primera vez que ven una incubadora», explica el profesor de Maristas Liceo Castilla, Raúl del Barrio. Coordina el trabajo conjunto en colaboración con el profesor de Salesianos Burgos, Javier Tapia.

El burgalés Jorge López, director del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), entrega una de las dos incubadoras que llevaba en la maleta en el hospital de Kalemba en Zambia.

El burgalés Jorge López, director del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), entrega una de las dos incubadoras que llevaba en la maleta en el hospital de Kalemba en Zambia.ECB

A la labor solidaria añade el aspecto pedagógico «pocos proyectos unen a alumnos de Formación Profesional y Bachillerato en un mismo fin y demuestra que pueden hacer equipo y que la unión hace la fuerza», explica. En definitiva son roles que compartirán en el ámbito laboral cuando finalicen sus estudios. Un total de 55 alumnos (28 de Bachillerato y 26 de Formación Profesional) han confeccionado las dos cunas trasladadas en la maleta por el misionero burgalés.

Una de las 124 incubadoras climáticas que se han instalado en Zambia.

Este equipamiento está preparado para bebés prematuros que en África tienen pocas posibilidades de salir adelante. Las incubadoras tienen un coste de unos 6.000 euros. Un objeto impensable en centros hospitalarios del tercer mundo. Las cunas climáticas que confeccionan Salesianos Burgos y Pamplona, Maristas Burgos y las ong Ayuda Contenedores y Medical Open World tienen un coste de 500 euros. Ya se han entregado 123.

Entre las primeras que llegaron en una maleta fue la de la enfermera Laura Torres que llevó una a Ambala en Camerún. El 5 de abril dio un hálito de vida a los niños Unji y Dani que habían nacido con 32 semanas de gestación y 1,6 y 1,8 kilos de peso. Un mes después volvieron a su casa con 2,3 kilos y la esperanza de vivir su vida en este rincón de África.

Así se ha entregado esperanza en 123 cajas de 12,5 kilos de peso en países como Zambia (32), Ucrania (12), Turquía (dos) o Siria (cuatro). Y siguen en el proceso. «Tenemos empresarios y gente anónima que ya ha financiado la elaboración de seis cunas que tenemos previsto enviar en 2024», explica Barrio. Es la petición que el Regimiento de Transmisiones, que levanta el Belén Monumetal cada Navidad, hizo el año pasado. «Tenían un remanente de lo recaudado tras repartir entre las asociaciones beneficiarias y encargaron 10 cunas», explica. Así que hoy junto al misterio de la Navidad y la recreación de Belén y las escenas del Antiguo Testamento está una réplica de una cuna climática que permite dar a conocer el proyecto.

La iniciativa surgió en el año de la pandemia en Navarra. La Asociación Ayuda en Contenedores, presidida por Pablo Sánchez Bergasa, buscaban cómo obtener respiradores básicos de bajo coste y su diseño ponerlo a disposición de quien lo pudiera necesitar.

La iniciativa se transforma en las incubadoras climáticas cuando Ayuda en Contenedores entra en contacto con Open Medical World. Logran diseñar una incubadora «totalmente medicalizada pero las ongs necesitaban quien pudiera montar el equipo y entraron en contacto con Salesianos España y con diferentes centros, entre ellos Burgos, empezaron a trabajar en la materialización del proyecto», resume Barrio. El proyecto está coordinado por José Antonio Landa e implica a ocho centros formativos de la comundidad salesiana en el país.

12 vatios que salvan vidas

El proyecto se ha ido mejorando poco a poco en estos últimos tres años. Se han definido hasta 13 prototipos diferentes que se han ido mejorando. Tiene un coste de 350 euros en material y 150 euros de montaje y cuenta con todas las especificidades técnicas adaptadas a territorios donde hay carencias de casi todo. «Funciona con electricidad pero si no hay enchufe donde conectarla está preparada para prestar servicio desde el mechero de un coche porque solo necesita 12 voltios de potencia para arrancar», explica Barrio.

La incubadora está equipada con el sistema necesario para regular la temperatura (aire y piel), controla la humedad, tiene funciones de fototerapia para tratar la ictericia, o alarma sonora y visual. Se facilita la inclinación de la cama en un 8% y cuenta con un colchón hidrófugo antiescaras y una pantalla a color de 2,8 pulgadas. Tiene conexión WIFI y eso permite que desde Burgos se pueda saber cuándo se utiliza la cuna o se pueda ayudar en el montaje.

«Si necesitan apoyo para el montaje tenemos un vídeo con las características y los pasos, o podemos ponernos en contacto para ayudar en el proceso», añade Raúl Barrio. Además cada incubadora tiene una tarjeta SIM con lo que se puede monitorizar desde Burgos o Pamplona cuándo se conecta y si está en uso y dónde. Una trazabilidad concreta de la solidaridad. Una forma de asegurarse que cumple su función: salvar vidas de niños prematuros que nacen en condiciones hospitalarias que dificultan su supervivencia.

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