El Correo de Burgos

Movilidad eléctrica

El tratamiento del coche eléctrico «es especial y no hay técnicos ni la formación se adapta»

Aconauto pone el foco en las ayudas directas y desconfía del auge de China

Interior de un concesionario de la capital burgalesa.

Interior de un concesionario de la capital burgalesa.R.G.O.

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La Asociación de Concesionarios de Automoción de Burgos (Aconauto) apunta que la adaptación del servicio técnico de los concesionarios a los vehículos eléctricos es complicada. «Todos tenemos que ir adaptándonos a la nueva tecnología e ir formando a los equipos para dar un buen servicio al coche eléctrico pero nos cuesta encontrar técnicos», explica el presidente de Aconauto, Carlos Arce.

Los perfiles que mejor se adaptan son electricistas o la electromecánicos porque «los grados de formación profesional de automoción aún no se han adaptado a estas tecnologías», resalta. Relata que el coche eléctrico requiere de «un tratamiento especial» y que exige una «supervisión de la digitalización de los coches muy especifica de cada marca o fabricante con protocolos muy estrictos», explica. Incide en que «al final el coche eléctrico es como una torre de alta tensión y necesita ser revisado y tratado por especialistas».

Desde los concesionarios también consideran que si la apuesta es el coche eléctrico aun es necesario potenciar su adquisición. «Ahora mismo hay una rebaja fiscal a través del IRPF pero eso supone que primero abonas el dinero, luego solicitas la ayuda y luego te lo devuelven, en este tipo de adquisiciones siempre es mejor una ayuda directa», especifica. Y es que el precio aun está por encima del coche de motorización convencional. «El eléctrico aún es más caro, aunque los híbridos ya empiezan a ser competitivos». Los precios de un Tesla Model 3 ya están en 40.000 euros y los grandes estima que entre 70.000 y 100.000 euros.

Aunque hay una excepción. Los coches eléctricos de fabricación china que ya desembarcan la producción en Europa con la adquisición de una planta en Barcelona. El país asiático lleva tiempo pujando por los territorios donde emergen las materias primas como el coltán. «Ya han dominado el mercado de los móviles, que empezaron siendo muy baratos al principio y ahora ya no lo son tanto, y aplican la misma estrategia al coche eléctrico», remarca Arce.

Apunta cómo no son solo las marcas chinas sino, también, la adquisición de enseñas europeas que mantienen el logo pero con tecnología china. «Entran con marcas europeas, tienen el apoyo del Gobierno de China lo que les permite vender a precios de derribo y contra eso es muy difícil competir por parte de la industria europea», concluye. Por eso, Carlos Arce considera que es momento de parar y repensar el modelo a seguir. «El sector necesita una transición más tranquila y no tan atropellada para pensar, también, en garantizar nuestra independencia».

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