El Correo de Burgos

Alcer recuerda en su asamblea los 33 trasplantes renales que se desarrollaron en 2023

245 pacientes burgaleses con enfermedad renal crónica están en hemodiálisis y 229 en prediálisis. Estos son los datos de la memoria de 2023

Un momento de la asamblea anual de Alcer Burgos, en el salón de actos del HUBU.

Un momento de la asamblea anual de Alcer Burgos, en el salón de actos del HUBU.©Tomás Alonso

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La Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer Burgos) ha celebrado su asamblea anual en la que ha dado cuenta de la situación de los pacientes durante el pasado ejercicio 2023, así como de los planes para seguir haciendo visible al colectivo durante este año.

El presidente de Alcer Burgos, Francisco Javier Sancho Martínez, explicaba momentos antes de la reunión en el salón de actos del Hospital Universitario de Burgos, que en 2023 se concretaron 33 trasplantes renales de pacientes burgaleses, que son casi el doble de los que figuraban en la memoria de 2022 con 17 trasplantados. Estas intervenciones se realizan en Salamanca y Valladolid, que son los centros especializados en Castilla y León.

En la lista de espera para trasplante ha habido 22 personas, así como 286 pacientes funcionales trasplantados. En situación de prediálisis, se encontraron en 2023 hasta 229 pacientes, y 245 en hemodiálisis. Un total de 142 pacientes recibieron atención en el HUBU, mientras que 50 mantuvieron el tratamiento en el Santos Reyes, de Aranda de Duero, y 24 en el Santiago Apóstol, de Miranda de Ebro. Otras 29 personas han estado en tratamiento domiciliario.

Esta forma de tratamiento en casa es un gran avance y el futuro de la diálisis. Y es que «cada vez hay más pacientes nefrológicos que requieren diálisis y las instalaciones de los hospitales son limitadas».

42 personas fallecieron como consecuencia de las enfermedades renales crónicas en la provincia, 36 en diálisis y 6 trasplantados. De todas ellas se han acordado en esta asamblea en la que quieren dar a conocer la situación y la problemática que viven estos pacientes y sus familias.

De ahí, que cada año Alcer Burgos se deje la piel en reuniones con todo tipo de entidades y administraciones para visibilizar el trabajo que realizan entre el que destaca el asesoramiento tras el diagnóstico y todo lo que se deriva de la nueva situación que encara el paciente, incluso todo lo relacionado con las posibles afecciones a su situación laboral.

Sancho Martínez destaca la labor de la trabajadora social que se encarga de prestar atención a las consecuencias familiares, relacionales y económicas. Desde Alcer explican que la enfermedad renal tiene consecuencias de tipo social en las personas «derivadas de la enfermedad o agravadas por esta, y que llevan a un deterioro en la calidad de vida tanto de la persona enferma como de su familia».

Alcer Burgos, que cuenta en estos momentos con alrededor de 250 socios, es una asociación sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública, fundada en 1979 por personas afectadas de Insuficiencia Renal Crónica (IRC), en situación de prediálisis, diálisis y trasplante; y sus familiares.

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